Páginas

31 octubre 2013

Otoño en Altube. Tiempo de hongos,berreas y colores.


Pocas cosas hay tan gratificantes en otoño como escaparse hasta alguno de esos mágicos bosques caducifolios que nos aguardan engalanados con sus más bellos trajes y prestos a asombrarnos con sus más escondidos secretos.
Son abundantes los lugares cercanos a mi ciudad donde poder admirar las maravillas que esconde el otoño pero en esta ocasión me desplazaré hasta los bosques de Altube y sus estribaciones con el objetivo primordial de disfrutar de un soleado día de Octubre.
Sacar unas fotografías, recolectar algún delicioso hongo e intentar escuchar o descubrir algún ciervo entonando su particular "melodía de amor" son algunos de los regalos añadidos que puede reportar en estas fechas, un simple paseo por el bosque.
Bien pertrechado con ropa de abrigo para combatir los frescores de las primeras horas de la mañana, mi cesta de mimbre, una pequeña mochila y mi inseparable GPS que siempre me acompaña cuando me adentro sólo en estos impenetrables y extensos bosques, no tardo en descubrir las primeras setas semiescondidas entre las doradas hojas que tapizan el suelo de bosques y senderos.




Rúsulas y Amanitas son las primeras en dejarse ver y las más abundantes en este tipo de hábitats aunque la apreciada y conocida como seta de los césares (Amanita cesárea) es una joya difícil de encontrar.





Aún así, gastronómicamente hablando, me quedo con los deliciosos Boletos más conocidos como Hongos por estos lares . Si la suerte te acompaña y conoces un poco la zona, te puedes considerar un privilegiado si eres capaz de recolectar algún ejemplar de hongo blanco (Boletus Edulis), de hongo negro (Boletus Aereus) o de alguno de sus codiciados "primos" de la familia de los Boletos.
En esta ocasión no me puedo quejar ya que a pesar del viento sur que lleva soplando varios días, consigo reunir en mi cesta varios ejemplares de estos cotizados manjares.

























El inestimable apoyo de mi GPS me permite desde hace algunos años, adentrarme hasta zonas que antes me resultaban desconocidas y no me atrevía a explorar. Efectivamente sin su ayuda, mis incursiones en un bosque de tamañas dimensiones nunca fueron demasiado atrevidas y no me alejaba demasiado de las sendas y caminos.
Ahora puedo decir que conozco mucho mejor la zona aunque no es aconsejable confiar ciegamente en estos avances tecnológicos. Un problema técnico o una batería agotada puede significar un problema importante a la hora de emprender el camino de vuelta. Es aconsejable tener siempre una idea aproximada de dónde te encuentras.





Entre las variadas especies de árboles que podemos encontrar debemos destacar sus magníficos bosques de robles y hayas
Es una auténtica delicia pasear entre centenarias y majestuosas hayas entre cuyas ramas se cuelan los rayos del sol iluminando sus hojas como si éstas gozaran de luz propia.
La paz y el silencio que se respira, tan sólo roto por el alegre canto de los pequeños paseriformes que vuelan entre las ramas, ya se hacen por sí sólos, merecedores del paseo.





Tras perderme por laberínticas y solitarias pistas durante varias horas, llega la hora de desplazarse hasta otra zona cercana donde las posibilidades de avistar ciervos son bastante elevadas. 
Además, escuchar la sinfonía de berridos con la que pretenden atraer a las hembras y advertir a los otros machos de su presencia, es algo que todo ser humano debiera experimentar alguna vez en su vida. De verdad que es todo un espectáculo.
La suerte me acompañó una vez más y no tardé en descubrir algunos grupos de hembras, algún macho solitario y otros con su pequeño harén de hembras.







Con las últimas luces del día, sus berridos se hicieron dueños del lugar haciendo las delicias de todos los allí presentes mientras se guardaba un sepulcral silencio para poder admirar en mayor medida, el majestuoso concierto que nos estaban ofreciendo de manera gratuita, nuestros amigos los ciervos.


Inolvidable!!!






Era hora de regresar al coche feliz como una perdiz, con mi pequeña pero exquisita recolecta de hongos, mi pequeño botín de recuerdos presos en mi cámara fotográfica y con energías renovadas para soportar estoicamente las duras jornadas laborales venideras.
No se puede pedir más!!!!


5 comentarios:

  1. Bonito bonito! No conocía este bosque pero me ha encantado conocerlo con este artículo. Me lo apunto en la lista de sitios a los que ir en próximos otoños.
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  2. Fantástico artículo, Aitor. Con qué bonitas sensaciones regresamos a casa siempre quienes disfrutamos con la naturaleza en la otoñada... la invernada, la primaverada y la veranada. Esas tonalidades marrones, rojos, ocres, amarillos, naranjas...

    ResponderEliminar
  3. Precioso el otoño :) Qué colores más bonitos y qué paisaje más espectacular. Un saludo!

    ResponderEliminar
  4. Gracias chic@s.
    Es todo un placer pasear hasta perderse por estos preciosos paisajes otoñales.

    Un abrazo!!!

    ResponderEliminar