Allá por el 2005 preparamos nuestra primera incursión por libre al continente africano.
En honor a la verdad he de confesar que el respeto que nos producía el continente negro, consiguió que en un principio valoráramos la posibilidad de hacer el viaje con una agencia. De hecho, hicimos una prereserva con la empresa Marco Polo confíando en que se formara el grupo necesario para realizar un viaje que recorría Sudáfrica, cataratas Victoria, Botswana y Namibia en un camión, durmiendo en tiendas de campaña.
Afortunadamente nunca se llegó a formar
el grupo necesario y faltando apenas un mes para nuestra partida, la agencia nos
dejó literalmente “tirados”.