16 noviembre 2012

MORROCOY


Fueron 11 las horas que tardamos desde Mérida a Valencia. Eran las 9 cuando recogimos las mochilas del maletero y comenzamos a investigar desde dónde salían los autobuses a Chichiriviche. Un taxista que se encontraba cerca se aproximó para ofrecerse a llevarnos por 200Bs. Nos encontrábamos cansados del largo viaje y comenzamos a regatear con él para ver hasta dónde podíamos llegar pero ante nuestra sorpresa, se negó a rebajar ni un bolívar así que descartamos la idea de ir en taxi.
Los autobuses que buscamos salen de un terminal anexo donde anuncian a gritos el destino de cada autobús. No tardamos en dar con el nuestro; cargamos las mochilas, pagamos 15Bs cada uno y para arriba. Al poco de arrancar, el conductor tiene que parar para tratar de apaciguar a unos pasajeros que se enzarzan en una discusión que se calienta por momentos. Una atronadora música de fondo hace del viaje una verdadera tortura durante las casi dos horas que tardamos en llegar. Cuando llegamos a Chichiriviche tenemos la cabeza loca. 

Hemos dormido poco, llevamos muchas horas de viaje, hace mucho calor y este último trayecto de autobús nos ha rematado. Para colmo, las posadas a las que llamamos desde una cabina cercana a la parada, o están llenas o no contestan por lo que decidimos ponernos a andar en busca de algún sitio para dormir. Con una sudada impresionante además de hambre y cansancio, llegamos a una posada que no tenía mala pinta. Al entrar nos dicen que les queda una habitación triple y nos quedamos con ella sin verla. Craso error!! La habitación es minúscula, dispone de tres literas y apenas cabemos los 3 (120Bs). Nos tenemos que duchar a turnos antes de salir a comer.
 

No damos muchas vueltas antes de elegir el restaurante La Txalupa
Una bonita terraza con vistas al mar y productos típicos de la costa que nos permitirán variar la dieta de las últimas semanas, son unas propuestas difíciles de rechazar.
Nos daremos un homenaje para celebrar nuestra llegada al mar. 
Una parrillada de marisco, pescado a la marinera, ensaladas, cervezas y cafés, consiguen saciar nuestros vacíos estómagos por 252Bs.


Con la tripa llena recuperamos fuerzas y negociamos allí mismo la visita a Cayo Sal. Permaneceremos en el cayo hasta las 17,30, hora a la que nos pasará a buscar el mismo “peñero” por 50Bs ida y vuelta.
El cayo es una islita paradisíaca de aguas cristalinas y vegetación abundante pero hay dos aspectos que estropean la belleza del lugar. Por un lado, se encuentra atestada de gente preparando su comida en medio de una música a todo volumen y por otro, la isla está repleta de basura por todos los sitios. Una auténtica lástima.
No somos muy amantes de las grandes masificaciones y si esto es lo que nos espera, nos estamos planteando hacer mañana un tour por varios cayos y abandonar la zona.

Cuando volvemos a tierra firme, tratamos de buscar para mañana un tour original y que nos aleje de las multitudes pero todos nos ofrecen lo mismo.
Así pues, contratamos un tour en el que visitaremos la cueva de los indios, el túnel del amor, el barco hundido, los petroglifos y alguna cosilla más para dejarnos finalmente en el cayo Peraza donde permaneceremos hasta la hora de regreso. Todo ello por unos 30Bs/persona.



Con el plan de mañana resuelto, decidimos buscar alojamiento en Choroní, nuestro próximo destino, con la intención de que no nos pasara lo mismo que aquí. Preferimos ver los alojamientos antes de pillarlos pero viendo la demanda que existe en las zonas costeras preferimos tenerlo atado a nuestra llegada. 
Por fortuna, una sóla llamada telefónica nos basta para encontrar una habitación triple con baño, tv y aire acondicionado por 195Bs.
Hace mucho calor y no tenemos hambre pero damos una vuelta por el pueblo para intentar beber unas cervezas antes de irnos a la cama. 

El pueblo se reduce a un par de calles donde se concentran los locales para los turistas y los bares del puerto no permiten sentarse en sus terrazas si no es para cenar.
Definitivamente, este lugar no se ajusta demasiado a nuestros gustos y nos alegramos de haber decidido marcharnos mañana. 
Compramos unas latas y nos vamos a la posada que posee una agradable terraza en el último piso, donde nos las beberemos mientras escuchamos a lo lejos el bullicio de las calles cercanas.
Tras una dura noche de calor bajamos a desayunar y nos encontramos con unos chicos navarros con los que entablamos conversación y que finalmente acaban acompañándonos en nuestro tour.  Sólo iremos nosotros 6 aunque para ello debemos pagar 10Bs más. 
Nos aconsejan comprar hielo, bebidas y algo para comer ya que en los cayos no hay dónde comprar nada así que nos dan 30 minutos para aprovisionarnos antes de zarpar. Una pequeña barca nos acerca hasta los lugares acordados antes de llegar al Cayo Peraza donde desembarcamos.




 
El cielo comienza a ponerse negro y no tardan en caer las primeras gotas. 
En unos minutos nos vemos abandonados en una islita remota bajo una cortina de agua impresionante. Nos guarecemos donde podemos y nos apresuramos a quedarnos en traje de baño para proteger el resto de la ropa en bolsas de plástico.



Afortunadamente la tormenta no dura demasiado y vuelve a salir el sol lo que nos permite disfrutar de este cayo mucho más tranquilo y limpio que el de ayer. Aún así el respeto por el medio ambiente necesita un gran empujón en Venezuela. Confío en que no tarde en llegar aunque aún tendremos tiempo para observar cómo unos chicos se sumergían en el agua para arrancar grandes trozos de coral sin ningún remordimiento.
Permanecemos allí relajados, tomando el sol y haciendo snorkel hasta las 3, hora a la que habíamos quedado en que nos recogieran.




A las 15,30 estamos de nuevo en Chichiriviche y tras despedirnos de nuestros amigos navarros, recogemos las mochilas y nos vamos hacia el autobús que sale a las 16,15.
Abandonamos el pueblo con un sabor agridulce. La belleza de los cayos contrasta con la masificación y la suciedad de los mismos.




De nuevo nos dirigimos a Valencia pero en esta ocasión un curioso incidente nos pillará por sorpresa.
El autobús es detenido por la policía que se sube al vehículo y todos los pasajeros comienzan a bajar de él.
Nosotros nos mantenemos sentados pero la policía no tarda en ordenarnos bajar. Cuando bajamos, comprobamos que todos los pasajeros están siendo cacheados con las manos en alto. 
Afortunadamente, no nos hacen demasiado caso y no tardamos en seguir adelante sin más incidentes.
Al llegar a Valencia, tomamos otro bus que nos lleva a Maracay en menos de una hora pero cuando llegamos a la terminal nos dicen que ya no hay autobuses a Choroní por lo que deberemos tomar un taxi.  Los taxistas se frotan las manos y nos piden 200Bs a pesar de que les decimos que sabemos que cuesta 80Bs. No pensamos ceder tan fácilmente y pasamos al contrataque fingiendo cambiar de idea. Les preguntamos por un hotel barato para pasar la noche y tomar mañana a primera hora un autobús a Choroní; al fin y al cabo no tenemos prisa por llegar. 
De pronto su actitud cambió por completo y en apenas 5 minutos, uno se acercó para decirnos que nos llevaba por 100 Bs.
Objetivo conseguido, estaremos en nuestra posada según lo previsto...




DIARIO DEL VIAJE

1- Miviaje a venezuela

2- Caracas

3- Canaima. El salto del ángel.

4- Ciudad Bolívar.

5- Delta orinoco. Los Warao.

6- Barinas

7- Los llanos

8- Merida

9- La mucuy

10-Los nevados. Pico Espejo.

11-Morrocoy

12-Choroni y Puerto Colombia

13-Chuao

14-Henri pittier,la espesura de la jungla.

15-Oso hormiguero palmero

3 comentarios:

Angelica dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Pebbles1970 dijo...

HUAU AMIGOS QUE TRAVESIA LA QUE HAN PASADO, LA VERDAD ES QUE ES LAMENTABLE QUE LES HAYAN TOCADO VIVIR TODO ESTO, YO QUE SOY VENEZOLANA ME DE VERGUENZA VER COMO EL TURISMO SE ESPANTA CON TANTA DECIDIA QUE HAY EN ESTE HERMOSO PAIS Y VER QUE LOS HABITANTES DE ESA ZONA, QUE VIVEN DE ESO, TAMPOCO HACEN NADA POR CUIDAR, MANTENER NI TRATAR BIEN AL TURISMO QUE VIENE DE OTROS PAISES O DEL INTERIOR. MIL DISCULPA. ME DA PENA AJENA. OJALA LA HAYAN PASADO BIEN EN ALGUNA OTRA CIUDAD DE AQUÍ.
DE TODO LO QUE DIJERON ME APUNTO DE MANERA POSITIVA EN EL RESTAURATES TXALUPA SE COME MUY BIEN Y ES MUY ECONOMICO.

aitor dijo...

Hola Pebbles,
no te disculpes por nada.
Si bien es cierto que considero que ese bello rincón venezolano necesita una concienciación en el tema de la conservación medioambiental,la impresión general que nos llevamos de tu bello país fue muy positiva.
Venezuela posee atractivos suficientes para satisfacer al viajero más exigente.

Un abrazo!!