Tras un copioso desayuno, a las 8,30 bajamos a recepción donde ya nos esperan para desplazarnos hasta el cercano Taj Mahal.
Esta majestuosa obra, se erige como el monumento al amor por excelencia.
Toda la historia comienza cuando un joven príncipe mongol, Shah Jahan, conoce a una bella muchacha musulmana, Mumtaz Mahal, de quien se enamora profundamente.
Tras 19 años de feliz matrimonio y después de parir a su decimocuarto hijo, Mumtaz Mahal fallece por problemas derivados del parto.
Un desolado Shah Jahan, juró construir para su amada la tumba más hermosa que el mundo jamás pudiera imaginar. Para ello utilizó más de 20.000 obreros venidos de todos los puntos del planeta que trabajaron ininterrumpidamente durante más de 20 años hasta finalizar la obra en 1653; también procedían de muy diversos lugares, las piedras preciosas que fueron incrustadas en el mármol blanco con el que fue construído el mausoleo. Se dice que también tenía proyectada la construcción de una réplica exacta en mármol negro al otro lado del río donde ubicaría su propia tumba, y que finalmente se unirían a través de un espectacular puente.
La construcción de este imponente complejo levantado a orillas del río Yamuna, supone unos gastos desorbitados que sus herederos no están dispuestos a consentir, lo que provoca una cruenta guerra que desemboca en el apresamiento de Shah Jahan y su posterior encierro en el Fuerte de Agra, llevado a cabo por su hijo Aurangzeb. En 1666 fallece y es enterrado en el Taj junto a su amada esposa.
La armonía que transmite el lugar, gracias a sus perfectas simetrías es una de las cualidades más destacables.
Una puerta de arenisca da entrada al complejo para admirar unos bellos jardines que se extienden hasta el mausoleo. Un estanque que refleja el mausoleo, complementa la magia del lugar.
Durante más de dos horas permanecimos admirando este bello complejo considerado como uno de los más espectaculares del mundo.
Durante más de dos horas permanecimos admirando este bello complejo considerado como uno de los más espectaculares del mundo.
Tras esta visita nos dirigimos a conocer el Fuerte Rojo también conocido como Lal Qila o Fuerte de Agra, levantado también a orillas del río Yamuna y tan sólo a unos 2 kilómetros del Taj, donde nos encontramos.
El Fuerte Rojo debe su nombre al color de la arenisca con la que fue construído allá por el año 1573 por el emperador mogol Akbar.
Considerada como la fortaleza más importante de India, podría ser contemplada más exactamente como un Palacio amurallado que acoge variados palacios y diversos edificios de evidente majestuosidad, rodeados por un foso que se llenaba con agua procedente del cercano río Yamuna.
Desde la Torre Mussaman Burj, se divisan unas espléndidas vistas al Taj Mahal y es allí donde Shah Jahan pasó sus últimos 8 años de vida contemplando el mausoleo donde se encontraba enterrada su amor eterno.
Recorrimos cada rincón y atravesamos todas las estancias del fuerte, acompañados por nuestro infatigable guía Goyal que se esforzaba en explicarnos la historia de esta importante fortificación desde donde han gobernado numerosos dirigentes del Imperio Mogol a través de los siglos.
Durante nuestra visita, un curioso acontecimiento atrajo nuestro interés . Mientras observábamos el Taj desde las murallas del Fuerte, una pequeña rapaz, creemos que se trata de un gavilán común, se lanzó contra un árbol repleto de loros que salieron volando en estampida entre atronadores gritos de alarma; una descuidada paloma cayó en las garras del gavilán que a escasa distancia y ante nuestros ojos, procedió a dar muerte a su presa.
Dejamos un pequeño video del momento aunque no aconsejamos verlo a los más susceptibles e impresionables.
Es ya la hora de comer y nuestras visitas programadas en Agra han terminado así que volvemos al hotel para despedirnos de nuestro guía y lavarnos un poco. Nos queda toda la tarde libre y decidimos dedicarla al bullicioso barrio de Taj Ganj cercano a nuestro hotel.
Hasta allí nos lleva nuestro conductor y quedamos con él para que nos recoja en el mismo sitio sobre las 6 de la tarde.
Las calles de este barrio bullen de actividad repletas de gente, tiendas y vehículos de todo tipo. Recorremos las calles buscando un sitio para comer hasta que descubrimos que en muchas azoteas hay gente comiendo. Elegimos una al azar y no tardamos en comprobar el motivo por el que éstas se hallan tan concurridas. El Taj Mahal destaca imponente entre los ruinosos edificios que le rodean.
Desde nuestra privilegiada atalaya observamos cómo numerosas personas se afanan en atraer desde sus azoteas las abundantes bandadas de palomas que vigilan la amenazadora presencia de los hambrientos milanos que surcan el nublado cielo de Agra.
Mientras damos buena cuenta de nuestros platos y con el Taj Mahal como telón de fondo contemplamos desde la altura el lento discurrir de la vida cotidiana de los habitantes de este popular barrio de Agra.
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