27 marzo 2016

Parque Nacional del Monte Kenya. Cuevas Mau Mau.

Habíamos abandonado territorio samburu y nos dirigíamos en busca de la montaña más alta del continente, el Kilimanjaro. Nuestro objetivo no era otro que el mítico parque de Amboseli pero antes haríamos una parada en la localidad de Nanyuki. Llevábamos ya una semana de safaris y eso supone muchas horas y kilómetros a bordo de nuestra matatus así que habíamos decidido aprovechar nuestra cercanía al Monte Kenya para estirar las piernas y hacer un pequeño recorrido a pie por este parque.
El Parque Nacional del Monte Kenya fue creado en el año 1949 y cuenta con una superficie de 715 km 2 diseminados alrededor de la montaña que lo preside de manera omnipresente. Junto a la Reserva Forestal donde se encuentra enclavado, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997.


La silueta recortada de una escarpada montaña en el lejano horizonte nos anunciaba que estábamos próximos a nuestro destino. Pararíamos a comer temprano en Nanyuki para acto seguido, hacer una ruta de senderismo acompañados por un guía de la zona. Posteriormente dormiríamos en el Simba Lodge antes de proseguir nuestra ruta hasta Amboseli, mañana a primera hora.



Apenas llegamos a Nanyuki, cambiamos unos euros por moneda local (1€=106KES) y nos acercamos hasta el Kenya Mountain Rock para comer algo antes de nuestra incursión por el parque nacional.
Nuestro guía nos esperaba puntual a nuestra llegada. Tras las presentaciones de rigor, comenzamos un recorrido que transcurre entre una densa vegetación conformada por diferentes tipos de bosques dependiendo de la altura a la que nos encontramos. No en vano, esta zona alberga múltiples ecosistemas donde habitan muchas especies endémicas.




Nuestro guía nos advierte que nos encontramos en una zona protegida y que debemos permanecer alertas ya que nos podemos topar con cualquiera de los animales que hemos estado viendo de forma habitual durante nuestros safaris. Se nos hace difícil creer que en esta zona tan poblada podamos encontrarnos frente a frente con un león o un leopardo pero lo cierto es que ha sembrado la duda entre nosotros y cualquier ruido entre la maleza provoca un inmediato gesto de defensa que ocasiona situaciones bastante cómicas. De cualquier manera, está claro que al menos los elefantes abundan en la zona ya que no dejamos de ver sus excrementos... habrá que estar atentos.


El paseo se prolongó durante dos horas aproximadamente hasta llegar a una zona donde paramos a descansar y donde nuestro guía nos explicó la historia de la zona donde nos encontrábamos.
Una pequeña cascada y una especie de grutas proporcionaban al lugar una frescura y humedad muy agradable aunque para llegar hasta allí debimos cruzar algún puente en no demasiadas buenas condiciones.
Nos sentamos cómodamente y escuchamos con atención las explicaciones de nuestro guía. 





Nos encontrábamos a unos 200 kms al norte de Nairobi y a menos de 20 del ecuador terrestre, más concretamente en las cuevas Mau Mau.
Alrededor de la montaña sagrada bajo la que nos encontramos, viven las tribus de los ameru, los embu, los masais y los  kĩkũyũ, éstos últimos habitantes de las laderas meridionales y occidentales de la montaña y dedicados principalmente a la agricultura. Siempre han mantenido la firme creencia de que el dios supremo Ngai o Mwene Nyaga, tiene su morada en la montaña que se alza ante sus ojos: el monte Kenya.
En el seno de esta tribu, los  kĩkũyũ, surgió un grupo rebelde denominado Mau Mau que combatió contra el gobierno colonial británico. A pesar de que siempre existió una clara oposición hacia la ocupación colonial, las protestas se recrudecieron cuando los británicos obligaron a abandonar sus tierras a los granjeros kikuyu para ser  entregadas a los colonos.
Las cuevas Mau Mau fueron utilizadas por los rebeldes como refugio y escondite. Al ser descubierta su localización en 1959, la zona fue bombardeada por la aviación inglesa provocando la muerte de unos 200 guerreros Mau Mau. El 12 de diciembre de 1963 y tras casi 70 años de dominio británico, Kenya proclamó finalmente su independencia

Tras la interesante charla y alertados por un humo que comenzaba a inundar la zona, nos dispusimos a comenzar el camino de vuelta. No tardamos en descubrir que un importante incendio avanzaba hacia nosotros y definitivamente parecía una amenaza mucho más seria que la de los animales salvajes. Conocedores de los riesgos que supone un fuego en una zona como la que nos encontrábamos en ese momento, aceleramos el paso encajonados entre un bosque en llamas y un abrupto cañón que descendía a un riachuelo al que deberíamos bajar a la fuerza si las cosas se ponían feas.


 





 













Afortunadamente y a pesar de que la densidad del humo llegó a tapar el sol y parecía ser de noche, llegamos al coche sanos y salvos. ¿Quién nos iba a decir que nuestro principal incidente tras una semana de safaris iba a ser debido a un incendio....?









La accidentada visita al monte Kenya, el más alto del país y el segundo de todo Africa tras el Kilimanjaro tanzano, había llegado a su fin. No habíamos tenido tiempo para hacer ninguna de las principales rutas que recorren el parque pero teníamos que abandonar la zona porque nuestra prioridad en este viaje era la búsqueda de la fauna africana. Las rutas como Meru, Chogoria, Kamweti, Naro Moru, Burguret, Sirimon y Timau que te llevan hasta las cumbres de los picos más importantes de la zona, tendrán que esperar a otra ocasión. 
Por esta vez nos conformaremos con lo que hemos tenido ocasión de conocer....

2 comentarios:

Tawaki dijo...

Definitivamente tengo que ir a Kenya. Siempre ha estado en mi lista, y después de vuestros reportajes, sólo hace ascender puestos. Me parece que tiene una naturaleza muy variada, con muchos ecosistemas que la hacen aún más atractiva. Tuvisteis suerte con el incendio ...

aitor dijo...

Kenya es una auténtica joya natural y es increible que pese al gran volumen turístico que recibe anualmente, su población siga viviendo como en el siglo pasado.