01 diciembre 2014

San Francisco ( I ). Sausalito y Fisherman's Wharf.




Ha llegado el momento de abandonar nuestro último parque para dirigirnos a la ciudad desde donde tomaremos el vuelo de vuelta a casa. 
En efecto, San Francisco, conocida como una de las ciudades más liberales del mundo, sería la encargada de poner punto final a nuestro espectacular viaje por el oeste americano

Esta acogedora ciudad , la más poblada del estado de California, experimentó un rápido crecimiento a mitad del siglo XIX a causa de la fiebre del oro.
Pese a estar permanentemente amenazada por su cercanía a la falla de S.Andrés, no deja de recibir millones de visitantes al año que desafían a ese gran terremoto que podría producirse en cualquier momento. 

Nuestra ruta nos llevará a cruzar el puente que une Oakland con S.Francisco para posteriormente atravesar el Golden Gate y llegar hasta Sausalito donde comeremos antes de volver a la ciudad para acomodarnos en el hotel Astoria, justo a la entrada de Chinatown. Recorreremos un total de 308 kilómetros desde Mariposa, nuestro punto de partida.



Nos levantamos temprano para llegar con tiempo suficiente a S.Francisco ya que apenas dispondremos de dos días para recorrer los puntos más emblemáticos de la ciudad.
Sus famosas calles empinadas , sus característicos y vetustos tranvías, su bullicioso barrio chino, el barrio hippie, la señorial zona residencial de Sausalito, la animada zona de Fisherman's Wharf y una sorpresa final de la que hablaré más tarde, constituyeron los principales puntos visitados durante nuestra estancia en S. Francisco.



Como ya he comentado, el puente que une Oakland con S. Francisco supuso nuestra puerta de entrada a la ciudad. 5 $ es el peaje que tuvimos que pagar para atravesar dicho puente. 
Tras atravesar la ciudad, el característico color rojo del Golden Gate, nos anunciaba que nos dirigíamos a Sausalito
Nos sorprendió no tener que pagar ningún peaje aunque me pareció leer en un cartel, la obligatoriedad de hacerlo. De cualquier manera supusimos que ya nos lo cobrarían de alguna manera así que no nos preocupamos demasiado. 
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Sausalito fue nuestra primera visita. 
Situada en la Bahía de S. Francisco, esta pequeña y cuidada ciudad debe su nombre al importante bosque de sauces que poblaba su territorio.
Más allá de sus animadas calles y numerosos establecimientos turísticos a la orilla del mar, nos causó una grata impresión la tranquilidad y el relajado ambiente que se respiraba en sus famosas casas flotantes que se alineaban a lo largo de cuidados pantalanes. En un principio tuvimos serias dudas sobre la posibilidad de pasear por estos pantalanes privados que conducían hasta las coquetas casas por lo que no dudamos en preguntar a un vecino si estaba permitido hacerlo. 

Amablemente nos invitó a recorrer el pequeño muelle de madera que daba acceso a las bonitas casas entre las que se encontraba la suya. 
Nos sorprendió su silencio, su limpieza y sus esmeradísimos ornamentos a base de plantas, obras de arte y todo tipo de adornos.



Tras el agradable paseo nos acercamos hasta un restaurante cercano para llenar nuestros ya vacíos estómagos.
Era hora de volver a la ciudad para acercarnos hasta el hotel Astoria, a las puertas del barrio chino, para dejar el equipaje y llevar el coche a un parking cercano donde nos cobraban 26$ por día. Para recorrer la ciudad utilizaríamos el transporte público. 


El hotel Astoria es un hotel regentado por chinos y con unas habitaciones básicas pero suficientes para dormir unas horas a un precio asequible, algo difícil de encontrar en esta ciudad. Gracias a su excelente ubicación, apenas poner el pie en la calle, te sumerges en las bulliciosas calles de Chinatown, un barrio que recrea a la perfección las calles de cualquier ciudad china. 


Atravesamos una de sus calles principales rumbo a la animada zona de Fisherman's Wharf donde queremos pasar nuestras últimas horas del día de hoy. Llegamos hasta allí en un largo paseo que de nuevo abre nuestro apetito agravado por los atractivos mostradores de los restaurantes que muestran apetitosos pescados y mariscos.






Tras un relajado paseo por la zona con la mítica prisión de Alcatraz de fondo y tras acercarnos al muelle 39 donde además de un centro comercial con numerosos establecimientos, se encuentra una colonia de leones marinos, buscamos un sitio para cenar. 




Como no podía ser de otra forma, hoy cambiaremos nuestra dieta y no dudamos en probar los exquisitos frutos del mar que nos ofrece el lugar.
Tras la cena, comprobamos que la temperatura ha bajado notablemente; menos mal que he comprado un polar esta tarde en una tienda china porque de lo contrario, me hubiera quedado helado.
Es hora de emprender el camino de vuelta al hotel ya que el cansancio acumulado durante el día comienza a pasar factura.
Mañana el grueso del grupo tomaremos el vuelo de regreso a casa no sin antes disfrutar de una jornada que nos tenía reservada una agradable sorpresa.



 


2 comentarios:

Tawaki dijo...

Desde luego se trata de una ciudad pintoresca, muy diferente de las que se pueden encontrar en el reto del país. Espero poder quedarme allí unos días y disfrutarla a tope.

aitor dijo...

Es cierto, S. Francisco me resultó una ciudad bastante amable y agradable. Tiene mucho mérito provocar esas sensaciones en alguien tan poco urbanita como yo :-)