26 marzo 2014

Bremen.


Tras la visita a Munich o mejor dicho, a su feria de la cerveza, retomamos rumbo al noroeste alemán con el objeto de conocer la ciudad de Bremen.
Esta coqueta población alberga más de 500.000 habitantes mientras que la totalidad del área urbana casi llega al millón.
Gracias a que el río Weser se ensancha a su paso por la ciudad, convirtiéndose en un río navegable, su puerto adquiere gran relevancia. Más adelante, a unos 70 kilómetros, desembocará en el Mar del Norte.


Recorrimos sus tranquilas calles repletas de atractivos, a la vez que no desaprovechamos la ocasión de degustar las extraordinarias cervezas germanas en las tranquilas terrazas que ofrecían numerosos establecimientos de la ciudad.
Su ayuntamiento, construído entre 1405 y 1410 y considerado como uno de los más bellos de Alemania, fue  declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

16 marzo 2014

Oktoberfest.La genuina fiesta de la cerveza.


Desembarcamos en el aeropuerto de Munich con el exclusivo objetivo de conocer in situ la  fiesta más famosa dedicada a la cerveza.
Conocida como Oktoberfest, la ciudad bávara celebra esta fiesta desde 1810 y durante su celebración acoge a millones de visitantes de todas las partes del mundo. 

Cerca de la Estación Central, en el área conocida como Theresienwiese, se acota un recinto donde se concentran atracciones y cervecerías durante más de dos semanas.

06 marzo 2014

Dachau,el primer campo de concentración nazi.


A 13 kilómetros al noroeste de Munich, en el pueblo de Dachau, se encuentra el primer campo de concentración abierto por los nazis en marzo de 1933.
Durante 12 años, más concretamente hasta abril de 1945, se sucedieron entre sus paredes los más variados métodos de tortura y se llevaron a cabo toda clase de inhumanos experimentos médicos.
Se calcula que unos 200.000 prisioneros de 30 países diferentes pasaron por sus dependencias. 
Estas instalaciones sumaron entre sus dependencias, a partir de 1941, una cámara de gas que supuestamente nunca llegó a utilizarse.
Además de las miles de muertes naturales que se produjeron a consecuencia de las pésimas condiciones de vida sufridas por los prisioneros, habría que sumar más de 40.000 asesinatos.


En la actualidad, y desde el año 1965, el antiguo campo de concentración se ha convertido en un museo abierto al público que muestra las distintas salas y dependencias donde los prisioneros se hacinaban, padecían toda clase de castigos y para muchos de ellos supuso el fin de sus días.
Una verja con la cínica frase "Arbeit macht frei'" (el trabajo hace libre), da paso a esta vergonzosa "casa de los horrores".