Todavía no he asimilado bien el cambio horario y cuando las primeras luces del día se cuelan entre las cortinas de mi habitación me levanto ansioso por ver el paisaje que nos regala la excelente ubicación de nuestro hotel.
La exuberante vegetación que llega hasta la ventana impide que podamos admirar como se merece el paisaje montañoso tapizado de un verde rabioso.
Es aún muy pronto por lo que antes de desayunar me doy una vuelta por los alrededores del hotel para hacer un poco de tiempo.
La vegetación y las flores lo inundan todo y no es fácil encontrar algún acceso por el que adentrarse mínimamente en la densa jungla que se extiende por todos los rincones. Numerosos pajarillos y un extraño animal que no llego a distinguir si es un mono o una ardilla, me acompañan durante mi breve excursión.
La vegetación y las flores lo inundan todo y no es fácil encontrar algún acceso por el que adentrarse mínimamente en la densa jungla que se extiende por todos los rincones. Numerosos pajarillos y un extraño animal que no llego a distinguir si es un mono o una ardilla, me acompañan durante mi breve excursión.