Ubicada al sur de centroeuropa, posiblemente Eslovenia no sea un destino turístico habitual aunque en la actualidad vaya ganando posiciones al respecto.
A causa del covid, este año buscaba un destino no demasiado lejano y a ser posible dentro de la unión europea ya que considero que viajar a destinos exóticos en estos momentos, supone un riesgo importante, más teniendo en cuenta que ya no somos unos jovenzuelos.
Eslovenia y su vecina Croacia, parecían ofrecer atractivos suficientes para pasar un par de semanas a finales de verano.
Estado soberano de la Unión europea, la República de Eslovenia limita al norte con Austria y Hungría, con Croacia al sur, con Hungría y Croacia al este y con Italia y el Adriático al oeste.
Posiblemente, cualquiera de estos vecinos atraería a cualquiera mucho más de lo que lo hace la desconocida Eslovenia. Y quizás por esta misma razón, se convirtió en mi preferida.
Por si fuera poco para mis intereses personales, Eslovenia es el tercer país europeo más boscoso, tras Suecia y Finlandia, ya que más de la mitad de su territorio se encuentra cubierto de frondosos bosques donde habitan animales tan esquivos como el lince, el lobo y el oso. La baja densidad poblacional, 95 hab./km², seguramente tendrá mucho que ver con el hecho de que Eslovenia cuente con una de las mayores poblaciones de osos pardos de Europa.
Se trata de un pequeño país de 20 273 km² que obtuvo su independencia de Yugoslavia en 1991 tras la Guerra de los diez días y que en la actualidad cuenta con poco más de 2.000.000 de habitantes.
Desde el 2004 pertenece a la Unión europea y poco más tarde adoptó el euro como moneda oficial.
Su clima es bastante agradable aunque las temperaturas bajan ostensiblemente en las zonas montañosas y en la meseta.
A pesar de su pequeña extensión, cuenta con atractivas zonas montañosas, una pequeña pero bella zona costera, lagos imponentes y cuevas fascinantes entre otros muchos atractivos.
Debo reconocer que cuando veía fotos de Eslovenia, su paisaje me recordaba enormemente a los que disfruto cerca de mi casa así que cuando leí un poco acerca de su idioma oficial, el esloveno, me sorprendió descubrir las grandes analogías históricas que guardaba con el euskera, el idioma de los vascos.
Considerada la lengua eslava más antigua, el esloveno cuenta con varios dialectos diferentes. Un viejo proverbio esloveno reza así "Vsaka vas ima svoj glas", que viene a significar "cada pueblo tiene su propia voz".
A pesar de la persecución que sufrió por parte de los pueblos que la ocuparon, el idioma esloveno permaneció vivo, erigiéndose como el auténtico nexo de unión que mantuvo la nación unida.
Durante la Segunda Guerra Mundial, alemanes, croatas, húngaros e italianos ocuparon este territorio, prohibiendo el uso del esloveno en escuelas y lugares públicos. Si los estudiantes eran sorprendidos hablando su lengua, eran duramente castigados y golpeados.
Por fortuna, tanto el esloveno como el euskera permanecen vivos, a pesar de los duros momentos vividos en el pasado aunque la maldita globalización amenace con fulminar la rica diversidad lingüística existente a lo largo de todo el planeta.
A medida que iba profundizando en la investigación sobre el país esloveno, iba descubriendo más y más similitudes con mi tierra. Su gastronomía se estaba erigiendo como otro importante atractivo turístico y sorprendentemente descubrí que también contaba con excelentes vinos.
Guisados de carne, sopas, quesos, pescado y excelentes postres, nos iban a hacer sentir como en casa también en el terreno gastronómico.
El gran número de rutas existentes tanto para practicar el senderismo como el cicloturismo,(más de 10.000 kilómetros de senderos señalados y acondicionados) así como el gran número de actividades de aventura, también contribuirían a sentir que estamos en casa.
En definitiva, fui apuntando en mi agenda un montón de puntos a tener en cuenta para nuestro viaje:
- Balnearios naturales y spas
- La localidad de Bled y su lago a los pies de los Alpes
- La espectacular Cueva de Postojna.
- El Castillo de Predjama
- La ciudad costera de Piran, al norte de la península de Istria.
- Las Cuevas de Škocjan
- El increible Valle del Soča con su río color verde esmeralda
- Velika Planina, una zona de marcada tradicción pastoril con verdes praderas.
- El Valle de Logarska Dolina y su indiscutible belleza alpina.
- Puntos para intentar el avistamiento del oso pardo.
- Liubliana, su coqueta capital
Indudablemente no nos daría tiempo a visitarlo todo pero ya teníamos zonas más que suficientes para empezar a organizar nuestro paso por Eslovenia, antes de pasar a su vecina Croacia donde finalizaría nuestro viaje.
El país prometía grandes momentos; veremos si nuestras expectativas se ven cumplidas...
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