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20 enero 2009

Parque Nacional deTortuguero.Costa Rica

  Tortuga lora.Lepidochelys kempi


El Parque Nacional de Tortuguero se encuentra en la parte occidental de la costa caribeña costarricense.
Está constituído por casi 20.000 hectareas en su parte terrestre y más de 50.000 Ha en su parte marina.
Es una de las áreas más lluviosas del país y aunque no existe la época seca, se puede decir que llueve menos en febrero, marzo y octubre
A unos 250 km de su capital, San José y unos 80 de la costera población de Limón, este parque creado en 1975, es famoso principalmente por ser una de las localizaciones más importantes para el desove de las tortugas lora, baula ,carey y verde entre otras.
La fauna en esta zona es muy diversa y no es difícil avistar caimanes, monos, anfibios y gran número de aves aunque la fauna residente abarca también nutrias, tapires, jaguares, perezosos, manatíes y más de 50 especies de peces entre otras. 
Muchas lagunas y canales que cruzan el parque son el hábitat de estos animales y son frecuentemente navegados por las pequeñas embarcaciones locales que se afanan en su búsqueda para mostrarlos a los numerosos visitantes que acuden a la zona.
El anidamiento y puesta de huevos de las tortugas es el espectáculo por excelencia en este parque. Las tortugas verdes anidan en las playas de Tortuguero de Julio a Octubre.
Las hembras de las tortugas marinas llegan a las playas coincidiendo con la marea alta y aunque pueden llegar a poner hasta 250 huevos, se calcula que sólo una de cada 5000 tortugas que nacen , llegan a la edad adulta por lo cual es de suma importancia que no sean molestadas en exceso por los numerosos grupos de personas que se acercan a su encuentro.


Allá por el 2002, nos acercamos hasta este parque después de informarnos sobe los distintos modos de hacerlo.
En un principio sólo nos ofrecían paquetes en lujosos hoteles con todo incluído pero buscábamos algo que se adaptara más a nuestra forma de viajar.

Me habían hablado muy bien de un recorrido que se hacía por el río Sarapiquí hasta Tortuguero pero debido a que no era temporada alta, el hacerlo solamente para nosotros tres, se escapaba de nuestro presupuesto así que después de mucho hablar, me dieron el contacto de una mujer que se dedicaba a llevar viajeros hasta Tortuguero.
 
Nos acercamos hasta el desconocido, para nosotros, pueblo de Cariari donde quedamos con Flora para hablar de lo que nos ofrecía.
Cariari resultó ser un pueblo bastante bullicioso y con poca infraestructura turística. Nos alojamos en el Hotel Tropical que no era, desde luego, un cinco estrellas; tiene tv y un ventilador en el techo con polvo acumulado desde hace décadas.
Nos acercamos hasta la “sodita” (bar) donde hemos quedado con Flora y allí nos cuenta, mientras tomamos unas cervezas, sus planes. 
Está tratando de montar una cooperativa con la gente local para tratar de que parte del dinero que produce el turismo, revierta en ellos mismos. De momento, han comprado un viejo autobús que, además de llevar turistas, sirve de medio de transporte gratuito a los habitantes de las distintas poblaciones cercanas que no disponen de ningún medio para hacerlo.
 
Así, el viaje que hicimos hasta La Pavona, punto donde unas embarcaciones nos llevaron hasta Tortuguero, transcurrió entre charlas con los lugareños que se desplazaban con sus animales hasta sus distintos destinos; de hecho, éramos los únicos turistas que íbamos en el bus.
Finalmente hemos pagado 10$ por casi dos horas de autobús más el traslado por mar a Tortuguero durante el que vemos garzas blancas, azules, trogones, oropéndolas de Montezuma y otras muchas especies.



Berny, un jóven estudiante de biología y residente en el pueblo, es nuestro guía y con quien quedamos para ver esa misma noche, el desove de las tortugas por el módico precio de10$.
A nuestra llegada, decidimos alojarnos en cabinas Aricari, unas cabinas muy básicas con ventilador y baño con agua fría.
Cenamos pronto porque hemos quedado a las 8 para ir hasta la playa donde numerosos grupos acuden para ver las tortugas.
Berny nos explica que para no molestar demasiado a las tortugas sólo veremos una. Así lo hacemos y tras ver cómo una gran tortuga hace su nido y pone sus huevos en él, volvemos a las cabinas donde nos tomamos unos rones en el jardín que rodea las habitaciones antes de ir a dormir.
 

Al día siguiente volvimos a quedar con Berny para visitar los canales.
Eran poco más de las 6 cuando embarcamos en un pequeño bote a remos que nos permitía adentrarnos por los canales más angostos y estrechos a diferencia de las grandes lanchas a motor en las que se desplazaban los turistas de los cercanos lodges.
Muy pronto pudimos ver una nutria que rápidamente se escondió entre la vegetación, mientras numerosas bandadas de loros cruzaban el cielo en medio de ensordecedores gritos.
Tucanes, garzas tigre, azules, de pico de bote y otras muchas aves se convirtieron en compañeras de viaje a la vez que oíamos a los escandalosos monos aulladores y veíamos a sus parientes los cariblancos y monos araña además de lagartijas Esmeralda y las llamadas Jesucristo.

Hicimos también una parada en la orilla llena de caimanes para ver una pequeña y colorida rana venenosa de intenso color rojo (Dendrobates pumilio).
Después de tres horas remando, recorremos a pie el pequeño y un tanto abandonado parque terrestre donde tenemos ocasión de ver de cerca un numeroso grupo de monos araña y varios tucanes antes de llegar a la playa donde termina el recorrido.
 



Mañana queremos salir hacia Limón en lancha rápida y nos acercamos hasta el embarcadero en busca de alguien que nos lleve. Pactamos salir a las 10 por 25$.
Cenamos de nuevo en Mis Miriam, junto al campo de fútbol ya que ponen un pescado y unos langostinos exquisitos y a un precio muy razonable.
De vuelta a las cabinas, volvemos a tomarnos unos rones en el jardín en compañía de varios compañeros que se alojan en las mismas cabinas.
 
Al día siguiente, el viaje hasta Limón se convierte en una odisea ya que al llegar a una parte del río donde se acumulan los sedimentos, quedamos embarrancados y alguien tiene que bajarse para empujar y tratar de salir de aquel lodazal. Todo esto no tendría mayor importancia de no ser porque decenas de caimanes se amontonaban en las orillas sin quitar ojo a lo que sucedía.
Todo el mundo parecía “hacerse el loco” hasta que mi compañero y yo saltamos al agua y posteriormente lo hizo un holandés que desapareció bajo el agua al caer en un agujero. 
Sin quitar ojo a los cercanos caimanes, afortunadamente muy pronto conseguimos salir de allí para alivio de todos. Algunos lo hicimos calados de arriba abajo.
Tras una parada en un bar que curiosamente parecía propiedad del conductor de la lancha, llegamos a Limón tres horas y media después.

En definitiva, Tortuguero nos pareció un destino muy interesante a pesar de que consideramos que no es el mejor sitio para ver el desove de las tortugas debido al gran número de gente que acude allí para verlo. Sin lugar a dudas, si alguien tiene verdadero interés en ver este espectáculo, yo le aconsejaría otras zonas como por ejemplo la virgen y exuberante zona de Ostional donde se llegan a juntar decenas de miles de tortugas en lo que ellos llaman “la arrivada”.
Pero eso es otra historia.....


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