Tras el exitoso paso por el Pantanal brasileño, nos disponemos a desplazarnos hasta Campo Grande donde tomaremos un último autobús hasta nuestro próximo destino: Bonito.
Carlos y Bosco, nuestros guías durante nuestra estancia en el Pantanal se ofrecen a llevarnos hasta la estación de autobuses.
Con toda seguridad será difícil que nuestro encuentro y las aventuras vividas caigan en el olvido. Bosco perdió buena parte de su dedo gordo mientras pescábamos pirañas y una de éstas le mordió en un descuido.
Por otra parte, la última noche que pasamos en la posada degustando la cachaça casera que producían sus propietarios, difícilmente será olvidada ni por nosotros, ni por ellos, ni por los propios pantaneiros que vivían en la posada y que sin dudarlo se unieron a la fiesta con sus voces rotas y sus guitarras desgastadas. Imposible de olvidar!!!
Sobre las 20 horas, salíamos de Cuiabá para llegar a Campo Grande a las 7 de la mañana tras pasar toda la noche en el autobús.
El autobús que nos llevaría a Bonito no salía hasta las 11 así que aprovechamos para dar una vueltilla por la ciudad de Campo Grande que casualmente ese día celebraba su fiesta local.
Aún nos quedaban 6 horas de viaje por lo que antes de salir, desayunamos algo en un albergue de mochileros situado junto a la estación de autobuses.
Al llegar a Bonito, un empleado del youth hostel Bonito que habíamos reservado previamente desde Cuiabá, nos estaba esperando para llevarnos hasta nuestro alojamiento.
Por fin habíamos llegado a nuestro destino.
Bonito se trata de una pequeña localidad de apenas 20.000 habitantes ubicado en el “Brasil profundo”, al oeste del estado de Mato Grosso do Sul, cercano a la Sierra de Bodoquena. A pesar de quedar cerca del Pantanal, posee un ecosistema totalmente diferente.
Por otra parte, la última noche que pasamos en la posada degustando la cachaça casera que producían sus propietarios, difícilmente será olvidada ni por nosotros, ni por ellos, ni por los propios pantaneiros que vivían en la posada y que sin dudarlo se unieron a la fiesta con sus voces rotas y sus guitarras desgastadas. Imposible de olvidar!!!
Sobre las 20 horas, salíamos de Cuiabá para llegar a Campo Grande a las 7 de la mañana tras pasar toda la noche en el autobús.
El autobús que nos llevaría a Bonito no salía hasta las 11 así que aprovechamos para dar una vueltilla por la ciudad de Campo Grande que casualmente ese día celebraba su fiesta local.
Aún nos quedaban 6 horas de viaje por lo que antes de salir, desayunamos algo en un albergue de mochileros situado junto a la estación de autobuses.
Al llegar a Bonito, un empleado del youth hostel Bonito que habíamos reservado previamente desde Cuiabá, nos estaba esperando para llevarnos hasta nuestro alojamiento.
Por fin habíamos llegado a nuestro destino.
Bonito se trata de una pequeña localidad de apenas 20.000 habitantes ubicado en el “Brasil profundo”, al oeste del estado de Mato Grosso do Sul, cercano a la Sierra de Bodoquena. A pesar de quedar cerca del Pantanal, posee un ecosistema totalmente diferente.
Durante el recorrido en autobús desde Campo Grande, capital del estado y separado de Bonito por 300 kms, hemos podido constatar el cambio paisajístico y las colosales dimensiones de este gran país. Largas planicies con verdes pastos habitados exclusivamente por miles de vacas, daban paso por momentos a pequeñas selvas con vegetación abundante. Se trata del ecosistema denominado “cerrado” característico del 25% del territorio brasileño.
A pesar de que Bonito no es excesivamente conocido por el turismo internacional, son importantes los esfuerzos realizados por este rincón del mundo por ocupar un lugar importante en el sector del turismo ecológico.
Según nos comentaron, cada vez más propietarios decidían cambiar sus explotaciones agropecuarias por el turismo. La mayoría de las atracciones se encuentran en el interior de propiedades privadas lo cual limita la posibilidad de visitarlas por tu cuenta ya que la mayoría exigen la presencia de guías que velen por el medio ambiente y eviten masificaciones.
En un hábitat donde predominan las formaciones calcáreas, no es extraño encontrar numerosas grietas, cuevas y cavernas de todo tipo. Por eso, en esta zona podremos explorar multitud de cuevas e incluso bucear en muchas de ellas, practicar escalada, pasear a pie, a caballo o en bicicleta, bucear con máscara y tubo en cristalinos ríos o bañarnos bajo preciosas cascadas.
Durante nuestra estancia y tras informarnos de las actividades que se podían realizar por la zona, decidimos visitar el Buraco de las Araras, el Río do Prata y la Laguna Azul.
Todo ello suponía contratar un medio de transporte además de la correspondiente entrada a los recintos. Dos catalanas, Judith y Miriam que han llegado en el mismo autobús que nosotros, nos acompañarán al Río do Prata para compartir los gastos de la furgoneta que nos llevaría hasta allí. Finalmente, se unirá también al grupo Benjamín, un francés afincado en París con el que compartiremos aventuras durante la jornada.
Una vez organizado el día de mañana, nos vamos al pueblo para celebrar como se merece el cumpleaños de uno de los componentes del grupo.
Exquisita carne, pescado, ensaladas y las consiguientes cervezas y cafés nos hacen olvidar los repetidos menús de los últimos días en el Pantanal.
Como bien indica su nombre, su principal atractivo reside en ser el hábitat de estas imponentes aves.
Declarado como Reserva Privada del Patrimonio Natural en 2007, se encuentra a unos 50 kms de Bonito y es el hogar de una gran variedad de aves principalmente de tucanes y papagayos.
En realidad nos encontramos frente a una dolina, la única existente en el país brasileño, con una altura de unos 100 m aproximadamente. Se dice que en el estanque existente en su fondo habitan varios ejemplares de caimanes aunque nosotros no logramos avistarlos.
Declarado como Reserva Privada del Patrimonio Natural en 2007, se encuentra a unos 50 kms de Bonito y es el hogar de una gran variedad de aves principalmente de tucanes y papagayos.
En realidad nos encontramos frente a una dolina, la única existente en el país brasileño, con una altura de unos 100 m aproximadamente. Se dice que en el estanque existente en su fondo habitan varios ejemplares de caimanes aunque nosotros no logramos avistarlos.
La visita comienza con una caminata de casi un kilómetro durante la que se pueden ver muchas especies de aves y mamíferos como el pizote, el oso hormiguero, el armadillo, etc, etc.
En esta zona nosotros sólo pudimos ver algún armadillo a lo lejos, cerca de sus madrigueras.
Según nos comentan, la dolina se convirtió en un vertedero donde se llegaron a arrojar desde vehículos robados hasta restos humanos. Tras la limpieza y rehabilitación del área, las aves han vuelto a poblar y anidar en sus paredes. Se calcula que unas 40 parejas han hecho de la dolina su hogar.
Según nos comentan, la dolina se convirtió en un vertedero donde se llegaron a arrojar desde vehículos robados hasta restos humanos. Tras la limpieza y rehabilitación del área, las aves han vuelto a poblar y anidar en sus paredes. Se calcula que unas 40 parejas han hecho de la dolina su hogar.
EL RIO DE LA PLATA
Fishes at Rio da Prata. (Foto: Daniel De Granville | Photo In Natura)
Es un lugar muy frecuentado por el turismo local así que deberemos ir preparados para esperar nuestro turno y tomárnoslo con calma.
Lo primero que deberás hacer a tu llegada es elegir un traje de neopreno para mitigar las frías temperaturas del agua del río que rondan los 20ºC.
Esta zona se encuentra muy cerca del buraco de las araras, a unos 50 kms de Bonito y es considerada como una de las mejores atracciones turísticas de Brasil.
Una vez que te pones el traje de neopreno, un camión te lleva hasta el punto donde comienza el sendero.
Todo comienza con una pequeña caminata que te permite conocer mejor el ecosistema en el que te encuentras y si la suerte te acompaña es posible que tengas la posibilidad de ver alguno de los mamíferos que habitan la zona.
Nosotros tuvimos la fortuna de ver dos macacos prego y dos agutíes antes de llegar a un gran pozo de aguas transparentes donde los no iniciados recibieron las instrucciones del guía para realizar el recorrido por el río.
Hemos llegado a la fuente del Río Olho d'Água donde comienza un espectacular paseo en el que nos dejaremos llevar por las suaves corrientes de un río cuyas aguas cristalinas nos permitirán ver especies como las piraputangas, curimbatás, pacús, piaus, matagrossinhos y los temibles dorados cuya mirada de pocos amigos, impone algo más que respeto .
Este río nos arrastrará a lo largo de más de un kilómetro hasta llegar a su encuentro con el río da Prata, punto donde algunos darán por concluido el recorrido y montarán en una embarcación que les llevará hasta el punto de inicio. El que lo desee podrá continuar en el agua disfrutando del tramo final durante un buen trecho.
El recorrido nos llevará cerca de 3 horas tras las cuales sólo nos quedará salir del agua, secarnos a conciencia y recuperarnos del esfuerzo realizado, antes de subirnos a la camioneta que nos devolverá al punto inicial.
Por último y para todos aquellos que no dispongan de mucho tiempo, les recomendaría llegar a primera hora (sobre las 8AM) para no tener que esperar demasiado tiempo a que llegue el turno de su grupo.
El ejercicio nos ha abierto el apetito y hoy aprovecharemos para probar un plato típico del lugar que nunca habíamos comido: yacaré.
En efecto, apenas llegamos a Bonito, ya de noche, entramos a un restaurante donde pedimos unas generosas raciones de caimán que no nos desagradaron en absoluto.
Fishes at Rio da Prata. (Foto: Daniel De Granville | Photo In Natura)
Es un lugar muy frecuentado por el turismo local así que deberemos ir preparados para esperar nuestro turno y tomárnoslo con calma.
Lo primero que deberás hacer a tu llegada es elegir un traje de neopreno para mitigar las frías temperaturas del agua del río que rondan los 20ºC.
Esta zona se encuentra muy cerca del buraco de las araras, a unos 50 kms de Bonito y es considerada como una de las mejores atracciones turísticas de Brasil.
Una vez que te pones el traje de neopreno, un camión te lleva hasta el punto donde comienza el sendero.
Todo comienza con una pequeña caminata que te permite conocer mejor el ecosistema en el que te encuentras y si la suerte te acompaña es posible que tengas la posibilidad de ver alguno de los mamíferos que habitan la zona.
Nosotros tuvimos la fortuna de ver dos macacos prego y dos agutíes antes de llegar a un gran pozo de aguas transparentes donde los no iniciados recibieron las instrucciones del guía para realizar el recorrido por el río.
Hemos llegado a la fuente del Río Olho d'Água donde comienza un espectacular paseo en el que nos dejaremos llevar por las suaves corrientes de un río cuyas aguas cristalinas nos permitirán ver especies como las piraputangas, curimbatás, pacús, piaus, matagrossinhos y los temibles dorados cuya mirada de pocos amigos, impone algo más que respeto .
Este río nos arrastrará a lo largo de más de un kilómetro hasta llegar a su encuentro con el río da Prata, punto donde algunos darán por concluido el recorrido y montarán en una embarcación que les llevará hasta el punto de inicio. El que lo desee podrá continuar en el agua disfrutando del tramo final durante un buen trecho.
El recorrido nos llevará cerca de 3 horas tras las cuales sólo nos quedará salir del agua, secarnos a conciencia y recuperarnos del esfuerzo realizado, antes de subirnos a la camioneta que nos devolverá al punto inicial.
Por último y para todos aquellos que no dispongan de mucho tiempo, les recomendaría llegar a primera hora (sobre las 8AM) para no tener que esperar demasiado tiempo a que llegue el turno de su grupo.
El ejercicio nos ha abierto el apetito y hoy aprovecharemos para probar un plato típico del lugar que nunca habíamos comido: yacaré.
En efecto, apenas llegamos a Bonito, ya de noche, entramos a un restaurante donde pedimos unas generosas raciones de caimán que no nos desagradaron en absoluto.
LA GRUTA DEL LAGO AZUL
Otro de los puntos más visitados en los alrededores de Bonito es La Gruta del Lago Azul a unos 20 kms del pueblo.
Al llegar a recepción te proveen de un casco para tu protección y se te asigna un guía que te acompañará durante el recorrido en grupos máximos de 15 personas.
Como es habitual en la zona, se comienza con un pequeño paseo a lo largo del kilómetro que nos separa hasta la gruta, durante el que te explican las características del ecosistema donde te encuentras .
La particularidad más destacable de la gruta es el increíble color azul del pozo que se encuentra en su interior. Se supone que el agua de este pequeño lago proviene de un río subterráneo que inunda la cueva. A pesar de haber sido explorada por buzos y espeleólogos, no se sabe a ciencia cierta hasta dónde llegan a extenderse las galerías de la gruta.
La oquedad está adornada con gran variedad de espeleotemas, las típicas formaciones de grutas y cuevas, que añaden encanto a un lugar ya de por sí mágico.
Nuevamente acompañados por Judith, Miriam y Gabi, un chico de Eibar que se unió al grupo, partimos hacia la gruta para pasar nuestra última jornada en la zona ya que mañana partiremos rumbo a Foz de Iguazú.
El resto de la jornada la aprovecharemos para conocer el pueblo y cenar junto a nuestros nuevos y recién conocidos amigos.
Como suele ser habitual en nuestros viajes, compartimos etapas con viajeros que conocemos sobre la marcha y con quienes vivimos momentos inolvidables.
Hoy nos juntaremos diez personas para cenar y celebrar nuestro encuentro. Aunque también significará la despedida de muchos de ellos, otros como Cristina, nos acompañará hasta Iguazú donde pretendemos conocer otra de las maravillas naturales más impresionantes de la Tierra.
2 comentarios:
Un país tan grande tiene que ser por fuerza interesante y variado. Sorprende que sólo haya una colina, pero aún más que un chicharrón del norte tenga frío con 20 grados, je,je.
Yendo a Foz de Iguazú imagino lo que vísteis, pero ya nos lo contarás.
Me gustaría conocer el Brasil profundo.
Ja,ja...lo del frío lo comento por los brasileños; por supuesto que para los de Bilbao estaba en su punto.
Particularmente, me gustó mucho más el Brasil profundo que sus famosas ciudades.
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