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21 mayo 2009

Festín en el Mara. Elefante devorado.

Son poco más de las 6 de la mañana. La temperatura ha bajado bastante durante la noche pero se agradece este frescor que nos regala la mañana.
Nos encontramos en un campamento cercano a Olooaimutia gate en el parque de Masai Mara. No he dormido demasiado en ésta nuestra primera noche en tienda de campaña ya que un grupo de hienas me ha despertado con sus gritos y rápidamente los perros del cercano poblado Masai, han salido a su encuentro, imagino que tratando de alejarlas de allí , en medio de un griterío ensordecedor.
Sin apenas tiempo para desperezarnos, montamos en nuestra matatus y nos dirigimos a la entrada del parque para iniciar el safari y a pesar de que aún es de noche, los primeros rayos de sol se esfuezan por iluminar el escenario permitiendo que los primeros animales comiencen a adivinarse entre las sombras de la noche mientras nos vamos internando en el parque.
Ya con el sol presente, comenzamos a ver a no muchos kilómetros , grupos de buitres volando en círculos que parecen anunciar algún suceso interesante. No tardamos en encontrarnos a estas carroñeras posadas en los árboles próximos a la pista por donde circulamos casi al mismo tiempo que un fuerte y denso olor rancio satura el aire y hace que nos cueste incluso respirar.


No cabe duda, muy cerca debe encontrarse algún cadáver en descomposición y por la intensidad del aroma tiene que ser de un tamaño considerable.
Apenas unos pocos metros más adelante comprobamos el origen de este nauseabundo olor: un elefante yace en el suelo rodeado de decenas de aves carroñeras que se esfuerzan en conseguir su parte del botín mientras sus gritos amenazadores se hacen oír con fuerza.
Desconocemos la causa de la muerte del paquidermo y nuestro guía tampoco nos saca de dudas, no sabemos si por ignorancia o por simple prudencia, pero queda clara la intervención del hombre bien sea directa o indirectamente ya que le falta la cabeza con sus preciados colmillos; la trompa se encuentra no muy lejos del cadáver, aumentando aún más el misterio.


 









 




La piel del elefante es demasiado dura incluso para los poderosos picos de los carroñeros por lo que el único punto accesible es el agujero que ha dejado la ausente cabeza. Las peleas por la disputa de este acceso se suceden sin pausa hasta que hace aparición una tímida hiena que se aproxima cautelosa en busca de su ración.


 












Comienza mordisqueando la trompa pero no tarda en hacer valer su tamaño y poderío para acercarse hasta donde debía estar la cabeza para comenzar a desgarrar grandes trozos de carne.
Aquí podemos ver un video de la hiena devorando el elefante.


 













Minutos después, es una leona la que se acerca atraída por el irresistible olor y nos quedamos inmóviles ante la incertidumbre de los acontecimientos próximos a suceder pero parece que, muy a nuestro pesar, el felino no tiene demasiada hambre y no presenta batalla alguna a la hiena que aliviada continúa con su faena sin perder de vista a la leona que se tumba plácidamente no muy lejos del lugar.
Durante los días posteriores, no dejaremos de visitar este punto e iremos observando cómo el estado del enorme elefante se va deteriorando paulatinamente a consecuencia de los depredadores y también de las altas temperaturas reinantes en la zona.
Leones, chacales, hienas y todo tipo de aves carroñeras irán dando buena cuenta de esta fantástica fuente de alimento que no exige apenas esfuerzo y proporciona carne en abundancia.
Los depredadores más fuertes van desgarrando el cuerpo del elefante y los intestinos no tardan en desparramarse por el suelo.
En este enlace ,un video del león devorando el elefante.




Mientras tanto, una hiena consigue un buen trozo de carne y se aleja de la zona quizás en busca de su prole o quizás para degustarla con tranquilidad en algún lugar apartado mientras un chacal le persigue confiando en conseguir algún pequeño trozo de carne.
Fue curioso observar cómo la hiena huía satisfecha con su preciado botín mientras el infatigable chacal la perseguía sin tregua con la esperanza de que perdiera un trozo por el camino.
 



Un buitre ha conseguido agujerear también la piel del elefante e introduce toda su cabeza por el agujero que defiende sin descanso frente al insistente empeño de sus congéneres por arrebatarle el privilegiado trono.


A
pesar de que nuestro sentido olfativo quedó seriamente afectado, durante los tres días que permanecimos en Masai Mara el cadáver del gran elefante se convirtió en punto de visita obligado en nuestros safaris. 
Una vez más, pudimos comprobar que la muerte nunca sucede en vano en los agrestes paisajes africanos.
  




 


 


4 comentarios:

  1. Felicidades a tí también, Aitor.

    Ojeé esta mañana tu blog y estuve a punto de hacerte una consulta, puesto que quiero ir a kenia a finales de verano.

    Ya contacto en unos días.

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  2. Gracias Antonio,tengo mucho que aprender...

    Hablamos cuando quieras

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  3. Hola Aitor, cómo estás!

    Tengo ya casi cerrado el viaje a Kenia, aunque tenemos una duda importante. Es sobre las distancias en Masai Mara. Vamos a alojarnos en un campamento (el más barato que nos ofrecen) en la puerta sekenani. No sabemos si está bien situada esta zona para evitar largos desplazamientos. Podrías decirme algo?

    Por cierto, cómo llevas el viaje a Cuba? Leíste mi recomendación?

    Saludos,

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  4. Hola Antonio,qué tal..
    según los expertos no es la mejor zona de Mara pero si te sirve de consuelo yo estuve cerca de allí (Olooilamutia gate)y ví de todo menos leopardo. Las distancias son enormes y llegar hasta el mítico río Mara,supone bastantes horas pero se disfruta a tope durante el trayecto.Además,como te gustan las aves y por ponerte algún ejemplo,el espectacular secretario y la grulla coronada se te pondrán "a huevo".
    En esta página puedes encontrar información interesante del parque: http://www.losviajeros.com/Blogs.php?e=3863
    En cuanto a Cuba,leí tus consejos y sin duda,te haré más preguntillas,no lo dudes..

    Un saludo y hasta cuando quieras

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