10 noviembre 2020

Viajar en tiempos de covid-2. Galizia V. Corrubedo y sus dunas.


Hoy dedicaremos la jornada a visitar una zona que desconocía por completo. Había oído hablar mucho del pueblo de Corrubedo y de sus no menos conocidas dunas pero por alguna extraña razón nunca me había acercado hasta esta zona.
Tras desayunar pausadamente en nuestro hotel, en Noia, emprendimos la ruta hasta el Parque Natural de las Dunas de Corrubedo. En nuestra ruta al suroeste, volvimos a pasar por las bonitas y animadas poblaciones costeras de Portosín y Puerto del Son así como otras más pequeñas pero no menos atractivas. Disfrutar de estos poblados, sus playas y los paisajes que continuamente se suceden a lo largo de la carretera, suponen otro de los grandes atractivos de esta tierra. 
Poco a poco fuimos avanzando por la costa hasta salvar los aproximadamente 36 kms que separaban las dunas de Corrubedo, de Noia. Un parking muy cercano a las dunas nos permitió dejar el coche en un lugar perfecto para conocer a pie los alrededores.

Para empezar, nos acercamos hasta las Dunas de Corrubedo a través de una pasarela de madera habilitada para no pisar la arena y con claras advertencias acerca de la prohibición de acceder a ellas a pie.
Nos dirigimos directamente a una gran duna móvil de más de un kilómetro de largo, lo que la convierte en una de las más importantes de toda la zona noroccidental de la península. Se dice que tiene una anchura de unos 250 metros y una altura cercana a los 20 aunque se asegura que en el pasado llegó a alcanzar incluso los 60 metros.
Ubicada al sur de Corrubedo, el área donde se encuentra esta espectacular duna se erige como el parque natural más visitado de todo Galizia. Con sus casi 1000 hectáreas, este complejo abarca además, la Playa de Corrubedo y las lagunas de Vixán y Carregal, hogar de miles de aves acuáticas.
En un pequeño recorrido a través de las pasarelas de madera, llegamos hasta el final antes de que los visitantes comenzaran a llegar a la zona. No es un lugar demasiado apropiado para masificaciones durante estos tiempos de pandemia, debido a sus reducidas dimensiones así que es conveniente buscar las horas más solitarias.
 
 


 

Tras las fotos de rigor, volvimos al punto de partida para tomar otro camino paralelo al mar que nos llevará hasta la Laguna de Carregal.
Una pequeña caminata a través de una pista de piedra nos lleva hasta este lago salado cuyo paisaje nos dejó con la boca abierta. La marea se encontraba baja y ante nosotros se abría un extenso arenal surcado por un profundo canal a través del cual se retiraban las aguas
salobres hacia el océano Atlántico. Dos enormes peñas coronaban la escena poniendo frontera entre el mar y la arena mientras un puñado de personas paseaban plácidamente aprovechando las agradables temperaturas mañaneras.
He tenido el privilegio de conocer muchas playas paradisíacas a lo largo de todo el planeta pero sinceramente he de reconocer que el escenario que se mostraba ante mí en aquellos momentos, no tenía nada que envidiar a ninguna de ellas. Realmente espectacular.
Imagino que con la marea alta el paisaje cambiaría radicalmente y no tendría nada que ver con lo que podía ver en aquellos momentos. Dimos un relajante paseo por la arena y aunque me hubiera gustado seguir explorando la zona hasta llegar a la Laguna de Vixán, lo cierto es que en ocasiones el tiempo parece correr demasiado y la hora de comer se nos estaba echando encima. Y la hora de comer en Galizia, es algo que no se puede dejar pasar...
Abandoné el lugar con esa sensación de insatisfacción por no haber descubierto antes este paraíso y que te empuja a hacer planes para volver en un futuro no muy lejano; al fin y al cabo, no estoy tan lejos de casa...





Cuando llegamos a la localidad de Corrubedo, descubrimos un precioso pueblo pequeño de los que a mí me gustan y que no hizo otra cosa que reavivar mis propósitos de volver a esta zona para dedicarla el tiempo necesario.
Preciosas calitas y estrechas calles repletas de gente disfrutando de la animada vida social, parecían empeñadas en demostrarnos que aquel lugar contaba con todo lo deseado.
Pero no podíamos despistarnos demasiado si queríamos disfrutar de una agradable comida marinera ya que los locales se encontraban repletos y no resultó sencillo buscar un hueco en alguno de ellos.
Finalmente comimos en O´Secreto, uno de los mejores restaurantes del pueblo que nos ofreció una mesita para dos tras muchos ruegos y súplicas.
Unos pimientos de Padrón, unas almejas con pulpo y una lubina a la brasa para dos, regada con un vinito blanco de la zona, nos sirvieron para poner el perfecto broche final a la mañana.
Aún con los efluvios del vino saturando nuestros sentidos, salimos del restaurante para dar una vueltilla por el puerto y tomar un café a orillas del mar antes de decidir qué hacer durante la tarde. 




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
Santa María de Corrubedo
, nombre oficial de la localidad, es una parroquia perteneciente al municipio de Riveira que a su vez pertenece a la provincia de A Coruña.
 
Aunque en el siglo XV ya se tienen conocimientos de su existencia, no es hasta el XIX cuando adquiere importancia gracias a la pesca y, al igual que en otras poblaciones de la zona, la aparición de la industria de salazón. Aunque posteriormente su población fue mermando debido a la emigración, el empeño de sus vecinos por mantener vivo su pueblo consiguió revitalizarlo, llegando a ser en la actualidad un enclave con importante actividad turística en la que apartamentos y chalés se han multiplicado de forma espectacular. 
Seguramente en un futuro cercano, que algunos aseguran ya haber llegado, este entrañable pueblillo será víctima de la vorágine que lleva asociada indefectiblemente el turismo.
 



 

Después de un breve y necesario relax para digerir la comida, decidimos acercarnos hasta otra zona del parque, concretamente hasta el Centro de Interpretación do Ecosistema Litoral de Galicia. Allí nos encontramos con varias rutas autoguiadas en las que se pueden contemplar los hábitats típicos de estos ecosistemas. No es fácil aparcar en esta zona en verano ya que son muchos los que se acercan al lugar para disfrutar de una jornada playera.
Los itinerarios que allí encontramos reciben el nombre de Camino del agua, Camino del mar y Camino del viento. 
Tras hablar con el encargado del centro, nos recomienda el Camino del Mar que nos permitirá descubrir la marisma y la llanura intermareal del parque natural en un itinerario de unos 3,5 kilómetros. 
No es el mejor momento del día para hacerlo ya que el sol aprieta con fuerza y la fauna que habita el lugar se encuentra oculta entre la vegetación para protegerse de las horas más calurosas del día. Caminamos a través de una pista de arena y barro durante unos kilómetros hasta que decidimos reemprender el camino de vuelta, acusando los efectos del astro rey que nos azota sin piedad. 
Hacemos la vuelta acercándonos a la playa y aprovecho para darme un chapuzón y refrescarme un poco tras la caminata. Para mi sorpresa, el agua no está tan fría como pensaba y como suele acostumbrar por estas latitudes.
 

 

El sol va cayendo y es hora de comenzar el regreso al coche para ir volviendo a Noia.
Hoy será nuestra última noche en Galizia ya que mañana partiremos hacia La Rioja, haciendo una pequeña parada en Ponferrada donde pensamos comer y estirar un poco las piernas.
Tras una reconfortante ducha, aprovechamos lo que queda de día tomando unas cervezas por Noia y picando algo por sus terrazas antes de ir a dormir. 
Mi paso por Galizia, una vez más ha resultado sumamente agradable y he tenido la oportunidad de conocer algunos sitios nuevos que hacía mucho tiempo que deseaba visitar. 
Desgraciadamente, los efectos de su gastronomía se están dejando notar y no sé cuántos kilos de más me llevo encima pero la oportunidad de degustar pescado y marisco fresco en estas tierras es un placer al que no estoy dispuesto a renunciar cada vez que aterrice por estos lares. Además dicen que tanto el marisco como el pescado azul poseen altas dosis de vitamina D, vital para reforzar tus defensas y hacer frente al maldito virus que tanto nos está condicionando la vida.....


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