05 enero 2009

BAHIA DE HA LONG. VIETNAM



A unos 170 km. de Hanoi en el golfo de Tonkín y a lo largo de 120km de costa, se encuentra uno de los más sobrecogedores paisajes que podremos observar a lo largo de la singular geografía vietnamita. 
El nombre de Ha Long, que traducido significa Dragón descendiente, hace alusión a una leyenda, según la cual un enorme dragón se lanzó al mar descendiendo desde las cercanas montañas arrasando a su paso todo lo que encontraba. Con su zambullida en el mar, inundó todas las depresiones que había provocado con sus patas y cola, dando lugar a este maravilloso paisaje.




No es difícil programar una visita a esta bahía desde Hanoi. Cientos de agencias ofrecen la posibilidad de hacerlo aunque también lo puedes hacer desde el mismo Ha Long o la isla de Cat Ba.
Es aconsejable antes de contratar nada, dejar bien claro el tipo de viaje que quieres hacer: tipo de embarcación, número de pasajeros, visitas y actividades a realizar, etc. Vietnam está en pleno “boom” turístico y el “todo vale” impera a sus anchas en las zonas más turísticas.
Tres horas de carretera separan Hanoi y Ha Long. En plena bahía se amontonan los barcos que se utilizarán para mostrar la zona a los turistas.
















Nuestra visita comienza cuando embarcamos acompañados de nuestro guía Huang, guía de habla hispana, al que hemos contratado sobre todo para intercambiar opiniones y conocer de primera mano, la situación actual del país y de sus habitantes así como sus costumbres y forma de vida. 

Huang ha estudiado Empresariales en Cuba gracias a tratados firmados entre los dos países y habla un castellano muy aceptable. Lo primero que nos confiesa es que le gustaría dedicarse al turismo.
Al poco de zarpar, nos sirven una comida a base de langostinos, calamares y pescado mientras admiramos el paisaje en el que lentamente nos vamos adentrando.
 

Navegamos por un mar repleto de islotes cubiertos de vegetación.
Estas formaciones cársticas tienen grandes cavidades que dan lugar a enormes y atractivas cuevas entre las que se encuentra la de La Sorpresa.  

Es una gran cueva con curiosas formaciones e iluminada con luces de distintas tonalidades. 

 













Más tarde nos dirigimos a la isla de TipTop donde se encuentra la cota más alta de la zona desde donde se puede disfrutar de una excelente vista de la bahía.
Sudaremos para subir los 400 escalones que llevan hasta la cima pero sin duda, merece la pena hacerlo.
Al bajar, agradecemos un bañito en las aguas de la playita que se forma en la isla aunque para mi gusto, el agua está demasiado caliente.




Al poco de partir, hacemos una parada en una especie de piscifactoría, en medio del mar, donde podemos comprar al peso, mariscos y pescados que posteriormente nos cocinarían en el barco. Me llaman especialmente la atención unas grandes Cacerolas de las Molucas, auténtico fósil viviente que puedo admirar muy de cerca.
Tras acabar las visitas, anclamos y nos damos un relajante baño en unas aguas con una temperatura mucho más agradable.
Mientras nos secamos en la cubierta del barco, el atardecer nos sorprende prácticamente sin darnos cuenta.
Resulta obvio apuntar que la puesta de sol fue im-presionante. 

 
 

Tras la cena, volvimos a subir a cubierta donde disfrutamos un buen rato del silencio y la paz del momento rodeados de barcos como el nuestro y bajo un cielo repleto de estrellas.
Al día siguiente , una gotera que cae sobre la cama hace la función de inesperado despertador. Fuera está diluviando. 


 




Tras desayunar, esperamos a que otro barco más pequeño nos venga a recoger para llevarnos a nuestros próximos destinos. Hoy tenemos previsto ir hasta el parque nacional de Cat Ba en bicicleta y hacer un pequeño trekking por el parque.
Había parado de llover pero al llegar al punto donde debemos coger las bicis, comienza un nuevo diluvio. 

La guía del barco se niega a coger las bicis pero yo hablo con Huang y le comento que a mí no me importa mojarme y que me gustaría hacer el recorrido aunque nadie me acompañe. Finalmente, una pareja de catalanes y una chica francesa se unen y partimos hacia el parque acompañados de Huang y la malhumorada guía vietnamita.

Sigue lloviendo aunque con menos intensidad y a pesar de todo, disfrutamos de un precioso paseo que discurre entre colinas , salpicado de numerosos lagos y que se prolonga hasta llegar a un punto donde el camino se encuentra cortado debido a la cantidad de agua caída. Casi un metro de agua se amontona impidiéndonos el paso. Es una verdadera lástima pero me quedo sin visitar el parque.

 

 





 








Volvemos al barco para dirigirnos a una pequeña playa, en otro de los islotes, donde comeremos. El tiempo es caprichoso y ahora el sol aprieta con fuerza convirtiendo la comida en un pequeño martirio ya que no hay sombras donde guarecerse.
Después de la comida, disfrutaremos de otro gran momento en la bahía: un paseo en kayak.

Con la paz del atardecer y en una zona donde únicamente nos cruzamos con pequeños botes de pescadores vietnamitas, montamos en un kayak para perdernos durante horas en el laberinto de islotes y poblados flotantes donde viven los pescadores de la zona. 

Posiblemente es el momento en el que más plenamente disfruto de este maravilloso lugar.

 










 



Volvemos al barco para acercarnos hasta la isla de Cat Ba donde pasaremos la noche en el hotel Holiday View. La habitación está bastante bien y tras una ducha vamos a dar una vueltilla por el pueblo.
Hay quien opina que la visita a esta pequeña isla no merece la pena pero a mí personalmente no me desagradó. Al menos durante mi estancia, no había mucha gente y el ambiente era relajado y distendido.
 

Visitamos el puerto de pescadores, el ineludible mercado y tomamos unas cervezas en algunas de las numerosas terrazas junto al mar. La botella de medio litro de Tiger, salía a poco más de medio euro.
Particularmente agradecía este relax después de haber recorrido durante días la hiperactiva y bulliciosa Hanoi.

Nuestro tercer y último día de estancia en la zona, se iba a limitar a navegar tranquilamente por la bahía recorriendo el camino de vuelta hasta Halong en medio de un oscuro día lluvioso y cubierto por la niebla.
 

 













Hemos pasado tres días en medio de un paisaje maravilloso aunque desgraciadamente sobreexplotado turísticamente pero esto es algo inevitable cuando la Naturaleza ofrece espectáculos tan impresionantes y accesibles como éste.
Volvemos a Hanoi para esa misma noche, tomar el tren nocturno que nos llevará hasta Sapa acompañados de nuestro inseparable Huang.




2 comentarios:

Vietnamitas en Madrid dijo...

Impresionante la bahía de Halong.

Un saludo
Vietnamitas en Madrid

me gusta la bahia de Ha Long dijo...

Un retrato muy interesante de la bahia de Ha Long, me gusta la idea de hacer kayak para poder acercarse más a la población local y explorar por su cuenta.
La foto que has colgado del atardecer es muy bonita.
Saludos, David