15 febrero 2012

Lago Manyara, el hogar de los "leones trepadores". TANZANIA


El Parque Nacional del Lago Manyara cuenta con algo más de 300km2, de los cuales dos terceras partes están ocupadas por el lago cuando éste alcanza su máximo nivel. Este nivel varía enormemente de un año a otro dependiendo de las precipitaciones recibidas.



Enclavado a una altitud de entre 1000 y 1500 metros, recibe una precipitación media de 650mm al año, principalmente entre los meses de noviembre-diciembre y febrero-abril; su temperatura media es de 22ºC. 
De julio a octubre, durante la temporada seca, las aguas pueden quedar muy lejos de las pistas del parque lo que hará necesario el uso de buenos prismáticos o telescopios para la observación de las aves que lo pueblan. 



Sitúado a poco más de 100 km de Arusha (unas dos horas de coche), goza de una vegetación exuberante gracias a las aguas subterráneas procedentes de las tierras altas de Ngorongoro.
En 1960 fue declarado Parque Nacional y posteriormente, en 1981 Reserva de la Biosfera.


Entre los mamíferos que pueblan el parque podemos destacar los elefantes, jirafas, cebras, ñus, búfalos, hipopótamos, diversas especies de antílopes y monos, leopardos y los famosos leones trepadores de árboles. Hay quien asegura que este peculiar comportamiento de los felinos, viene dado por la gran densidad de elefantes y búfalos existente en este parque. 
Por otro lado, aquí podemos observar una especie de mono, inédito en los demás parques del norte: el mono azul (Cercopithecus mitis mitis).


Entre las más de 400 especies de aves, podemos citar a flamencos, pelícanos, cigüeñas, cormoranes, águilas varias, turacos, etc. 
 

El Calao de mejillas plateadas o cariplateada (Bycanistes Brevis) representa una de las aves características del parque. Con sus 80cm de envergadura y casi un kilo y medio de peso, será difícil que pase inadvertido a nuestro paso. Su peculiar pico y cresta además de su negro plumaje teñido de blanco en su zona dorsal, harán que resulte sumamente sencillo identificarle. 



Tras recorrer durante toda la mañana las áridas tierras de Tarangire, salimos de dicho parque para dirigirnos al Lago Manyara.
Este parque se halla sitúado a medio camino entre Tarangire y Ngorongoro por lo que suele ser habitual hacer una parada para visitarlo.


Incluímos este parque en nuestro itinerario confíando en poder observar las abundantes especies ornitológicas que pueblan este tipo de hábitats pero he de advertir a todo el que tenga en mente visitarlo por los mismos motivos, tenga en cuenta que durante la temporada seca los niveles de agua quedan muy lejos de las pistas transitables por lo que apenas divisarán especies acuáticas. En nuestro caso, gracias a que uno de los integrantes del grupo llevaba un telescopio, pudimos ver las bandadas de flamencos así como otras especies de cigüeñas, pelícanos, águilas y limícolas.
Aún así es un parque peculiar y distinto a todos los visitados ya que la abundancia de agua permite la proliferación de una vegetación abrumadora en determinadas zonas del mismo. Resulta sorprendente, y más cuando vienes del árido Tarangire, encontrarte con el verdor y la frescura que proporcionan los enormes árboles de Manyara.

Tras llegar a la ciudad de Mto Wa Mbu (río de mosquitos), nos desvíamos a través de una polvorienta pista para subir a una colina donde se encuentra nuestro alojamiento, el Manyara Wildlife Safari.  Allí nos están esperando de nuevo con las toallitas húmedas para quitarnos el sudor y polvo acumulados.
El alojamiento nos vuelve a sorprender gratamente y nos hace conscientes de que el nivel de los hoteles será más alto del que esperábamos, a lo largo de todo el safari.
Tras una pequeña charla de bienvenida por parte del gerente, pasamos a comer mientras disfrutamos de unas vistas impresionantes al lago.
Hoy nos sacan berenjena gratinada, unos hojaldres rellenos y ensalada de frutas, café y 5 cervezas. Todo muy rico.




Unos coloridos suimangas que acudían a las flores del jardín cercano, nos tuvieron entretenidos durante un buen rato.


  
Tras lavarnos un poco en nuestras cuidadas y bonitas habitaciones, salimos hacia el parque sobre las 15,30 para hacer el primer safari por los alrededores del lago.


No tardamos en comenzar a ver los primeros elefantes, jirafas, antílopes, el cálao cariplateado, águilas pescadoras, babuinos, mangostas, etc, etc. 
Acabamos la ruta cerca de una charca donde unos hipopótamos aprovechan para sumergirse en uno de los escasos reductos de agua, lejos de las orillas del lago.
Sobre las 18,30 salimos del parque con las últimas luces del día y una espina de acacia clavada en una de nuestras ruedas.

Tras la llegada a nuestro hotel, nos damos una ducha antes de degustar una rica cena que pone el punto final al día. 
Ya de camino a nuestra tienda, apreciamos el característico olor que desprenden los animales muertos; algún animal o sus restos, no deben andar lejos.
Dormimos plácidamente hasta las 6 de la mañana. 
Tras el desayuno, cargamos las mochilas en el coche y nos despedimos del personal. 
Como nota negativa, apuntamos el precio excesivo de la bebida: 6$ por cada cerveza.

En 15 minutos estamos de nuevo en el parque viendo elefantes, jirafas, antílopes, grandes grupos de babuinos y un pequeño animal que no habíamos visto hasta ahora y que aquí parece abundar: el damán.
Este pequeño animal aparentemente similar a un roedor, es considerado como el pariente vivo más próximo al elefante. Sus evidentes diferencias morfológicas son fruto de la evolución divergente. 
Atravesamos una zona bastante solitaria en la que cada acacia estaba poblada por varios ejemplares de estos pequeños ungulados.
Prácticamente todos los árboles que flanqueaban la pista por donde circulábamos estaban colonizados por varios ejemplares que devoraban plácidamente las tiernas hojas recién brotadas. 


 

También tuvimos la enorme fortuna de ver los famosos leones trepadores gracias a la habilidad de nuestro guía, que los descubrió entre la densa vegetación.

 
Desgraciadamente, los niveles de agua del lago están bajo mínimos y las bandadas de acuáticas están muy lejos. De no haber sido por el potente telescopio que llevaba uno de los compañeros, apenas hubiéramos podido ver nada. Algo a tener en cuenta, si tienes previsto visitar este parque en la época seca.
Aún así, salimos del parque satisfechos por la experiencia de haber podido apreciar el gran contraste existente entre la aridez de Tarangire y la exuberancia de Manyara
Además hemos engrosado nuestra lista de especies observadas con algunos mamíferos y bastantes aves nuevas.

Ahora nos espera un largo viaje-safari hasta llegar a nuestro alojamiento en Serengeti, nuestro próximo objetivo. Nuestra estancia en Tanzania, está siendo hasta el momento sumamente satisfactoria.
Sin más premisas salimos hacia el Ngorongoro en lo que adivinamos será un largo viaje por pistas sin asfaltar. En principio iban a ser 5 horas de viaje pero nos llama Elisante para decirnos que ya no vamos al Sopa Serengeti sino al Kirawira Serena lo que supondrá dos horas más de viaje.
Menos mal que aprovecharemos para ver muchísimos animales en el camino.

Próximo capítulo: Llegada a Serengeti.

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