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09 julio 2021

Fauna y paisajes pirenaicos.


Desde que a principios de los 80 hice mi primera incursión por los escarpados picos de la cordillera pirenaica, debo reconocer que quedé prendado de sus maravillosos paisajes.
Desde entonces, han sido varias mis visitas por la zona, tanto en la zona navarra, como en la aragonesa, en la catalana, en la francesa  y la andorrana. Nunca me defraudaron.....
Si bien el blanco manto de la nieve le añade un encanto innegable, siempre he preferido explorar este territorio en la florida estación primaveral. Los contrastes que ofrecen sus rocosas paredes grisaceas, sus verdes prados y las flores multicolor que salpican el paisaje como si de un cuadro de acuarelas se tratara , le aportan a mi gusto, un atractivo sin igual.
Seguramente por eso, la mayoría de mis viajes tuvieron lugar en dicha estación. La última, durante este mes de Junio, tenía como principal objetivo avistar alguno de los numerosos ejemplares de quebrantahuesos que sobrevuelan la parte central del macizo pirenaico, a la vez que disfrutábamos del paisaje sin renunciar a descubrir la rica aunque escurridiza fauna que puebla sus rincones.
 
 

Anteriormente ya escribí un artículo refiriéndome a nuestra experiencia con los protagonistas de esta aventura, los quebrantahuesos, así que ahora dedicaré estas líneas a describir los puntos visitados durante seis días y los "bichitos" que tuvimos ocasión de descubrir a lo largo de estos días.
No fueron jornadas de grandes caminatas ya que queríamos aprovechar el tiempo para intentar observar fauna pero no perdimos la ocasión de realizar algunas sencillas rutas a pie que nos permitieron sumergirnos de pleno en estos bellos parajes. Cualquier ruta de las que hablaré a continuación, están al alcance de cualquiera.


MAPA DE LOS PRINCIPALES PUNTOS VISITADOS
 
 

 

Mirador Salto de Roldán

En el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara se encuentra este mirador desde donde se obtienen excelentes vistas al barranco de las Palomeras, formado por las Peñas de S.Miguel (1124mts) y Amán (1123mts).
Cuenta la leyenda que tras su intento de conquistar Zaragoza, el caballero Roldán fue perseguido por los musulmanes hasta acorralarlo en la Peña de Amán. Al verse atrapado, agarró con fuerza las riendas de su caballo y se lanzó al vacío para, en un salto imposible, alcanzar la cima de la vecina Peña S.Miguel, lo que le permitió escapar de sus perseguidores.
Pero dejando al margen leyendas, nos acercamos hasta este punto por tratarse de un  lugar privilegiado  para observar las rapaces de la zona.
Nada más llegar, un quebrantahuesos pasó a pocos metros por encima de mi cabeza. Durante unas horas estuvimos observando buitres leonados, alimoches e incluso a lo lejos, pudimos ver un águila real.
Para llegar hasta allí deberás tomar dirección a Sabayés y desde allí tomar la HU-V-3243 y más tarde la HU-V-3241 hasta llegar a un pequeño aparcamiento desde donde tan sólo te separará del mirador un paseo de un km.
Una estrecha carretera te adentrará en la Sierra de Guara mientras los abejarucos se cruzarán en tu ruta llenando el paisaje con sus increibles colores.
Desde el aparcamiento hasta el mirador, el paso está restringido pero sólo te llevará unos 15 minutos hacerlo a pie.
 

 

  • ALIMOCHES 
Este iconfundible buitre (Neophron percnopterus) llega a los Pirineos cada verano. Sus 1,60 metros de envergadura, le convierten en el más pequeño de la familia ya que no llegan a los 2,50 del buitre leonado ni a los 2,75 del quebrantahuesos.
A pesar de su plumaje pardo cuando son jóvenes, de adultos su plumaje blanco y su pico y patas amarillas les hacen inconfundibles.
Suelen llegar entre febrero y marzo, anidando en las escarpadas paredes rocosas, abandonando la zona a partir de setiembre.
Se alimenta principalmente de cadáveres aunque puede llegar a cazar pequeños mamíferos, insectos e incluso desperdicios y basura. La habilidad de utilizar piedras para romper los huevos de avestruz en Africa, le ha hecho famoso en el mundo de las aves.
Fueron numerosos los ejemplares que pudimos ver desde este lugar.
 

 



Miradores Revilla

Ya en otra zona, en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, nos acercamos hasta estos miradores que permiten excelentes vistas a uno de los valles más vírgenes del parque.
Para llegar hasta allí deberás dirigirte a la localidad de Revilla, dejando el coche en un pequeño aparcamiento un poco antes de llegar al pueblo.
Desde allí sale un sendero muy cómodo, que en unos dos kms nos llevará hasta los miradores, situados muy cerca uno del otro.
La recompensa serán unas vistas excelentes a las Gargantas de Escuaín y al nacimiento del río Yaga que serpentea a través de las gargantas hasta llegar al río Cinca.
Las vistas ya justifican el pequeño paseo pero para los amantes de las aves, siempre que la suerte te acompañe, se trata éste de un rincón fascinante donde podrás ver pasar bajo tus pies a buitres, alimoches y quebrantahuesos.
Durante nuestra estancia también pudimos ver un águila real bastante cerca.
 


 

  • BUITRES LEONADOS
A lo largo de todo el año, la silueta de este buitre se deja ver con facilidad en toda la zona pirenaica. Con una envergadura de dos metros y medio y un peso que puede llegar a los 9kgs, estas grandes aves poseen un plumaje marrón y una inconfundible gorguera blanquecina alrededor de su cuello. Sin duda se trata del buitre más común, calculándose que en los Pirineos viven más de 5000 parejas.
Es habitual encontrar grandes concentracciones alrededor de una carroña cuando ésta es descubierta. Aprovechan los cadáveres tanto de animales salvajes como los procedentes de la ganadería extensiva.
Construyen sus nidos en las paredes rocosas y ponen un único huevo. 
Desde estos miradores, las observaciones de buitres acostumbran a ser espectaculares.
 

 

restaurante Lamiana

Añado este punto a nuestro recorrido ornitológico por contar con un plus adicional a su excelente gastronomía.
Muy cerca de los Miradores de Revilla podremos completar nuestra aventura comiendo en la terraza de este restaurante. Si la climatología acompaña, será un placer disfrutar de sus platos locales mientras milanos, buitres leonados, alimoches y quebrantahuesos sobrevuelan nuestras cabezas.
Además, para los más fanáticos, el dueño del establecimiento gestiona un "hide" desde dónde los fotógrafos y los aficionados a las aves podrán disfrutar de una memorable jornada entre rapaces.
Por si os interesa contactar con ellos, os dejo su web: https://hotelrestaurantelamiana.com



refugio de Lavasar 1928m

Desde la localidad de Saravillo tomamos una pista forestal que nos acercó hasta este pequeño refugio donde dejaríamos nuestro vehículo para recorrer a pie la distancia que nos separaba del Ibón de Plan. Al comienzo de la pista hay una máquina donde se deben pagar 3 euros por la utilización de dicha pista.
El estado de la pista es aceptable pero si tu coche es muy bajo o va muy cargado, es posible que los bajos se lleven más de un rasguño.
Hay varias opciones de llegar hasta el refugio, algunas de ellas a pie que significarían una bonita ruta de montaña pero que en esta ocasión no disfrutaríamos por falta de tiempo.
 
  • CORZOS
Se trata del cérvido más pequeño que podemos ver en Pirineos llegando a alcanzar apenas 75 cms de alto y 25kgs de peso. Los machos cuentan con una pequeña cuerna que les diferencia de las hembras.
Se alimenta tanto de arbustos y pequeños árboles, como de bayas y brotes tiernos aunque tampoco renuncia a los pastos.
Aunque son muy cautelosos y huidizos, no es raro verlos en bosques y praderas.
Pudimos ver varios ejemplares a los que sorprendimos mientras pastaban tranquilamente.
 

 


ibón de Plan

Empezaré explicando que en esta zona reciben el nombre de ibones los lagos de alta montaña de origen glaciar. Hay quien asegura que este Ibón, también llamado Basa de la Mora, es uno de los más bonitos de todo el Pirineo.
Si bien su ascenso a pie desde Saravillo o Plan requerirá de un importante esfuerzo debido a que habrá que salvar casi mil metros de desnivel, la opción de llegar en coche hasta el refugio, convertirá la excursión en un paseo de no más de media hora, al alcance de cualquiera.
El entorno que se abre ante tus ojos cuando llegas al Ibón es deslumbrante.
Como no podía ser de otra forma, el lugar también cuenta con viejas leyendas que aseguran que en el fondo del lago viven hadas o princesas a las que tendrás ocasión de ver si estás por allí en la madrugada de la noche de S.Juan.
No quedaba demasiado para S.Juan pero en esta ocasión nuestro objetivo era el de disfrutar de la belleza del paisaje, eso sí sin perder la oportunidad de descubrir alguna rana o tritón pirenaico en el agua, alguna rapaz sobrevolando nuestras cabezas o algún sarrio trepando por las paredes rocosas que nos rodeaban.
Ni tritones ni rapaces se dejaron ver aunque pudimos ver varias ranas bermejas y algunos sarrios pastando tranquilamente en lejanos y altos collados.
 



 
 
  • RANA BERMEJA
(Rana temporaria) Se trata de un anfibio bastante común tanto en la zona pirenaica como en el resto de la península.
Más robusta que la rana verde común, suele ser más pequeña llegando a medir entre 6 y 9 cms.
Aunque suele tener una coloración bastante variable, su parte superior suele moverse entre el pardo oscuro-gris y los tonos rojizos de los ejemplares jóvenes.
Este ibón es un excelente lugar para descubrirlas.
 

 

  • SARRIOS
 (rupicapra pyrenaica) Los sarrios (aragonés) o isard (catalán) se dejan ver con relativa facilidad en las escarpadas laderas rocosas de los Pirineos.
Este bóvido de pardo pelaje cuenta con dos pequeños cuernos y puede llegar a pesar 30kgs.
Suelen vivir en grandes grupos en altitudes entre los 1200 y 2800 metros.
Estos hervíboros son presa de lobos y osos aunque sus crías también pueden ser depredadas por águilas y zorros.
Tras 5 meses de gestación paren una sóla cría.
Aunque en la lejanía, pudimos avistar un numeroso grupo en las paredes rocosas que delimitan el ibón.
 
 



 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Paso de la Inclusa

Un amigo que conoce la zona nos había comentado que transitando la carretera A2609 que va hacia el valle de Chistau, tendríamos que cruzar tres túneles antes de llegar a Plan. Justo al salir del último, nos indicó que hay un pequeño muladar a la izquierda de la carretera donde se suelen ver rapaces muy habitualmente.
Efectivamente, cuando pasamos por allí y nada más salir del tercer túnel, nos sorprendieron dos preciosos ejemplares de quebrantahuesos ( un juvenil y un adulto) que volaban muy próximos a la carretera. Durante muchos minutos, una vez aparcados los coches, disfrutamos de un precioso avistamiento al que se sumaron inesperadamente varios alimoches.
El incidente provocó que llegáramos a comer más tarde de lo acordado pero la experiencia bien se merecía el retraso.
Desde Aínsa hay que tomar la carretera A-138 en dirección a Francia; en Salinas hay que desviarse por la A 2609 hacia el valle de Chistau. Cruzados los tres túneles de esta carretera en dirección hacia Plan, nada más superado el tercer túnel, aparcar el coche en la primera curva situada antes de cruzar el puente sobre el río Cinqueta. En este punto hay un comedero abastecido por ganaderos locales, muy frecuentado por las aves rapaces.
 

 
 

Mirador Puerto Sahún

Este mirador se encuentra inmerso en un bello paraje, en la cima del puerto de Sahún, el paso entre el valle de Chistau y el de Benasque.
Desde Plan, ascendimos poco a poco por una pista hasta llegar a los 2025 metros de altitud. Otra vez el paisaje nos dejo boquiabiertos.
Nada más llegar a lo alto, pudimos ver muy cerca de la carretera, una marmota. Cuando detuvimos el coche y miramos la extensa campa que se extendía a nuestra izquierda, descubrimos que decenas de marmotas correteaban cerca de sus madrigueras.
Estuvimos también explorando las pedreras que nos rodeaban intentando descubrir alguna perdiz nival pero en esta ocasión la suerte no estuvo de nuestra parte. Con un precioso atardecer, nos despedimos de nuestro paso por el Puerto Sahún.
 


 

  • MARMOTAS
Este rechoncho roedor (Marmota marmota), uno de los más grandes del continente europeo, puede llegar a medir 75 cms de largo y pesar 8 kgs. Resulta curioso escuchar sus chillidos de alarma que se asemejan al grito de un ave rapaz.
Tras desaparecer de los Pirineos hace unos 15000 años, fue reintroducida a mediados del siglo XX en el Pirineo francés desde donde se extendió al resto de la cordillera. En la actualidad no es difícil avistarla en las verdes praderas pirenaicas ubicadas en una franja de entre 1300 y 2800 metros de altitud.
Se alimentan de plantas, semillas y frutos, siendo a su vez presa de águilas, zorros, osos y lobos.
Suelen formar colonias de entre 2 y 10 individuos que a la mínima señal de peligro, se esconden en las madrigueras que excavan en el terreno. Hibernan durante los meses más fríos, pariendo generalmente 2-3 crías a principios de verano.
 


 

Pineta-Cascada de La Larri

El Valle de Pineta cuenta con numerosas rutas que nos permitirán disfrutar al máximo de los paisajes pirenaicos. Durante nuestra visita por esta zona, nos acercamos hasta la Cascada de Lalarri. Siempre condicionados por el tiempo de duración y dureza de las rutas elegidas, puedo asegurar que esta excursión no exije un esfuerzo excesivo y se puede hacer perfectamente en una mañana.
Desde los prados de Pineta, junto al aparcamiento, elegimos la pista principal que no tiene demasiada pendiente y te permite disfrutar de alguna cascada por el camino.
Al llegar a los Llanos de Larri, un precioso circo glaciar, las vistas son grandiosas. Sólo nos quedaba atravesar el circo para llegar a las cascadas que pusieron punto final a nuestra ruta. 
Numerosos caballos y alguna marmota, nos observaban con la misma curiosidad que nosotros a ellos. También descubrimos en lo alto de la cascada un sarrio que se refugiaba del calor, a la sombra de las rocas.
Seguíamos empeñados en la búsqueda del tritón pirenaico y en esta ocasión, nuestro esfuerzo obtuvo recompensa. En aquellas cristalinas aguas pudimos descubrir por fin, varios ejemplares de tritón pirenaico.
El viaje de vuelta lo hicimos por un camino más corto a través de un sendero que cruzaba el bosque.
Un bonito paseo que nos sirvió para ver marmotas, mariposas, lagartijas y el ansiado tritón pirenaico.
 



 

  • LAGARTIJA PIRENAICA 
Esta lagartija endémica de los Pirineos (Iberolacerta bonnali) tiene un tamaño de unos 50-55 mms de longitud.
Habita las zonas rocosas a partir de los 2000 metros de altitud y se le ha llegado a localizar por encima de los 3000 metros.
La destrucción de su hábitat y el cambio climático se erigen como sus principales amenazas.
 

 

  • TRITON PIRENAICO
Este anfibio (Calotriton asper), endémico de la zona, acostumbra a esconderse entre las rocas de las transparentes aguas de ríos y lagos pirenaicos, hasta los 2.500 metros de altitud. Aunque llegó a estar en peligro de extinción, parece que en la actualidad su población  se encuentra estabilizada.
De piel rugosa y tonos oscuros, suele medir entre 10-15cms.
De hábitos nocturnos, se alimenta de insectos, larvas y pequeños caracoles acuáticos. A su vez, suelen ser alimento habitual de las truchas.
Suelen permanecer en estado de hibernación durante 8 ó 9 meses al año.
 

 

Observatorio de aves de Escuaín

Durante nuestro último día en los Pirineos, nos íbamos a desplazar hasta la localidad de Escuaín donde dejaríamos nuestro coche en un pequeño aparcamiento que hay justo antes de llegar al pueblo. Desde allí tomaremos una pista que sale del mismo aparcamiento y que nos llevara en unos 5 kms hasta el observatorio. 
A unos 3,5 kms de iniciar la ruta por la pista, un cartel nos desviará a la derecha. En un punto determinado, el camino queda un poco difuso y nosotros nos despistamos un poco pero no tardamos en dar de nuevo con la ruta correcta. 
En el mapa, está señalado el punto exacto del observatorio y la ruta hasta allí por si quieres bajarlo y tenerlo en tu móvil o tableta. 
Se deben salvar 320 metros de desnivel que te llevarán entre una hora u hora y media, dependiendo de la marcha.
Ya por el camino, varios quebrantahuesos se dejaron ver sobre nuestras cabezas a no demasiada altura.
Sabíamos que hoy era el día en que realizaban aportes alimenticios para ellos y teníamos esperanzas en poder verlos alimentándose en tierra, con los huesos  que les habían arrojado.
Cuando llegamos, no había ni rastro de las carroñeras y por un momento temimos que la pequeña paliza que nos habíamos dado para intentar llegar a tiempo, iba a resultar infructuosa.
Por suerte, los quebrantahuesos comenzaron a aparecer y finalmente bajaron a tierra dispuestos a dar buena cuenta del banquete que tenían preparado.
Los alimoches tampoco faltaron a la cita y durante más de una hora disfrutamos enormemente viéndoles pelearse por conseguir los mejores huesos para acto seguido, tragárselos sin titubear.
La experiencia supuso un brillante broche final a nuestro paso por esta zona de los Pirineos. Con toda seguridad, volveremos...
 

 
 
  • ARDILLA
A pesar del típico color rojizo que la caracteriza, la ardilla roja en el Pirineo posee una mezcla de colores pardos rojizos y tonos oscuros.
Tuvimos ocasión de ver varios ejemplares a lo largo de nuestros paseos, alguna de las cuales se esforzaba en construir su nido. 
Su tamaño oscila entre los 20-25 cms de longitud a los que se deben añadir otros 20 de cola. Se pueden encontrar en bosques, generalmente de coníferas, hasta a más de 2000 metros de altitud.
Durante su corta vida, unos tres años, se alimentan principalmente de frutos, semillas y piñones aunque pueden llegar a comer larvas, caracoles e incluso huevos de aves. No dudan en acumular comida para el invierno durante las épocas de bonanza. 
 

 

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