Una pequeña escapada a una ciudad ya conocida pero no por ello carente de interés, sirvió de despedida al 2014.
Hace ya unos años, a lo largo de mi recorrido por el país luso, pasé unos días en la segunda ciudad más importante de Portugal y los recuerdos que mantenía de ella, me animaban a repetir la experiencia.
Apenas disponía de cuatro días pero quería exprimirlos a tope para tratar de ver y sobre todo “vivir” con intensidad la incesante actividad de la ciudad que nos acogería los próximos días.
Y es que como nos dijo un lugareño apenas pisamos Oporto,
“ en Portugal, Lisboa gasta, Coimbra estudia, Braga reza y Oporto trabaja” .
No era un mal apunte para comenzar a hacernos una idea de lo que pensaban de la ciudad sus propios habitantes.