Cuando oímos hablar de avistamientos de delfines, calderones o incluso cachalotes, automáticamente nuestras mentes vuelan hacia lejanas aguas en algún recóndito mar del planeta.
Quizás sea ésta la razón por la cual las caras de mis interlocutores se tornan en un gesto mitad de asombro mitad de incredulidad, cuando les aseguro que los he visto a escasas millas de nuestra propia costa.
Y es que a excepción de los aficionados y entendidos que reúne este mundillo, además claro está, de los pescadores y la gente que ha mamado el mar desde siempre, son mayoría los que desconocen las riquezas naturales que se esconden bajo las aguas de un mar al alcance de casi todos.
No resulta sencillo hacer creer a un neófito en el tema, que algunas de estas especies acuden casi hasta nuestras playas a reproducirse.
Y es que a excepción de los aficionados y entendidos que reúne este mundillo, además claro está, de los pescadores y la gente que ha mamado el mar desde siempre, son mayoría los que desconocen las riquezas naturales que se esconden bajo las aguas de un mar al alcance de casi todos.
No resulta sencillo hacer creer a un neófito en el tema, que algunas de estas especies acuden casi hasta nuestras playas a reproducirse.
Después de un verano bastante malo en lo que al tiempo y al mar se refiere, el día 28 de Julio se pudo realizar la primera salida en varios meses , en busca de cetáceos desde el puerto de Bermeo.