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11 diciembre 2020

Tarajalejo, Playa de Sotavento, Morro Jable, La Pared y Sicasambre. Fuerteventura.


Tras una confortable noche de descanso, amanecemos por primera vez en tierras majoreras . Nos preparamos unos cafés y unas tostadas y salimos a la terraza para desayunar al aire libre mientras la templada brisa mañanera acaricia nuestros rostros. La temperatura roza la perfección.
Mientras nos desperezamos poco a poco, sin ninguna prisa, planificamos la jornada.
Durante el día de hoy tomaremos rumbo al sur, parando donde nos apetezca hasta llegar a Morro Jable donde tenemos pensado comer, aunque los planes pueden sufrir tantas variaciones como se nos ocurran a lo largo del día. Ya veremos...
Salimos a la calle donde nuestro coche nos espera para iniciar la ruta que nos llevará hacia el sur de la isla. Nuestra primera parada tendrá lugar en el pueblo costero de Tarajalejo, a menos de 50kms de nuestra partida. Hemos dejado atrás el municipio de Antigua para adentrarnos en el de Tuineje.

TARAJALEJO
Aunque no llega a los 1500 habitantes, se trata de uno de los pueblos más importantes de esta zona. Su playa de
guijarros y arena negra, que se extiende a lo largo de casi 1500 metros, se erige como la más extensa del municipio de Tuineje. Es muy popular por contar con aguas muy tranquilas a pesar de ser un poco ventosa.
De marcadas raices marineras,  esta localidad está adquiriendo
en la actualidad cierta importancia turística gracias a un hotel recientemente inaugurado así como varios complejos de apartahoteles. Tampoco faltan los comercios, bares y restaurantes que se suceden a lo largo de la Avenida Marítima. La oferta de actividades marítimas es también muy variada.
En el siglo XVI, su puerto adquirió notable importancia gracias al transporte de animales hacia otras islas. Cabras, ovejas y hasta camellos eran embarcados para exportarlos hasta Gran Canaria y otras islas cercanas. Entre los siglos XVII y XVIII, su puerto llegó a ser el segundo en importancia de todo el sur de la isla.

Nuestra visita se limitó a dar un paseo por la avenida que discurre junto al mar durante el que disfrutamos de las numerosas esculturas que salpican el paseo. Nuestro rincón favorito resultó ser el viejo puerto resguardado por la montaña y oculto entre las viejas y típicas casas de los pescadores. Era todavía temprano y los pintorescos bares al borde del mar se encontraban aún cerrados. Nos hubiera gustado tomarnos un café en alguna de aquellas terrazas a las que casi llegaban las olas pero apuntamos el lugar en nuestra agenda. Quizás en otra ocasión...
 




Volvimos al coche para continuar nuestro itinerario unos 12kms, hasta llegar a la zona conocida como Costa Calma donde hicimos una incursión para explorar el lugar.
Pronto descubrimos que Costa Calma es uno de esos centros turísticos preparado para ofrecer todo lo necesario al turista. Apartamentos, centros comerciales y grandes hoteles con enormes piscinas, se sucedían uno tras otro sin dejar sitio para nada más. Personalmente siempre he huído de este tipo de turismo y aunque he de reconocer que no resulta de mi agrado, resulta obvio que es una forma de turismo con gran demanda.
El excelente clima del que goza esta zona, sus playas repletas de hamacas, sombrillas, chiringuitos, aseos y duchas y los
hoteles ofreciendo todo tipo de instalaciones para satisfacer a sus clientes, conforman un conjunto de atractivos al que muchos turistas no pueden resistirse.
Dejamos el coche en un aparcamiento y nos acercamos hasta una de sus playas donde damos un paseo y por primera vez, me sumerjo en sus aguas para refrescarme un poco del calor reinante.
Es hora de volver al coche y continuar nuestro camino.
 


De nuevo en carretera, podemos observar cómo unas densas nubes de arena cubren las montañas ubicadas al oeste. 
Aún haremos otra incursión hacia el mar,  unos 5kms más adelante, para disfrutar de unas excelentes vistas a una inmensa playa de arena dorada y aguas turquesas. Numerosos parapentes sobrevuelan el océano, arrastrando a los kitesurfers por la superficie del mar, llenando el cielo de color. La playa es espectacular. 
 



Playa de Sotavento
Aunque se le denomina Playa de Sotavento, realmente se tratan de varias playas ubicadas entre el Barranco de los Canarios y la Playa de la Barca, conformando un arenal de 6kms de largo.
La Playa de la Barca, al norte, está cubierta de fina arena dorada y se constituye como el paraíso para los practcantes del windsurf. No en vano, allí podemos encontrar algunas de las escuelas de windsurf más prestigiosas del mundo así como importantes pruebas del mundial de Windsurfing & Kiteboarding.
Los extensos arenales con los que cuenta esta playa también te permitirán dar agradables paseos e incluso excepcionales observaciones ornitológicas, ya que son habituales la presencia de numerosas especies que acuden a alimentarse a la laguna natural que se forma en esta playa.
Más al sur se encuentra la Playa Risco del Paso, una zona mucho más tranquila y sin tantas aglomeraciones como su vecina norteña. Cuanto más al sur bajes, la tranquilidad y el relax irán en aumento.

En nuestro caso no somos mucho de playa así que nos acercamos hasta el Mirador del Salmo, a unos 20kms de nuestra última parada, desde donde pudimos admirar la belleza de la zona en su máximo esplendor. Extensas playa de fina arena donde el rabioso color turquesa de sus aguas no deja a nadie indiferente. Un punto de visita obligada si quieres contar con una excelente panorámica del lugar.
 



Mirador del Salmo
Ubicado al noreste de la Península de Jandía, ofrece espectaculares vistas a la Playa de Sotavento. Los variados tonos pastel que se mueven entre el amarillo de las dunas y playas y el turquesa de sus aguas, te conquistarán de inmediato.
Para llegar hasta allí, no tendrás más que buscar en el " MAPS" de tu teléfono su ubicación para posteriormente indicarle que te lleve hasta allí.
No te lo pierdas.


 
El tiempo sigue su curso y nuestros estómagos nos recuerdan que tenemos deberes de obligado cumplimiento. Afortunadamente, sólo nos separaban unos 12kms del lugar que habíamos elegido para satisfacer nuestras necesidades gastronómicas.

MORRO JABLE
Morro Jable es una población perteneciente al municipio de Pájara con una población que no llega a los 9000 habitantes. Se encuentra ubicada en la Península de Jandía, al sur de la isla.
Los primeros asentamientos en la zona no tuvieron lugar hasta el siglo XX, dedicándose principalmente a la pesca, la agricultura, la ganadería y la explotacción de la cal. Más tarde cobró importancia la producción de sal.
Su playa, de más de 4 kms de larga, adquiere vital importancia en el auge turístico de la zona, destacándose como uno de los puntos más importantes de la isla.

A nuestra llegada nos dirigimos directamente a su playa más famosa, Playa del Matorral, donde se concentran gran número de restaurantes a escasos metros del mar. El hecho de sentarte a orillas del mar siempre aporta un plus de relajación y disfrute, al que no estábamos dispuestos a renunciar. 
Efectivamente, a lo largo de un estrecho paseo que bordea la playa, se suceden las tiendas, restaurantes y todo tipo de comercios.
Nos sentamos en uno de los muchos restaurantes existentes en la zona, dispuestos a dar buena cuenta de los productos típicos del mar que acompañaríamos con un vinito blanco del lugar.
Un poco de pulpo, unos mejillones y una parrillada de pescado y marisco fue el menú elegido para esta ocasión. 
No resultó sencillo levantarse. La brisilla marina, las vistas y unos estómagos generosamente complacidos, no invitaban a abandonar aquel lugar.
 



 
Nos costó lo nuestro, y lo cierto es que cuando conseguimos levantarnos para volver al coche, los efectos del sol se dejaron sentir con fuerza y no tuvimos más remedio que hacer una inevitable parada de avituallamiento en La Plaza de los Pescadores. Había que hidratarse...
Sentados relajadamente en una terraza a la sombra, nos tomamos un rico refresco y preparamos los planes para la tarde. 
Estábamos muy cerca de Cofete, una salvaje playa con paisajes espectaculares pero que nos obligaba a tomar una pista no asfaltada que el seguro de nuestro coche no cubría. Lo cierto es que el coche andaba muy bien pero nada sobrado de fuerza por lo que preferimos no arriesgar.
Había leído que había un mirador que ofrecía excelentes vistas a toda esa zona por lo que pensamos que si podíamos llegar hasta allí, sería suficiente.
Ni corto ni perezoso, metí en "maps" el mirador de Cofete y me salía una ruta que indicaba un punto, a 5 kms de donde nos encontrábamos. No parecía mucho y decidimos intentarlo.
No tardamos en abandonar el asfalto para adentrarnos en una pista de tierra y piedras que discurría a lo largo de un estrecho cañón. La vegetación típica de este ecosistema y las rocas volcáncas, se erigían como indiscutibles protagonistas del árido lugar donde nos encontrábamos. Unos rústicos cobertizos para animales y algunas cabras y ovejas buscando refugio en las escasas sombras disponibles, fueron los únicos vestigios de vida que encontramos.
Un poco más adelante la pista terminaba y no había ni rastro de ningún mirador en los alrededores. 
Seguramente, no muy lejos, en lo alto de alguna de las colinas que nos rodeaban, se encontraría el dichoso Mirador de Cofete pero ni el árido terreno ni el calor agobiante que nos envolvía, invitaban a buscarlo.
Nos encontrábamos en el Barranco del Ciervo.
 
Barranco del Ciervo

Higo Chumbo

 

Desistimos de Cofete y desandamos el camino andado para volver a Morro Jable y desde allí cruzar la isla para explorar la costa oeste. Nuestros planes habían cambiado y ahora nuestro destino sería el Mirador de la Pared.

Mirador de la Pared
Unos 30kms nos separan de La Pared, un istmo que une la antigua isla de Jandía con Fuerteventura. Y es que aunque en la actualidad todo forme parte de la misma isla, en sus orígenes hace unos 20 millones de años, Jandía era una isla separada de Fuerteventura. En fotos satélite, se aprecia perfectamente ese istmo arenoso existente entre Jandía y el resto de la isla.
En La Pared encontraremos una pequeña y salvaje playa donde las olas azotan sin tregua sus rocas negras. Una pequeña playa de apenas 250 metros encajonada por agrestes acantilados, supuso un cambio redical respecto a las playas que habíamos visto hasta ahora en la costa oriental de la isla.

 

 

Una pared rocosa a la derecha de la playa, nos permitió comprobar la fuerza del mar rompiendo contra los acantilados. 
Mucha gente acude a este lugar para disfrutar de las excelentes puestas del sol que se pueden avistar desde aquí pero a pesar de que no queda demasiado para el atardecer, hoy no podremos disfrutar del momento ya que el cielo está cubierto. Aún así, el paisaje resulta espectacular.
 
 
 
 
 
 
 
 
Tras las fotos de rigor y un agradable paseo por los alrededores, volvemos al coche para acercarnos hasta otro mirador cercano, a unos 11kms, donde esperamos poder disfrutar de otro paisaje bastante diferente al actual.
El mirador de Sicasumbre pondrá punto final a nuestras visitas de la jornada y nos regalará grandiosas vistas al Parque Natural de Jandía, al Monumento Natural de Montaña Cardón, a la Montaña Hendida o a la Degollada del Viento. 
El paisaje resulta devastador, mostrándonos agrestes montañas de claro origen volcánico cuyas laderas carecen prácticamente de vegetación.
Pero no son sus extraordinarias vistas lo único que ofrece este lugar ya que nos encontramos en un mirador astronómico donde podremos identificar las principales constelaciones, gracias a los paneles informativos instalados allí para tal fin.
Realizamos la visita con las últimas luces del día por lo que cuando regresamos al coche, era ya prácticamente de noche.
 




Ya sólo nos quedaba recorrer los 50 kms que nos quedaban hasta casa para completar la jornada. 
Una rápida parada en un centro comercial para comprar algo para cenar, supuso el único parón antes de aparcar el coche frente a nuestro apartamento, donde siguiendo lo que ya constituía un ritual, nos dimos una duchita, preparamos la cena y tomamos un café y un par de " refrescos " a la luz de la luna en nuestra amplia terraza. 
Todo un lujo disfrutar de este momento de relax, a una temperatura que podríamos definir como perfecta.
Creo que este final se va a repetir durante los próximos días.....




ruta de la jornada 
 

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