Moscú nos recibió con un calor axfisiante. Sabíamos que llevaban semanas con temperaturas por encima de la media pero aún así, no esperábamos tanto calor.
Habíamos reservado por internet 4 habitaciones dobles y una triple en el Arizona Dreams Hostel, un establecimiento bastante básico pero bien situado, no muy lejos de la Plaza Roja. Acordamos con ellos también, el transfer desde el aeropuerto por 1500 rublos cada vehículo.
Tras recoger el equipaje y cambiar algo de dinero en el aeropuerto, acompañamos hasta la calle a la persona que nos esperaba a nuestra llegada.
Tras recoger el equipaje y cambiar algo de dinero en el aeropuerto, acompañamos hasta la calle a la persona que nos esperaba a nuestra llegada.
Es conveniente no cambiar dinero en la ventanilla que está junto a las cintas de recogidas de equipaje ya que el cambio es muy malo (1€-36R frente a los 40 que te darán cuando salgas al exterior). Ya en la capital, conseguimos más de 42 por euro.
Tardamos más de una hora en recorrer los algo más de 50 kms que separaban el aeropuerto de nuestro alojamiento. La caótica forma de conducir en Moscú, nos recordaba otros países, en principio menos “civilizados”.
Una vez en el hostel, nos entregaron las llaves de las habitaciones y nos explicaron un poco dónde nos encontrábamos. La chica de recepción se mostraba atenta y respondió pacientemente a todas nuestras preguntas. El hostel disponía de una pequeña cocina y una pequeña sala donde algunos inquilinos veían la televisión. Como dato negativo habría que destacar el excesivo calor que hacía en las habitaciones y la escasez de baños comunes que se encontraban casi siempre ocupados.
Apenas dejamos nuestro equipaje, salimos al exterior para dirigirnos a un cercano parque llamado Патриарши пруды (los estanques del patriarca) donde encontramos esta curiosa señal y cuyo texto en ruso se traduciría como "prohibido hablar con extraños".
Tras la visita, nos dirigimos andando hacia la Plaza Roja y sus alrededores donde la gente trataba de combatir el calor remojándose en sus fuentes.
Visitamos varias iglesias ortodoxas, recorrimos las orillas del río y comprobamos los altos precios moscovitas, al entrar en un bar donde bebimos unas cervezas (10€) y cenamos un sencillo plato antes de ir a dormir (25€).
Cuando llegamos al hostel era ya de noche y se empezaba a estar bien en la calle por lo que decidimos hacer unos cafés en la cocina y salir al exterior a charlar un rato. Las chicas del hostel habían hecho sangría y amablemente salieron a la calle para invitarnos a unos vasos antes de irnos a la cama.
Durante el día siguiente visitamos la calle Arbat, famosa por sus numerosos comercios y restaurantes. También tuvimos oportunidad de visitar un pequeño mercado donde compramos algunos frutos silvestres que no conocíamos y que nos sorprendieron con sus originales sabores.
Tras esta visita, emprendimos la marcha hacia una cercana estación de metro para visitar alguna de las más destacadas estaciones moscovitas, auténticas obras de arte gratuitas.
El metro de Moscú, también conocido como El Palacio Subterráneo, fue inaugurado en 1935 por Iósif Stalin.
Actualmente se barajan cifras que rondan los 10 millones de pasajeros al día por lo que es considerado el metro con más pasajeros del mundo. Sus 12 lineas recorren casi 300 kms a través de 182 estaciones, muchas de las cuales están brillantemente adornadas con escenas históricas, pinturas , esculturas, mosaicos, cerámicas, disitntos tipos de arquitectura e iluminadas con espectaculares lámparas de cristal.
Como curiosidad y dato útil, hay que señalar que en la línea nº 5, con forma circular y que cruza con todas las otras, hay una forma muy sencilla de saber el sentido en el que circulas: si la voz que escuchas por megafonía es masculina, vas en el sentido de las agujas del reloj; si la voz es femenina, vas en contra. En el resto de las líneas, te dirigirás al centro si las voces son masculinas y te estarás alejando si la voz es femenina.
La tarde la dedicamos de nuevo a la Plaza Roja ya que habían llegado dos nuevos integrantes del grupo que deseaban conocerla pero un inesperado, fuerte e insistente chaparrón, deslució en esta ocasión la visita por lo que nos vimos obligados a abandonar precipitadamente la zona en busca de la protección de nuestro hostel. Dado que no paraba de llover ni parecía que fuera a hacerlo próximamente, compramos unas cervezas en una tienda cercana y cenamos algo del embutido que habíamos traído con nosotros. Tomamos literalmente la cocina y compartimos charla con algún inquilino que no cesaba de mostrarnos su sorpresa por nuestro empeño en hacer el Transiberiano. Una chica rusa, natural de Ekaterimburgo no dejaba de repetirnos cómo era posible que hubiéramos venido hasta aquí “a pasar frío entre gente poco amistosa”.
La charla se prolongó durante un rato en la calle, con varios compañeros de hostel, antes de retirarnos a nuestras habitaciones.
Durante la mañana de nuestro último día en Moscú,
nos limitamos a dar una vuelta por los alrededores de nuestro hostel y
sacar algunas fotos antes de dirigirnos a la estación de yarolevsky donde comenzaría nuestra aventura de cuatro días en el Transiberiano.
- Capítulo anterior: Cómo obtener el visado ruso y el mongol, paso a paso.
- Capítulo siguiente: El Transiberiano. 4 días ininterrumpidos de tren.
la señal de los personajes extraños es una referencia a una novela rusa, "El maestro y Margarita". Representan la corte del diablo, que llega a Moscú y pone a la ciudad patas arriba
ResponderEliminarEfectivamente,anónimo.
ResponderEliminarLa señal despertó mi curiosidad e investigando descubrí que hacía referencia a los famosos personajes de una novela rusa de Mijaíl Bulgákov.
Este novelista debía vivir por la zona y decidieron hacerle un homenaje en forma de "señal de tráfico".
Gracias por la aportación y un saludo!!!
Wow, super viaje! Moscú es interesante y las imágenes sorprenden todo lo mejor! Felicitaciones.
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