Durante una fugaz visita a la capital canaria durante el pasado mes de Mayo, dedicamos el escaso tiempo del que disponíamos a conocer el lado más genuino de la isla.
Aunque esta supondría mi tercera visita a estas islas situadas en la región de la Macaronesia, a menos de 100 kilómetros del continente africano, han pasado ya más de 20 años desde mi última incursión por las Islas Afortunadas.
Aún ha pasado más tiempo desde mi última visita a Las Palmas.
Apenas disponíamos de 4 días, razón por la cual decidimos alojarnos en algún lugar barato pero bien ubicado, en el centro de la capital canaria.
Nos sirvió de gran ayuda, la información de un amiguete que lleva bastantes años viviendo en las islas y que nos recomendó un hotel donde anteriormente ya se habían alojado otros conocidos suyos y del que le habían dado buenas referencias.
Amablemente vino a buscarnos al aeropuerto y nos llevó hasta el hotel Pujol, situado a 100 metros de la Playa de las Canteras.
Esta playa de varios kilómetros que se extiende a lo largo de la bahía, es considerada como una de las mejores playas urbanas del país y donde concentramos la mayor parte de nuestro tiempo durante el primero y el último día de nuestra estancia.
Son numerosas las personas que desde primera hora de la mañana se acercan hasta los arenales para practicar sus actividades favoritas. Surfistas, bañistas, buceadores, pescadores o aquellos que simplemente buscan un lugar tranquilo para pasear, leer, tomar el sol o relajarse, disfrutan de las bonanzas climatológicas y del relajado ritmo que ofrece esta tranquila playa ubicada en el centro de la ciudad.
Una barrera rocosa conocida como "la barra" proteje gran parte de la playa dando lugar a una especie de piscinas naturales que permiten nadar o pasear a pie con la marea baja, con toda la tranquilidad del mundo.
El paseo que la recorre, reune numerosos locales con terrazas donde poder tomarte una cerveza a la vez que degustas alguna de las delicias gastronómicas de la isla o bien disfrutar de algún pescado a las brasas en alguno de los restaurantes que se encuentran en el paseo.
En la zona conocida como La Puntilla, algunas pequeñas barcas de pesca descansan en la orilla confiriendo a la zona ese característico paisaje marinero que no falta en ninguna población costera.
Era un auténtico placer comenzar nuestras jornadas acercándonos a alguna de las terrazas a la orilla del mar, cercana a nuestro hotel, para disfrutar de un rico desayuno mientras la ciudad se desperezaba y los más madrugadores se acercaban a la playa para respirar la calma y el relajado ritmo que se vivía a esas horas de la mañana.
La Playa de Las Canteras supuso nuestra primera toma de contacto con la rica gastronomía canaria y cómo no, donde degustamos nuestras primeras "papas arrugas con mojo picón", entre muchas otras delicias.
Fue un excelente punto de partida antes de comenzar a explorar la parte de la isla más desconocida por mí hasta ese momento.
Al día siguiente teníamos previsto alquilar un coche para visitar localidades como Teror, Arucas, Agaete, etc, etc...
3 comentarios:
Sólo conozco dos islas del archipiélago, El Hierro y La Palma, pero confío en ir yendo a todas, porque son preciosas. Tomo nota del hotel.
He disfrutado con tu entrada, en la que hablas de mi isla, donde resido y la que me vio nacer.
Esa playa es fuente de energía, entre otras cosas por sus relajantes y agradables paseos mañaneros, a los que yo me uno siempre que puedo.
De casualidad he visto tu blog. Gracias.
Un saludo.
La verdad es que cada isla tiene su personalidad, Tawaki. Merece la pena conocerlas todas y a mí todavía me queda alguna pendiente.
Nélida, me alegro que te haya gustado este pequeño artículo. Nosotros volvimos a casa encantados de tu isla y del trato que nos dispensó su gente. Más allá de halagos gratuitos, te puedo asegurar que su gente nos conquistó por completo.
Gracias por tu visita y un saludo.
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