27 abril 2010

La Dehesa de Abajo. Doñana (lV)


Fue durante nuestro último día de estancia en Doñana cuando visitamos la zona norte del parque. Habíamos reservado un tour por el interior del parque que habitualmente comenzaba en el Rocío pero una vez más, la cantidad de agua caída obligaba a modificar el itinerario debido a la destrucción de los caminos y la imposibilidad de transitar por ellos. Debíamos trasladarnos hasta el pueblo de Hinojos donde nos recogerían para comenzar el tour en un 4X4. 
Como teníamos libre hasta la tarde, nos dirigimos a primera hora de la mañana hasta los alrededores de la Dehesa de Abajo ya que nos habían comentado que había bastantes aves en las zonas inundadas.


Nos encontrábamos fotografíando los moritos, espátulas y cigüeñuelas que se apiñaban a los lados de la carretera cuando nos llamó la atención la presencia en un poste de una gran rapaz. Nos acercamos lentamente sin bajarnos del coche hasta llegar a sus pies y quedarnos admirados con la espectacular visión de una preciosa águila pescadora que se encontraba distraída , dando cuenta de un gran pez que tenía entre sus garras.
La tenía ya enfocada con mi cámara a escasos metros cuando se echó a volar; aún tengo en mente la preciosa imagen que se me escapó por centésimas de segundo a pesar de que capturé una mediocre imagen de la preciosa rapaz en vuelo aún con su presa en las garras.

En nuestra ruta levantamos una cigüeña negra y numerosas garzas, moritos, cigüeñuelas y otras acuáticas antes de llegar al centro de recepción de visitantes de la reserva de la Dehesa de Abajo que nos recibió con varias parejas de cigüeñas construyendo su nido.
La visión del extenso acebuchal cercano sembrado con sus nidos resultaba impresionante; a la vez, los milanos negros no dejaban de sobrevolar la zona en busca de alguna potencial presa. 
Me encontraba entretenido fotografíando en vuelo a los milanos cuando repentinamente y ante mi asombro, uno de ellos se abalanzó en picado con las garras por delante hacia un acebuche cercano para apoderarse en cuestión de segundos de un ave blanca que no llegué a distinguir dada la rápida sucesión de los acontecimientos; supongo que se trataría de una pobre garceta distraída pero fuera lo que fuera, lo que quedó claro es que pasó a ser el sustento del veloz milano.
















De allí nos acercamos hasta la laguna cercana que se hallaba repleta de  flamencos, cigüeñuelas, avocetas, algún ostrero, etc. Los milanos continuaban al acecho y no perdían detalle de todos los movimientos que se producían en la charca, atentos al mínimo descuido.
Permanecimos durante un buen rato fotografíando los flamencos entre los que se encontraban bastantes inmaduros. 
Por último, visitamos los observatorios desde los que pudimos ver por primera vez una pareja de fochas cornudas que hacían aparición de vez en cuando por los alrededores. Somormujos, zambullines, porrones y pollas de agua no faltaron tampoco a la cita.
Nos despedimos de estos parajes para acudir a nuestra cita con los chicos de Doñana Nature que nos adentrarían por terrenos acotados del parque no sin antes divisar una gran grupo de martinetes que se dirigían a un arbolado junto a la carretera.
















Iniciamos el tour en 4X4 atravesando auténticas piscinas que amenazaban con engullir el vehículo por completo y temiendo quedar atrapados en cualquier momento pero afortunadamente no hubo incidentes dignos de mención. Durante toda la tarde estuvimos recorriendo el corazón del parque divisando lagunas que hacía muchos años que sólo existían en el recuerdo de los más mayores. En varias ocasiones nos cruzamos con los huidizos y abundantes ciervos y gamos que veían su territorio habitual inundado por el agua.


Una pareja de águilas imperiales que anidaba en la zona también sufrieron los efectos del temporal y vieron como el eucalipto que eligieron para nidificar se vino abajo; afortunadamente optaron por quedarse en otro no muy lejano. 
Los restos de ganado que murieron ahogados aún permanecían por la zona mientras las aves acuáticas celebraban con sus cantos las grandes extensiones de terreno inundado. Con la ilusión de haber participado en una de los primeras visitas guíadas al parque, abandonamos Doñana con los últimos rayos de sol penetrando en el bosque inundado. Según nos comentaron nuestros guías, llevaban desde Diciembre sin poder entrar a la zona, algo que no nos sorprendía viendo el estado actual de las pistas.


Eran nuestras últimas horas por Doñana antes de partir al día siguiente hacia casa y a pesar de no haber podido visitar alguna de las zonas previstas, celebramos al menos, haber sido unos de los primeros visitantes del año en haber llegado a los puntos visitados en la tarde de hoy. 
Sólo quedaba despedirnos de nuestros guías , mientras rogaban al cielo que no derramara una gota de agua más; y es que ya se sabe……..nunca llueve a gusto de todos.!!

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