15 octubre 2010

La Muralla China, sector Mutianyu. 慕田峪长城


El sector de Mutianyu en La Gran Muralla China es una buena alternativa al más masificado y turístico sector de Badaling
La zona de Simantai, se encuentra cerrada en el 2010 por obras de restauración.
Situada a unos 75 km de la capital, se puede recorrer a lo largo de más de 2000 metros que pondrán a prueba nuestro estado físico. 
La muralla se abre paso a través de escarpados picos y profundos valles permitiendo al visitante disfrutar de manera permanente de los bellos paisajes que ofrece, siempre que la inoportuna niebla no estropee la nitidez de nuestra espléndida visión.
Esta construcción que se inició en el siglo VI durante las dinastías del Norte de China, fue restaurada durante la dinastía Ming (1368-1644) y sirvió muchos años como barrera defensiva al norte de Beijing.

A lo largo de toda la longitud visitable, se alzan 23 atalayas de distintas alturas que marcarán los pequeños tramos a recorrer. Pasar por todas ellas, obligará al visitante a una importante pérdida de líquidos en forma de sudor,sobre todo si se hace en temporada estival. Es conveniente llevar agua abundante aunque no faltará quien te la venda a lo largo del recorrido.
Para acceder a la muralla existen varias opciones; se puede hacer a pie, en un telesilla que te llevará hacia la zona derecha donde comienza un tobogán de bajada, o en un teleférico que te llevará hacia la izquierda.
En la imagen se puede apreciar bien el esquema. 


 
Subir a pie supondrá unos 20 minutos durante los que se debe ascender unas empinadas escaleras esculpidas entre una densa vegetación amenizadas por el incesable canto de las cigarras. Sin duda, sudarás.
Si mal no recuerdo, el acceso a la muralla costaba 45 yuang, el teleférico otros 45 y el tobogán 60.
Quien prefiera no andar mucho por la muralla, puede subir en el telesilla que te deja junto al tobogán pero un recorrido muy sencillo y asequible sería subir hacia la izquierda en el teleférico para desde allí desplazarte hasta el tobogán que se puede utilizar para bajar de una forma original y divertida siempre que no haya demasiados visitantes que colapsen el recorrido de bajada.






Instrucciones para llegar a Mutianyu por tu cuenta:

Se debe coger el metro hasta la estación de Dongzhimen en la línea 2; al llegar, salir por la puerta norte y nos encontraremos con la estación de autobuses. Podemos llevar escrito en chino “estación de autobuses” para evitar problemas. A la entrada de la estación hay un puesto de información donde hablan un poco de inglés.
Hay dos opciones: 
  1. el autobús 936 que va hasta la muralla pero que no sale del interior de la estación sino de una calle anexa a la izquierda y que parte a las 7, a las 8 y el último a las 9.
  2. Si tomas la otra opción, el 916, puedes bajar en su última parada en Huairou, pero desde que llegas a esta ciudad, existen varias paradas y en muchas de ellas suben al autobús para ofrecerte llevarte a la muralla en coche particular. No es mala opción hacerlo con alguno de ellos si se acuerda un buen precio. Lo habitual suele oscilar entre 10-25 yuang por persona. El coste total del transporte desde Beijing sería de 2 yuang del metro,12 del autobus y otros 15 aproximadamente del taxi; en total, unos 30 yuang por trayecto.

Otra opción, si no quieres molestarte buscándote la vida, es contratar un tour organizado que tampoco salen mal de precio aunque será difícil evitar las clásicas paraditas en las tiendas de rigor con la pérdida de tiempo que ello implica. 

Nuestra experiencia

Tras acudir a nuestra panadería favorita junto al Ritz y hacer acopio de abundantes pastelitos para resistir la dura jornada venidera, tomamos el metro a Dongzhimen. El billete se puede sacar en ventanilla o en una máquina expendedora muy sencilla de utilizar; basta con seleccionar la línea donde se encuentra nuestro destino para elegir el billete y el nº de tickets al precio de 2 yuang.
En Dongzhimen, salimos por la puerta norte y nos dirigimos a la estación; como ya habíamos perdido el último 936 tomamos el 916.
Su ubicación está bien indicada y sacas el billete al montar por 12 yuang; en hora y media nos dejó al final del trayecto. El mismo conductor del autobús nos dijo que nos podía buscar a alguien que nos acercara a la muralla por 10 yuang/persona. Al llegar nos pidieron 25 y por no esperar, decidimos aceptar.


Al llegar al parking donde aparcan los vehículos, comienza un paseo a través de numerosas tiendas que te venden todo tipo de souvenirs.
Deberás pasar por la cercana taquilla para pagar la entrada así como el telesilla o teleférico para subir o el tobogán para bajar. Si haces los recorridos a pie,no deberás pagar más que la entrada a la muralla.
Al comenzar el camino y a la derecha está la entrada para los que suben en el telesilla. Más adelante está la entrada para subir a pie y en el teleférico.

Unos subieron en éste y otros lo hicimos a pie en lo que resultó un buen calentamiento para el posterior paseo por la muralla. Si hace mucho calor y tu forma física no es la idónea, quizá sea buena idea no subir andando para no cansarte demasiado pronto.
No tuvimos muy buena suerte con las condiciones atmosféricas del día ya que el cielo estaba cubierto y una densa niebla impedía las mejores vistas del entorno pero aún así el espectáculo era majestuoso. Estábamos ante una de las construcciones más colosales del ser humano.
A pesar de que el sol no castigaba directamente, el calor era importante y cada uno ajustó el recorrido a sus condiciones físicas ya que algunos tramos tenían una importante pendiente y los escalones se hacían duros por momentos.

Tras el paseo, quedamos todos en el tobogán para iniciar lo que sería un vertiginoso descenso. Apenas quedaba gente ya en la muralla y pudimos disfrutar a nuestro aire del interminable tobogán que nos devolvió al punto de partida. Es posible que si hay mucha gente no merezca la pena el descenso pero si se puede realizar sin atascos, es algo original y divertido.
Así finalizó nuestra visita a este grandioso monumento erigido un día para la defensa de ataques externos y que con el paso del tiempo se ha convertido en un nexo de unión para numerosas culturas y nacionalidades.
En efecto, pocos visitantes se resistirán a acercarse a algún punto de La Gran Muralla.
Ahora toca desandar lo andado y pevio pago, esta vez de 10 yuang/persona, nos acercaron hasta la parada de autobuses donde volvimos a coger el autobús 916 para presentarnos nuevamente en hora y media en Beijing.
Aún tendremos tiempo al llegar, de degustar unos deliciosos pinchos en los alrededores del mercado de la seda y de hacer alguna compra tan económica como necesaria.


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