Es frecuente escuchar en boca de aquellos que visitan India, la aseveración de que este país o te cautiva o te produce una rotunda sensación de rechazo. Si me tengo que identificar con alguno de los dos grupos, sin duda tendré que hacerlo con los primeros.
Si bien es cierto que mi viaje ha sido un tanto atípico ya que durante dos semanas me he dedicado casi en exclusiva a recorrer sus parques naturales, también he tenido tiempo para deleitarme con las pequeñas aldeas que se encontraban en sus aledaños. Ciertamente, la gente que encuentras en estos poblados, poco tienen que ver con los atosigantes vendedores de otras zonas por las que pasé como Agra o el mismísimo Delhi.
Y es que las injustas y abismales diferencias económicas entre los habitantes de los países en desarrollo y los turistas que los visitamos, provocan la proliferación de “buscavidas” en los alrededores de las grandes urbes y los principales atractivos turísticos del país. Por desgracia y contrariamente a lo que ellos piensan, nuestros euros son limitados y no podemos atender las exigencias de tal volumen de peticiones.
Sí podemos sin embargo, en mi opinión, esforzarnos al máximo por intentar que la mayor parte de nuestros gastos reviertan directamente en su población.
Utilizar hoteles, restaurantes, transportes, agencias y todo tipo de comercios locales, es la mejor forma de que nuestro paso por estos países favorezca en la medida de lo posible, a los más necesitados.
Utilizar hoteles, restaurantes, transportes, agencias y todo tipo de comercios locales, es la mejor forma de que nuestro paso por estos países favorezca en la medida de lo posible, a los más necesitados.
Una vez hecho este inciso, tengo que afirmar que el impacto visual que me ha producido este país ha sido posiblemente el mayor de todos los visitados por mí hasta el momento; solamente algunas zonas de Africa y algunas tribus de las montañas entre China y Vietnam, consiguieron despertar en mí sensaciones similares a las que producían la continua sucesión de imágenes que se iban sucediendo a lo largo de mi recorrido por India.
De hecho, si hubiera realizado un viaje de 14 días caminando, tengo la impresión de que apenas hubiera avanzado unos pocos kilómetros porque cada metro me hubiera parado a sacar decenas de fotografías y es que, como me repetía continuamente, India parece una continua sucesión de fantásticos y maravillosos fotogramas, el paraíso de cualquier fotógrafo que se precie.
Los rostros de sus habitantes, sus coloridos vestuarios, sus medios de transporte, sus estaciones de tren, sus mercados, el infatigable trabajo de sus mujeres transportando todo tipo de materiales sobre sus cabezas, sus animales, sus casas, sus aldeas, sus escenas cotidianas, sus paisajes y desde luego su rica y desconocida riqueza natural, eran objetivo continuo de nuestras sufridas cámaras. Jamás he tenido la sensación de haber perdido tantas y tan extraordinarias instantáneas como en este viaje pero obviamente, no podíamos parar cada minuto……
El principal objetivo de nuestro viaje no era otro que engrosar la reducida lista de personas que han visto al felino más grande del planeta en libertad, algo de lo que no éstabamos plenamente convencidos dado el escaso número de ejemplares existentes y las vastas extensiones de terreno donde se refugiaban.
Tras documentarnos acerca de los parques con más posibilidades para avistar tigres y tratando de no recorrer distancias interminables a través de este gigantesco país, redujimos los parques a visitar a Ranthambore, Bandhavgarh y Kanha.
Entre los dos primeros, aprovechamos para acercarnos también al santuario de aves de Keoladeo en Bharatpur y a la cercana y monumental Agra.
La fortuna se alió con nosotros en esta ocasión y ya adelanto que vimos tigres en los tres parques visitados aunque dos de ellos se nos “escaparon vivos” y no conseguimos atraparlos para siempre en nuestras tarjetas de memoria. Los dos aparecieron con las últimas luces del día, uno en Bandhavgarh y otro en Kanha, siendo éste el único que tuvimos oportunidad de ver en este parque que por otro lado nos regaló inolvidables momentos con la observación de un precioso leopardo con el que mantuvimos un divertido juego del gato y el ratón a lo largo de media hora de apariciones y desapariciones en el interior de la espesa jungla.
Durante los catorce intensos safaris que realizamos, pasábamos del intenso frío del amanecer a las cálidas horas vespertinas, de las primeras luces del alba a las últimas del atardecer, del huidizo leopardo al confíado y enorme gaur o bisonte asiático…….
No había tregua para el aburrimiento y aunque en ocasiones permanecíamos durante un tiempo sin apenas ver fauna, solamente la posibilidad de toparnos con un majestuoso tigre o un elegante leopardo, conseguía mantener la tensión suficiente para no caer en el desánimo. Además tuvimos la gran suerte de compartir jeep con gente tan entusiasta por la vida salvaje y la fotografía como nosotros.
No quisiera tampoco olvidar en esta breve crónica, el elevado grado de culpa que tuvieron en el éxito de nuestro pequeño periplo por India, todo el equipo de la agencia india www.naturesafariindia.com y en especial a Sharad Vats, fotógrafo profesional y naturalista empeñado en fomentar el respeto por la Naturaleza y un turismo sostenible , con el que intercambié numerosos correos para que nos organizara un viaje a medida que finalmente resultó un acierto absoluto. Excelentes alojamientos, personal sumamente amable, agradable y eficaz, conductores, guías y vehículos perfectos y una organización que para sí la quisieran empresas dedicadas a lo mismo en el “mundo desarrollado”.
Gracias a todos por los servicios prestados y sobre todo por vuestro trato hacia nosotros en cada momento.
Eskerrik asko, lagunak!!
- Capítulo anterior: Delhi, una gran bofetada de sensaciones. INDIA
- Capítulo siguiente: Ranthambore (I). Paisajes y alrededores.
4 comentarios:
Vaya envidia sana, Aitor!!!!
Cómo me ha alegrado ver el post de India. Pensé que sería más tarde el viaje. Y vaya suwerte ver tigres en los 3 parques, por no envidiarte sanamente el jueguecito con el leopardo.
Pues me alegro, compañero, que todo te fuese fenomenal. India, como te dije, entra en la lista interminable de destinos, pero como ya sabes, de momento tendrá que esperar. Ahora como habrás visto me decido a escribir sobre mi tierra, que la tenía olvidada en el blog.
Lo que más me fascina, es cuando hablas de la gente, y de invertir o dejar dinero en la población local, hoteles, agencias... para que los gastos reviertan directamente en su población o al menos en los más necesitados.
Bueno, no se si ecribirás más sobre cada parque u otros lugares que visitaste. Ya nos sorprenderás a tus lectores.
Un abrazo!!!
Ah! Ahora sí que podemos al fin leer perfectamente el texto.
Pues sí,Antonio,hemos disfrutado bastante por tierras indias. La experiencia ha sido muy positiva y las fechas bastante buenas ya que la temperatura era muy buena durante el día,no había mosquitos,poco turismo y los hoteles muy cómodos.
Toma buena nota de este destino si tienes posibilidad en estas fechas...incluso si vas con "un renacuajo".
Ha sido otro viaje fascinante. Ya iré publicando más cositas de este sorprendente país.
Un abrazo
Que maravilla de viajes te pegas Aitor!!
Una pasada de fotos y de lugares, enhorabuena.
Que miedo esos gatitos...
Un saludo, Fernando Mostacero.
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