Ha sido una noche movidita debido a las fiestas existentes en la calle aledaña al hotel, hasta el punto de que en ocasiones, la orquesta parecía encontrarse en el interior de la habitación. Aún así, no tardamos demasiado en dormirnos debido al cansacio acumulado durante la jornada de ayer.
A las 8 ya estamos en pie y preparados para bajar a desayunar.
El desayuno a base de zumos, café, bollería casera, mantequilla, mermelada y huevos revueltos con jamón, resulta bastante aceptable.
Hasta las 10 no tenemos el tour a las cascadas así que salimos a la calle dispuestos a dar una última vuelta por Baños antes de embarcar en nuestra "chiva".