05 julio 2017

Parador de Gredos. Pinar de Navarredonda.


Llegamos a Gredos con la esperanza de que la altitud y el aire de la sierra significaran un notable descenso de las temperaturas que habíamos padecido en la capital abulense pero desgraciadamente, no iba a ser así.
Habíamos decidido alojarnos en el Parador de Gredos aprovechando una oferta vigente en este momento que nos permitiría alojarnos tres noches y pagar tan sólo dos ; el desayuno estaba incluído.
El Parador está ubicado en un entorno maravilloso pese a estar pegado a la carretera principal de la zona ( AV 941 ). 

Era la primera vez que me alojaba en este tipo de establecimientos pero como la cantidad a pagar por persona y noche, con desayuno incluído, no llegaba a 40€, decidí probar suerte.
He de decir a su favor que el trato por parte del personal fue correcto, los salones señoriales con un agradable sabor a antiguo ofrecían una estancia acogedora y desde sus terraza se divisaban unas excelentes vistas a la Sierra de Gredos. Así mismo, los desayunos resultaron muy completos y sabrosos.




El único punto en su contra, se hizo patente apenas entramos en la habitación. 

No es que fuera pequeña ni estuviera sucia, ni que su baño no se ajustara a lo esperado. El problema era que hacía un calor agobiante. El primer acto reflejo fue buscar el mando del aire acondicionado y ponerlo a tope inmediatamente pero mi frustracción crecía a medida que no lograba encontrarlo. Tras unos minutos de infructuosa búsqueda, fui consciente de que en la habitación no había ningún aparato de aire acondicionado ni salida de aire alguna.
No podía creer que en un Parador no hubiera aire acondicionado pero la recepcionista me lo confirmó cuando recibió mi pregunta al respecto. 

Me aseguró que el calor que estaba haciendo no era normal y que allí, incluso en los meses de verano, se necesitaba ropa de abrigo al atardecer, razón por la cual ninguna habitación disponía de aire acondicionado. 
La única solución que nos ofreció, ya que íbamos a pasar tres noches, era cambiar nuestra habitación en la última planta por otra en algún piso inferior ya que aseguraba que allí el ambiente era más fresco.
Estuvimos dudando pero finalmente decidimos quedarnos en la que nos habían asignado ya que pensábamos que a la altitud en la que nos encontrábamos tenía que refrescar por la noche. Errónea decisión....
Dormimos las tres noches con la ventana abierta con la esperanza de que la luna trajera consigo aire fresco pero lo único que conseguimos fue un notable incremento de ruidos provenientes del exterior (tráfico, ladridos y un molesto motor del edificio ).
Nuestra primera experiencia en Paradores no había sido todo lo placentera que esperábamos aunque seguro que si nuestra visita hubiera tenido lugar en invierno, nuestras sensaciones hubieran sido muy diferentes...

Eran casi las dos de la tarde cuando llegamos al Parador de Gredos así que tras acomodarnos, decidimos ir hasta el cercano pueblo de Navarredonda de Gredos, a unos dos kilómetros de donde nos encontrábamos. 

Tras tomar unas cervezas para refrescarnos y preguntar dónde podíamos comer algo, nos recomendaron el restaurante El Rincón de Gredos. Nos acercamos hasta allí pero el local se encontraba lleno por lo que acabamos aterrizando en el cercano hotel Garabatos. Afortunadamente en el hotel sí pudimos saciar nuestro apetito y sobre todo......nuestra sed.

Con el estómago lleno y el sol castigando sin piedad, decidimos que en ese momento la mejor opción era descansar un poco en la habitación con la esperanza de que bajara un poco la temperatura. Así lo hicimos hasta que pasadas las siete de la tarde salimos de nuevo al exterior.
Junto al hotel se extiende un amplio pinar que dispone de varias rutas senderistas y allí mismo, junto al parking, comienza una ruta que nos pareció la más adecuada para nuestra primera toma de contacto con la Sierra de Gredos

Además de permitirnos estirar las piernas, la senda discurre en su totalidad, bajo la agradable sombra que proporciona el tupido pinar que nos da cobijo.
Para nuestra sorpresa, la temperatura en el bosque era bastante agradable y no se hacía nada duro pasear a través de sus senderos. Durante poco más de una hora permanecimos recorriendo aquel bosque de pinos silvestres, algunos de ellos de soberbio porte, y que constituían el hogar de numerosas especies de pajarillos que amenizaban con sus cantos nuestro paseo. Alguna atrevida ardilla también se sumó a la comitiva en un paseo que no entraña ninguna dificultad y está al alcance de cualquiera.








Fue una breve pero agradable ruta que supuso nuestra primera toma de contacto con el paisaje de la Sierra de Gredos y tras la cual, volvimos a nuestra habitación para darnos una ducha antes de volver a salir para cenar algo.



Esta vez nos acercamos hasta Hoyos del Espino, una población más grande que Navarredonda y que contaba con más infraestructura que ésta. La temperatura comenzaba a ser soportable y nos tomamos unas cervezas en algunas de las agradables terrazas con vistas a la sierra antes de buscar un sitio para cenar algo antes de ir a dormir. Estábamos en Junio y era domingo por la noche, lo que significaba que la presencia turística era escasa y no había demasiados sitios para picar algo a esas horas.



Pero siempre se encuentra algún sitio. El bar el plantío nos preparó unas raciones que cubrieron perfectamente nuestras necesidades. La verdad es que con el calor, nuestro apetito tampoco era excesivo y nuestras necesidades se centraban más en reponer líquidos que en comer.
El día había llegado a su fin y era hora de volver a nuestra habitación para intentar descansar en condiciones antes de emprender la excursión que teníamos prevista para mañana.
Nuestro objetivo era hacer la ruta del Circo de Gredos y la Laguna Grande pero el calor nos hacía dudar de si seríamos capaces de hacer este recorrido mañana ya que las previsiones eran similares a las sufridas durante los últimos días.
De momento bajaríamos a desayunar a las 8 de la mañana, cuando comenzaba a servirse el desayuno, con la intención de comenzar la ruta lo antes posible.
Mañana haremos lo que podamos....

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