26 mayo 2016

Paseando por La Galea. Azkorri.



Muy cerca de Bilbao, donde la ría comienza su andadura abriéndose paso entre las bellas localidades situadas en sus márgenes, encontramos un singular paseo costero de visita obligada. Se trata de un precioso recorrido que no entraña  ninguna dificultad, muy agradable de realizar y cuya distancia podremos adaptar a nuestro gusto ya que lo podremos convertir en un pequeño paseo de unos pocos kilómetros o en una etapa de todo un día. Todo dependerá de lo que estemos buscando...



Qué nos ofrece.

Aparte de poder admirar emblemáticas joyas arquitectónicas como el Molino de Aixerrota y el Fuerte de La Galea, ambos construídos en el siglo XVIII, esta ruta ofrece unas excelentes vistas a la desembocadura del Abra donde la ría de Bilbao se funde con el mar Cantábrico dando cobijo al Puerto de Bilbao.
Poco más adelante los agrestes acantilados de Punta Galea, Azkorri y Sopelana nos regalarán unas inmejorables vistas del Golfo de Bizkaia mientras la dulce brisa marina acariciará nuestro rostro según avancemos desde lo alto de los acantilados.
Si el paseo lo realizamos durante el verano, podremos combinarlo con un agradable chapuzón en alguna de las numerosas playas de la zona: Azkorri, Atxabiribil, Barinatxe...
El paseo se podrá alargar hasta la localidad de Sopelana, Plentzia o incluso Armintza, o bien acabar en Azkorri, a unos 5 kilómetros del molino, y desde allí  volver andando o bien tomar un autobús. 



Cómo llegar.
 





Si disponemos de coche podemos acercarnos hasta el molino de Aixerrota e intentar dejarlo aparcardo por esa zona.
Si no disponemos de vehículo o no pensamos volver por el mismo sitio, podemos tomar el metro hasta la estación de Bidezábal y comenzar desde allí la ruta. Esta opción nos permite la posibilidad de acabar la ruta en Plentzia, disfrutar de su relajado ambiente, comer en alguno de sus restaurantes y hacer el camino de vuelta en metro o autobús.





El recorrido.
En esta ocasión me he limitado a llegar hasta la playa de Azkorri y regresar a pie por el mismo sitio pero en otras ocasiones he llegado hasta la localidad costera de Plentzia.
Dejé el coche muy cerca del molino de Aixerrota desde donde hay unas excelentes vistas al Abra y a las localidades que lo escoltan a ambas márgenes de la ría.





El nombre del molino, Aixerrota, proviene de los vocablos euskaldunes "haize" y "errota", aire y molino respectivamente. 
Una importante sequía en el siglo XVIII, condujo a la construcción de este atípico molino de viento. En la actualidad, en un edificio anexo, se encuentra un afamado restaurante.



Un camino bien acondicionado nos conduce al Fuerte de La Galea construído en el siglo XVIII para defender el tráfico de mercancías que llegaban a Bilbao vía marítima. A día de hoy sus muros luchan para no ser literalmente devorados por la vegetación.




El siguiente punto reseñable es el Faro de Punta Galea. Hoy situado a nuestra derecha y rodeado por un tupido seto, anteriormente se construyó a la izquierda del camino, allá por el año 1782.
Mucho antes, este punto era señalizado mediante hogueras y siempre ha sido un estratégico punto de vigilancia para el avistamiento de ballenas.





A partir de aquí, un cómodo camino asfaltado nos conducirá hasta la playa de Azkorri aunque mucha gente optará por acercarse hasta los abruptos acantilados de la zona para hacer la ruta bordeando los mismos. Si decidimos hacer el recorrido por sus bordes, descubriremos algún sendero que desciende hasta alguna de las recónditas calas que se encuentran a sus pies.









A nuestra derecha podremos atisbar las cuidadas campas que conforman el campo de golf de La Galea.





Acompañados por alguna atrevida taravilla, llegamos hasta la playa de Azkorri donde encontraremos una fuente y un pequeño bar, junto a un pequeño aparcamiento donde acaba la carretera que conduce hasta allí.
En esta ocasión aquí acabó mi ruta pero si te apetece seguir, no tienes más que tomar el sendero que se extiende paralelo al acantilado y que te llevará hasta las playas de Atxabiribil y Barinatxe. 

Un aperitivo y una cerveza en el bar El Peñón, te permitirá un merecido descanso a la vez que unas preciosas vistas a la playa.
Pero bueno, esta vez mi pequeña excursión se limitó a llegar a la playa de Azkorri y volver por el mismo camino. 
Un recorrido de unos 10 kilómetros (ida y vuelta) que no entraña ninguna dificultad y donde sólo el zumbido de algún abejorro, el revoloteo de las mariposas y los melodiosos cantos de los pajarillos te acompañarán durante un paseo que te permitirá saborear el poderoso aroma del mar Cantábrico, empeñado en lanzar sus olas contra las rocas repletas de lapas y percebes que se encuentran al fondo de los acantilados.




2 comentarios:

Tawaki dijo...

Que preciosidad de ruta. Combina paisaje, monumentos y gastronomia. No se puede pedir mas.

aitor dijo...

Es una de mis rutas costeras favoritas por la gran variedad que ofrece.