08 noviembre 2021

Venecia en tres días.


Llegamos a Venecia por la tarde. Nuestro periplo por la ciudad no comienza con buen pie ya que las dos maletas que facturamos no han llegado. El poco tiempo de escala que hicimos en Frankfort, ya nos hacía temer por nuestras maletas y desgraciadamente, los peores augurios se han cumplido. Y lo peor es que al estar alojados en un apartamento, no hay nadie para recibir el equipaje cuando llegue así que tras la pertinente reclamación, les decimos que vendremos a buscarlas al aeropuerto. No estábamos dispuestos a estar esperando en casa hasta que las trajeran.

Mientras los propietarios del equipaje extraviado hacían la reclamación, yo me acerqué hasta una máquina cercana donde se podían sacar los billetes de autobús a la ciudad. El precio del billete era de 8€ así que los 5 viajaríamos en los autobuses de ATVO que te llevan directamente a la ciudad en unos 20 minutos.
No había demasiado tráfico, lo que nos permitió llegar a la Plaza Roma en el tiempo estimado.
Habíamos reservado un apartamento a través de una conocida plataforma y habíamos acordado un punto de encuentro con nuestro contacto, en una plaza sitúada a unos 15 minutos andando desde la estación de autobuses. Habíamos marcado el punto en Maps y ahora sólo quedaba seguir las instrucciones de nuestros teléfonos para llegar hasta allí.
Media docena de puentes más adelante conseguimos llegar al punto acordado. Laberínticas callejuelas, pavimento adoquinado y puentes con escaleras que te obligan a levantar tu maleta, hacen que el recorrido no resulte demasiado agradable. Por eso ya comenté anteriormente que si es posible, conviene reservar tu alojamiento no muy lejos de la Plaza Roma.





Una vez reunidos con nuestro contacto, nos acercamos hasta el apartamento, no sin antes atravesar algún puente más y estrechas callejuelas que parecían no llevar a ninguna parte.
Pero sí, en una de estas angostas callejuelas que moría en un estrecho canal, se encontraba la que sería nuestra casa las tres próximas noches. Un viejo edificio albergaba un duplex totalmente renovado.
Tras una pequeña charla con nuestro contacto veneciano que se esmeró dándonos explicaciones y recomendaciones sobre la ciudad, bajamos a la calle para aprovechar las últimas luces del día y hacer la primera toma de contacto con la ciudad.
Nuestro primer día se redujo a llegar hasta nuestro alojamiento, dar un breve paseo por sus alrededores y cenar nuestra primera pizza genuinamente italiana. 

El restaurante Il Refolo, cercano a la plaza de San Giacomo del Orio que a su vez estaba muy próxima a nuestro apartamento, fue el elegido para calmar nuestro apetito. Una pizza y una pinta de cerveza fueron suficientes para satisfacer nuestras necesidades y para hacernos conscientes de que comer en Venecia no iba a resultar precisamente barato. La factura ascendió a unos 125€ para 5 personas.
Aprovechando la excelente temperatura existente a pesar de ser noche cerrada, nos dimos un paseíto por las callejuelas y puentecillos de la animada zona donde nos encontrábamos, antes de retirarnos a nuestros aposentos. El breve paseo también nos sirvió para darnos cuenta de que Venecia es un paraíso para los mosquitos.
No olvides un buen repelente!!!
 
 
Ruta jornada-1 
 
 
 
 
DIA-2

Nuestra segunda jornada en Venecia la íbamos a dedicar a recorrer a pie los puntos más emblemáticos de la ciudad. Posiblemente, siempre que no dediques demasiado tiempo a visitar museos, iglesias y palacios, en un día se puedan ver los puntos más interesantes de la ciudad. 
Si te ayudas de los vaporettos para desplazarte de un punto a otro, sin duda ganarás tiempo pero personalmente prefiero perderme pos las callejuelas y descubrir rincones apartados de todo. Nosotros patearemos las calles durante todo el día sin tomar ningún vaporetto, algo que tenemos reservado para mañana cuando sacaremos un bono de 24 horas para ver la ciudad desde otro punto, aprovechando para visitar las islas cercanas y descubrir Venecia por la noche. Pero eso será mañana....

Salimos de casa en dirección al Puente de Rialto, no muy lejano a nuestro apartamento. Una vez comprobado en el mapa nuestra situación y la dirección que debíamos tomar, nos abandonamos por las estrechas callejuelas venecianas hasta que llegamos a nuestro destino. Durante todos nuestros desplazamientos nos topamos con preciosos rincones rodeados de puentes y canales a los que se suman las viejas y típicas construcciones venecianas.
Por fin dejamos atrás los pequeños canales y llegamos al Gran Canal, principal arteria de comunicación y transporte de la ciudad. Embarcaciones de todos los tamaños y cientos de góndolas surcaban sus aguas y se amontonaban en sus orillas.
 







 
Desde allí nos dirigimos a la Plaza San Marcos, con toda seguridad el lugar más visitado de Venecia. No en vano, Napoleón la tachó como el salón más bello de Europa.
Es el lugar más bajo de la ciudad lo que provoca que con las mareas más altas, ésta se inunde. Son las famosas "acqua alta" que tantas veces hemos visto por televisión.
Allí podremos encontrar la Basílica de San Marcos, el Palacio Ducal, el Museo Correr, el Campanile (el campanario de la basílica) y la Torre dell'Orologio.
 



 

Proseguimos nuestro camino hacia el este de la ciudad siguiendo el gran canal. El Puente de los Suspiros que unía el Palacio Ducal con la prisión de la Inquisición, atrajo nuestra atención unos minutos antes de seguir hacia la zona del Castello donde recorrimos el Arsenal de Venecia, la bonita plaza donde se encuentra la estatua de Garibaldi y los jardines de la Bienal de Venecia donde nos refugiamos un rato del calor, bajo las copas de sus árboles. Carpas y tortugas poblaban las fuentes del lugar.
 



 
En la zona de Castello, junto al canal de S.Lorenzo, también nos llamó la atención la curiosa torre inclinada de la Catedral Ortodoxa de S. Giorgio dei Greci construída en el siglo XVI. 
A mediados del siglo XV, una importante colonia de griegos que huían de la ocupación de Constatinopla, se había establecido en esa zona.
 
El calor empezaba a apretar y necesitábamos hacer una parada para descansar un poco e hidratarnos adecuadamente.
Callejeando por la zona donde nos encontrábamos, descubrimos un bar donde un puñado de locales tomaban unas cervezas tranquilamente. Las cervezas rondaban los 5€ en los sitios que habíamos estado así que cuando descubrimos que aquí nos cobraban 1,20 fuimos conscientes de que éste era nuestro sitio. Habíamos entrado en una tasca llamada "rifondazione comunista" donde nos recibieron con gran cordialidad, haciéndonos sentir como en casa así que no tendré que explicar que las cervezas se sucedieron una tras otra. Estábamos necesitados....
Afortunadamente cerraban para comer así que tuvimos que abandonar el local, eso sí perfectamente hidratados.
 

 
Para nosotros era demasiado temprano para comer así que decidimos volver hacia el oeste para cruzar el Gran Canal por otro de sus puentes, el de La Academia
El Gran Canal sólo dispone de 4 puentes a lo largo de sus más de 4kms de extensión y el de la Academia nos permitiría acceder a la zona de Dorsoduro donde teníamos pensado comer.
Así lo hicimos y apenas cruzamos el puente, hicimos un alto en un restaurante ubicado en un callejón protegido del sol.
El restaurante elegido fue "al vecio marangon" donde lo primero que hicimos fue pedir unas cervezas que nos fueron servidas en unos curiosos vasos con forma de bota. 
Esta vez pedimos unos platos de pasta con distintas salsas y otro de mariscos y pescados, más algún café. La pasta estaba muy buena y en el plato de productos del mar había cosas deliciosas y otras que no nos gustaron tanto...
 
 

 
 

 
Pagamos alrededor de 30€ por persona y continuamos ahora hacia el norte para llegar hasta la Plaza Roma tras atravesar el distrito de Dorsoduro.
Una vez en la Plaza Roma, repetimos la ruta del día anterior para llegar de nuevo hasta nuestro apartamento. El sol pegaba con fuerza y tomamos la decisión de tomarnos un ratillo de descanso en casa.
Habíamos pensado aprovechar la tarde-noche para visitar la zona de Cannaregio, al norte de la ciudad y cenar algo por esa zona pero acercarnos hasta allí andando suponía tener que dar un gran rodeo para poder atravesar el Gran Canal. Realmente, nuestro apartamento estaba muy cerca de Cannaregio pero el canal separaba ambas zonas.
El calor y el cansancio acumulado en nuestras piernas tras estar todo el día andando, provocaron que finalmente decidiéramos quedarnos por nuestra zona dando una tranquila vueltecilla, comer algo y tomar una copa antes de irnos a dormir. 
Mañana sacaremos un bono de 24 horas para tomar todos los vaporettos que nos apetezca y aprovecharemos para conocer Cannaregio.
 
Cerca de casa, en un rincón apartado, decidimos probar la bebida que todo el mundo tomaba a todas horas y que nuestro anfitrión nos había recomendado fervientemente: el spritz.
Se trata de una bebida alcohólica (unos 15º) cuya composición varía dependiendo de quién te lo prepare. Después de probar unos cuantos a lo largo de nuestro viaje, todos coincidimos en afirmar que el primero que probamos fue el mejor de todos y el responsable de que nos aficionáramos a este brebaje que básicamente está hecho a base de vino blanco, soda y Campari, Aperol o Cynar.

Teníamos varios restaurantes apuntados en nuestra lista pero desafortunadamente cuando decidimos intentar sentarnos a comer, estaban ya completos y no pudimos cenar en ellos así que nos vimos en la obligación de elegir uno al azar.
En esta ocasión cenaremos en el restaurante Bacaro Quebrado. Unas pizzas y un plato de productos del mar junto con un vino blanco de la zona, nos sirvieron para recobrar fuerzas.
 




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tras la tranquila cena a la luz de la luna, nos acercamos hasta un bar cercano que habíamos visto anteriormente y donde había precios asequibles y un buen ambiente. Apunta este local si quieres tomarte algo sin gastarte una fortuna: Cip & Ciop.
Aquí las cervezas y los spritzs son bastante más baratos y aunque hay que reconocer que estos últimos no estaban tan buenos como el primero que tomamos, es un magnífico lugar para relajarte y tomarte algo tranquilamente. Recomendable.
La noche llegaba a su fin para nosotros y comenzamos el regreso al apartamento. Mañana dedicaremos la jornada a las islas y a navegar por los canales.
 
Ruta jornada-2
 
 



DIA-3
 
Tras la jornada de ayer en la que recorrimos bastantes kms a pie, hoy nos lo íbamos a tomar con más relajo dedicando más tiempo a viajar sentados en los vaporettos.
Lo primero que hicimos al despertarnos, fue bajar a una panadería cercana a nuestra casa para comprar algo de pan y algún dulce para desayunar. Mientras unos preparaban el café, otros bajaron a por un pan que nos sorprendió muy gratamente.
Tras el desayuno nos acercamos andando hasta el mercado para ver el ambiente que se respiraba por allí pero al ser lunes, la zona del pescado se encontraba cerrada. Un contratiempo que intentaremos solucionar mañana para ver los productos frescos recién pescados.
Aún así, aprovechamos la ocasión para ver las verduras y frutas que allí se exponían.
 
 
Desde allí nos acercamos de nuevo al cercano Puente de Rialto y dimos una vuelta por las callejuelas aledañas, donde compramos el billete válido para las próximas 24 horas para tomar todos los vaporettos que quisiéramos.
Había llegado la hora de ver Venecia desde otra óptica diferente. Para empezar, nos acercaremos hasta la famosa isla de Murano, conocida por sus cotizados cristales.
Poco después de pasar frente al antiguo astillero Arsenale, donde la obra escultórica "Building Bridges" de Lorenzo Quinn y de más de 11 metros de alto parecía despedirse de nosotros, atravesamos la isla de S.Michele también llamada "la Isla de los Muertos" debido a que allí se encuentra el cementerio de Venecia
 
 
Minutos después llegábamos a Murano ubicado aproximadamente a un km de Venecia. A pesar de que muchos turistas llegan hasta allí, la afluencia de gente no es tan abundante lo que te permite disfrutar de sus canales con mayor tranquilidad.
Tras una vueltecilla por la isla nos tomamos una cervecita tranquilamente en una terraza antes de tomar otro vaporetto que nos llevara hasta Burano.
 


 
Burano es una coqueta isla habitada por unos 7000 venecianos que cuenta con pintorescas casas de variados colores y unos canales repletos de paz y sosiego (al menos durante mi visita), que nos permitieron disfrutar a tope de su visita.
Lo primero que hicimos fue buscar un sitio para comer. En la calle principal Baldasarre Galuppi, se sucedían los restaurantes de todo tipo así que sin pensarlo demasiado, nos sentamos en una terraza de un viejo restaurante que parecía ser de "los de toda la vida". 
Para cambiar la dieta de los últimos días, decidimos pedir una parrillada de pescado y unos calamares a la plancha. Para beber un vino de la zona y unos cafés. 
No se puede decir que las raciones fueran demasiado abundantes ni que el punto del pescado fuera demasiado correcto pero aún así, acabamos con todo.
No salimos demasiado contentos del local ya que pagar 40€ por cabeza por unos trozos de pescado secos, no nos pareció un acierto pero ya sabemos que estas cosas, a veces pasan. 
 
 
 
Tras la comida dimos un agradable paseo por las calles de esta isla y por sus canales, que a estas horas del día se encontraban inundadas de la cálida luz del atardecer, lo que le añadía un encanto extra al lugar. 
 
 
Pero lo primero que nos llamó la atención fue una torre de iglesia que parecía estar inclinada ostensiblemente. Sería un efecto óptico o realmente amenazaba con caerse en cualquier momento?
Pues sí, el campanario de la Iglesia de S. Martino de 53 metros de altura y construída en el siglo XVII, comenzó a inclinarse debido a que los palafitos sobre los que se construyó, comenzaron a ceder lentamente. Parece mentira que pueda permanecer en pie a pesar de la ostensible inclinación que soporta...
Burano supuso una placentera y relajante visita pero debíamos seguir nuestra ruta así que volvimos a tomar un vaporetto que nos devolvió a la bulliciosa Venecia donde consumiríamos las últimas luces de la jornada. 
 




 
Teníamos pendiente visitar uno de los barrios más populosos de Venecia, ubicado al norte de la misma : Cannaregio.
A principios del siglo XVI, este barrio acogió al gueto judío, fuertemente vigilado para que éstos no tuvieran contacto con el resto de habitantes. 
La riqueza arquitectónica de esta zona donde podemos encontrar iglesias tan importantes como la de Santa María de los Milagros, palacios como el de Vendramin Calergi o espectaculares edificios góticos como la Ca d'Oro, se une a su singular barrio judío y a sus animadas zonas de bares y restaurantes, donde la juventud se reúne en su tiempo de ocio.
En Cannaregio se nos vino encima la noche pero antes de dar por terminada la jornada, teníamos decidido dedicar estos momentos a recorrer Venecia a través de sus canales para disfrutar de las luces y el ambiente de la ciudad al anochecer. 
Teníamos el bono de vaporetto para todo el día y quisimos aprovecharlo recorriendo todo el Gran Canal, admirando los edificios venecianos al anochecer.
Ahora sí, una vez observada con detenimiento "Venecia la noit", nos retiramos a nuestros aposentos para cenar algo tranquilamente en casa y preparar el equipaje ya que mañana partiremos hacia Eslovenia...









Ruta jornada-3


 
 
ULTIMAS HORAS EN VENECIA
 
Hoy abandonaríamos Venecia pero aún disponíamos de unas horas hasta que nos vendrían a buscar para llevarnos a Liubliana en Eslovenia.
Con el equipaje ya preparado, desayunamos tranquilamente antes de salir a la calle para pasar las últimas horas en la isla. 
El Puente Rialto estaba bastante cerca de casa y el mercado tampoco estaba lejos así que tomamos dirección al mercado para ver los pescados que ofrecían y que no pudimos ver ayer.
A nuestra llegada al mercado, varios puestos exponían sus mariscos y pescados perfectamente colocados y ordenados. Langostinos, calamares, lubinas, doradas, lenguados y otras muchas especies, llenaban los puestos con los productos recién pescados.
 





 

El reloj avanzaba inexorablemente y era hora de regresar a casa pero antes no pudimos resistirnos a asomarnos por última vez a Rialto para sumergirnos en el bullicio del lugar mientras los vaporettos, góndolas y todo tipo de embarcaciones surcaban las aguas del Gran Canal.
Nuestro paso por Venecia finalizaba y ahora tocaba cargar de nuevo con el equipaje para hacer el recorrido inverso a nuestro día de llegada.
Allí, en la Plaza de Roma habíamos quedado con un conductor a las 12,30 para ir al aeropuerto donde recogeríamos a dos compañeros cuyo vuelo llegaba a esas horas. 
Desde allí y ya reunido la totalidad del grupo, nos desplazaremos hasta la capital eslovena.
Mientras esperábamos al conductor de la empresa GoOpti, nos tomamos el último Spritz veneciano, un aperitivo que nos cautivó desde el día que lo probamos aunque hay que reconocer que de un local a otro, las diferencias son importantes.
Hasta otra, Venecia..... 
 
 
Ruta jornada-4

 

Capítulo anterior: Consejos para visitar Venecia.

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