Son poco más de las 6 de la mañana. La temperatura ha bajado bastante durante la noche pero se agradece este frescor que nos regala la mañana.
Nos encontramos en un campamento cercano a Olooaimutia gate en el parque de Masai Mara. No he dormido demasiado en ésta nuestra primera noche en tienda de campaña ya que un grupo de hienas me ha despertado con sus gritos y rápidamente los perros del cercano poblado Masai, han salido a su encuentro, imagino que tratando de alejarlas de allí , en medio de un griterío ensordecedor.
Sin apenas tiempo para desperezarnos, montamos en nuestra matatus y nos dirigimos a la entrada del parque para iniciar el safari y a pesar de que aún es de noche, los primeros rayos de sol se esfuezan por iluminar el escenario permitiendo que los primeros animales comiencen a adivinarse entre las sombras de la noche mientras nos vamos internando en el parque.
Ya con el sol presente, comenzamos a ver a no muchos kilómetros , grupos de buitres volando en círculos que parecen anunciar algún suceso interesante. No tardamos en encontrarnos a estas carroñeras posadas en los árboles próximos a la pista por donde circulamos casi al mismo tiempo que un fuerte y denso olor rancio satura el aire y hace que nos cueste incluso respirar.
Ya con el sol presente, comenzamos a ver a no muchos kilómetros , grupos de buitres volando en círculos que parecen anunciar algún suceso interesante. No tardamos en encontrarnos a estas carroñeras posadas en los árboles próximos a la pista por donde circulamos casi al mismo tiempo que un fuerte y denso olor rancio satura el aire y hace que nos cueste incluso respirar.
No cabe duda, muy cerca debe encontrarse algún cadáver en descomposición y por la intensidad del aroma tiene que ser de un tamaño considerable.