09 febrero 2022

Parque Nacional Triglav.

 

He de confesar que cuando preparo un viaje, me gusta estudiar a fondo todas las posibilidades que éste me ofrece para poder ajustar mi tiempo a las zonas que más atractivas me parecen. Finalmente, el itinerario elegido dependerá en gran medida, del tipo de viaje y sobre todo, de los compañeros de viaje ya que hay que confeccionar una ruta que pueda complacer los gustos de todos.
Cuando empecé a leer acerca de los Alpes Julianos y su Parque Nacional Triglav, la zona me cautivó de inmediato y desde el principio fui consciente de que no podría disfrutar de esta zona como a mí me gustaría. Podría dedicar todo un viaje a conocer estos parajes.
Dudamos mucho a la hora de elegir cuántos días pasaríamos en esta zona pero finalmente optamos por alojarnos dos noches en los alrededores de Bled para visitar, aunque fuera de manera somera, algunos de los puntos más emblemáticos.
Como no podía ser de otra forma, la visita me supo a poco...


H
oy nos despedíamos de nuestro alojamiento en Bled sin saber muy bien dónde dormiríamos, ni cual sería nuestro itinerario exacto durante la jornada. Tenía preparada una ruta circular por el interior del Parque de Triglav con un montón de puntos a visitar pero con el convencimiento de que era imposible verlos todos. Por descontado, había descartado cualquier punto que exigiera una caminata que significara un gasto de tiempo excesivo. Para complicar un poco más la jornada, teníamos claro que nuestra ruta se dirigiría al sur pero no teníamos claro dónde dormiríamos...
Pero quién dijo miedo? Eran poco más de las 9 y teníamos todo el día por delante. La aventura está a punto de comenzar...

PARQUE NACIONAL TRIGLAV
Se trata del único parque de Eslovenia pero curiosamente a su vez, es uno de los más antiguos de Europa. Toma su nombre de la montaña más alta de Eslovenia, Triglav (2864m), a la que se puede ascender desde Tolmin o Trente.
Con una extensión de 84.000 Ha y muy cerca de las fronteras austriaca e italiana, esconde en su interior verdaderas joyas naturales en forma de lagos, arroyos, cascadas, valles y montañas.
Lugar idóneo para la práctica de deportes de aventura tales como el senderismo, el kayak, el rafting, la bicicleta de montaña, etc, etc.
Históricamente también encierra dolorosas historias relativas a las cruentas batallas que se libraron en la zona durante la I Guerra Mundial y que costaron la vida a miles y miles de seres humanos. En Kobarid se puede visitar un museo que rememora tan tristes acontecimientos.
Así mismo, la principal carretera que une muchos de los puntos más visitados del parque, debe su existencia a los duros trabajos de los prisioneros rusos, allá por el año 1917.
Sin duda alguna, los amantes de la montaña y actividades de aventura podrían dedicar semanas a esta zona.


La mañana se presentaba lluviosa cuando abandonábamos la localidad de Bohinjska Bela, donde nos hemos alojado estos días. La clásica estampa de las iglesias eslovenas se volvió a mostrar ante nosotros cuando dejamos atrás la Iglesia de Sta. Margarita (sv. Marjete), construída en el siglo XVII.
 

 

Los limpias de nuestra furgoneta se afanaban en retirar el abundante agua que nos regalaba un día gris mientras el grupo confíaba en que el tiempo cambiara a lo largo del día.
Nuestra primera parada estaba prevista a unos 45kms, en una pequeña localidad ubicada en los Alpes Julianos donde se concentran los visitantes aficionados a la práctica del esquí, la bicicleta o el senderismo: Kranjska Gora.
La parada nos sirvió para descubrir un coqueto pueblecito de montaña con espectaculares vistas a los Alpes y numerosos establecimientos de hostelería, tiendas y actividades deportivas.
Un café puso punto final a un breve paseo por el pueblo. Afortunadamente no llovía.
 


 
Ya estábamos en la carretera 206 que nos llevaría hasta Bovec a través del parque y que esperábamos nos regalara momentos memorables .
Hay un agradable paseo a pie desde Kranjska Gora hasta nuestro siguiente destino, el Lago Jasna, pero el tiempo apremia y decidimos hacer los dos kilómetros que nos separan, en la furgo.
No habíamos leído nada sobre este lugar así que cuando llegamos, nos sorprendió muy gratamente encontrarnos con un lago de aguas transparentes, con un telón de fondo impresionante.

LAGO JASNA (JEZERO JASNA)
Realmente no se trata de un lago sino de dos lagos artificiales que están interconectados. Sus aguas proceden de los arroyos Velika Pisnica y Mala Pisnica.
La zona está perfectamente preparada para recibir multitud de visitantes aunque durante nuestra visita no había demasiada gente. Zonas de esparcimiento, columpios y numerosos senderos, rodean una zona de innegable encanto. También cuenta con un bar restaurante a orillas del lago donde podrás tomarte un refrigerio o incluso comer algo.
Villas y alojamientos se suceden a lo largo de la carretera a orillas del Jasna para aquellos que quieran disfrutar del lugar más relajadamente.
Y como no puede ser de otra manera, a un lugar tan idílico no le puede faltar su leyenda.
Lo que aparentemente parecía un monumento a un rebeco, especie animal muy habitual en las montañas europeas, encerraba una historia acerca de este animal conocido con el nombre de Zlatorog.
Se dice que Zlatorog vivía en algún recóndito y bello lugar del parque donde se erigía como guardián de un valioso tesoro. Un día, un ávido cazador salió en su busca disparándole y acabando con su vida. De la sangre derramada a causa del disparo, brotaron inmediatamente unas flores rojas que no dudó en engullir en su último suspiro, consiguiendo volver a la vida. Furioso, mató al cazador abandonando el bello rincón donde vivía llevándose consigo el tesoro y desapareciendo de allí para siempre.


 
 
Un agradable paseo por las orillas de este lago, puso el punto final a otro precioso lugar del parque.
Continuamos ruta por la 206, típica carretera de montaña, para ir en busca de una famosa iglesia rusa que tenía marcada en mi itinerario, 5 kms más adelante.
 
CAPILLA RUSA
Como ya he comentado anteriormente, la carretera que une Kranjska Gora y Bovec a través del paso de Vrsic, fue construída por prisioneros rusos durante la I Guerra Mundial. Era ésta una vía de comunicación estratégica cuya construcción costó la vida a numerosos prisioneros rusos.
Esta capilla de madera de estilo ortodoxo y dedicada a S. Vladimir, fue construída en su honor por sus compañeros supervivientes, en el año 1917.
Cada año, autoridades eslovenas y rusas celebran una misa en conmemoración a lo ocurrido.
Un bosque muchas veces cubierto de niebla, alberga esta curiosa e histórica construcción.
Se puede aparcar a los lados de la carretera para hacer la visita.


Esta visita fue rápida y tras las fotos de rigor, volvimos a la furgoneta para continuar hasta el mirador del Monte Parsini, unos 3 kms más adelante. No tardamos en observar que cada vez que tomábamos una curva, un cartel nos mostraba un número por lo que dedujimos que dicho número, señalizaba cada curva de la carretera. Así pues, debeís saber que tras la curva 16 encontrareís el mirador del Monte Parsini, uno de los más altos de los Alpes Julianos (2547 metros). Según la dirección que llevamos, se encuentra a nuestra izquierda, pudiéndose distinguir perfectamente un enorme agujero en su pared calcárea conocido con el nombre de Front Window ( Prednje Okno ).
Tras llenar nuestros pulmones de aire puro y recrearnos con las excelentes vistas del lugar, continuamos ruta en busca de un alto que no parece llegar nunca.
Pero ya sólo nos quedaban 6 curvas para hacer cumbre, lo que traducido a metros venían a significar unos 2700m.

Front Window ( Prednje Okno )

PUERTO O PASO DE VRŠIČ

La famosa y panorámica carretera 206 que une las localidades de Kranjska Gora y Bovec, cuenta con 50 curvas cerradas que están perfectamente señalizadas y numeradas por lo que es habitual hablar de sus principales puntos de atracción, refiriéndose a la curva más cercana a dicho punto. Así pues podemos afirmar que el punto más alto de esta carretera, es decir su puerto (1611m), se encuentra tras pasar la curva 24, viniendo desde Kranjska Gora. No es difícil calcular las curvas que tendrás que superar si sigues la carretera hasta Trenta donde se da por finalizado el puerto: 26.
Como ya he comentado, la carretera fue construída en 1916 por prisioneros rusos durante la I Guerra Mundial, constituyendo una vía estrátegica fundamental para el ejército austriaco a la hora de luchar contra las tropas italianas.
En honor a sus constructores también se le conoce con el nombre de "carretera de los rusos" (Ruska Cesta).
Si tienes previsto recorrer esta impresionante carretera con desniveles de hasta el 15% fuera de la temporada de verano, deberás informarte sobre su estado ya que no es extraño que esté cerrada durante gran parte del invierno y puntualmente, en otras épocas del año. No en vano, se trata de la carretera más alta del país.


 
Cuando dejamos la furgoneta en un aparcamiento cercano, tuvimos que abrigarnos para salir al exterior. El viento que soplaba era helado y por momentos, alguna gota de lluvia que otra se dejaba notar en nuestras cabezas. Rodeados de montañas y con las manos heladas, inmortalizamos nuestro paso por este histórico lugar, haciéndonos las inevitables fotos de rigor.
Todos estábamos deseando comenzar a descender con la esperanza de que la temperatura subiera un poco.
Comenzamos a trazar las sinuosas y vertiginosas curvas de descenso en busca de los verdes valles de las más templadas tierras bajas. El paisaje era impresionante y no pudimos resistirnos a hacer una nueva parada en un mirador que no teníamos marcado.
Se trata del Mirador Supca, un mirador que nos sorprendió muy gratamente debido a las extraordinarias vistas que ofrecía. Hay un pequeño aparcamiento en la carretera desde donde sólo hay que andar unos metros para llegar a una plataforma de madera desde la que podrás disfrutar de una vista panorámica excepcional.
En mi mapa de la jornada está señalado exactamente este mirador pero también lo podeís encontrar en "maps". Desde el alto del puerto hay aproximadamente 2,5 kms. En mi opinión, lugar de parada obligada.
 


Estuvimos un buen rato en total soledad disfrutando del lugar hasta que nuestros estómagos nos recordaron que debíamos prestarles un poco de atención; eran las dos y no habíamos comido nada desde que desayunamos hace ya muchas horas.
Volvimos todos a la furgoneta, confíando en encontrar en la carretera algún sitio mínimamente acondicionado para sacar algo de comida y disfrutar de las vistas que nos rodeaban. Afortunadamente sólo tuvimos que recorrer poco más de 9 kms desde el mirador para encontrar una mesa de madera con bancos, que además ofrecía unas preciosas vistas al pueblo de Trenta.
Esta vez los astros se aliaron con nosotros y el sol surgió con fuerza concediéndonos unos memorables momentos mientras dábamos buena cuenta de los embutidos y el queso que sacamos para la ocasión. Después del frío y agua de la jornada, ahora mismo estábamos a más de 20ºC saboreando las ricas viandas, inmersos en plenos Alpes Julianos. Abrimos una botella de vino blanco esloveno que habíamos comprado en Bled y brindamos por nuestra fortuna. No podíamos pedir más...

Con el estómago complacido, era la hora de reanudar la ruta. Nos estábamos adentrando en otra zona de extraordinaria belleza que precisaría de varios días para conocerla mínimamente pero desgraciadamente, el tiempo del que disponíamos era tan escaso que obviamente, nuestro paso por esta zona nos iba a saber a muy poco: El Valle de Soča.

EL VALLE DE SOCA.
El río Soča o Isonzo en italiano, es el encargado de dar nombre a este valle. Precisamente son la transparencia de sus aguas, su cautivador color turquesa y su bravura, los principales artífices del éxito que acapara entre todos aquellos que se acercan a esta zona, bien para recorrer sus infinitos senderos o bien para experimentar la fuerza de sus aguas practicando el barranquismo, kayak o el rafting. Tampoco los pescadores faltan a esta cita y no dudan en acercarse hasta sus aguas para intentar hacerse con un preciado pez que habita esta zona: la trucha del Soča.

El Soca nace muy cerca del paso de Vršič y discurre paralelo a la carretera que llega hasta Bovec para acabar desembocando en el Adriático italiano tras recorrer casi 150 kms.
Sus cascadas, rápidos, desfiladeros y pozas, hacen de este río un escenario que difícilmente olvidarás.
Tristemente el Valle del Soca también se recordará porque fue precisamente en esta zona donde tuvieron lugar, entre 1915 y 1917, las Doce Batallas del Isonzo durante las que se dice que murieron más de 300.000 soldados italianos y astrohúngaros.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Hicimos varias paradas junto a la carretera para admirar la belleza del río, parando en Velika Korita y haciendo una pequeña incursión por la zona de Lepena antes de abandonar la zona.
El día avanzaba inexorablemente y llegaba la hora de tomar algunas decisiones.
En mi agenda aún quedaban varios sitios para visitar pero indudablemente, no iba a dar tiempo a verlos. Tocaba decidir si una vez llegáramos a Tolmin, íbamos a seguir hacia el sur o estábamos dispuestos a volver a Bled de una forma poco convencional que iba a suponer una sorpresa para casi todos, ya que nadie sabía nada sobre este asunto a excepción de dos personas. Habíamos guardado muy bien el secreto...
Así pues teníamos dos opciones:
  • si seguíamos hacia el sur, todavía teníamos tiempo para visitar algún pueblo como Bovec o incluso visitar la Garganta de Tolmin, antes de que anocheciera.
  • si por el contrario decidíamos ir a Bled, deberíamos ya desplazarnos hasta una estación ferroviaria, en Most na Soči, para subir la furgoneta a bordo de un tren que en 45 minutos nos llevaría a través de los Alpes Julianos hasta las cercanías a Bled.
Por unanimidad, la opción del tren se impuso. Tocaba acercarse cuanto antes a la estación para comprobar horarios y plazas disponibles.

Nuestra visita al Parque Nacional de Triglav había llegado a su fin. El broche final sería atravesar los Alpes en nuestra furgo pero a bordo de un tren para cerrar el círculo de la jornada, volviendo al punto de partida: Bled.
Como ya suponía antes de comenzar la jornada, se me han quedado por visitar puntos como la Garganta de Tolmin, el Lago de Bohinj y la Cascada de Savica entre otros muchos pero en fin, ya sabía que era imposible ver todo.
Ahora tocaba encontrar la estación ya que no teníamos muy claro dónde se encontraba. Nos costó un poco encontrarla (en el mapa teneís marcado el punto exacto) pero cuando lo hicimos, pudimos comprobar que llegamos a tiempo de pillar el último tren y además, éramos los primeros en la cola ya que no había nadie esperando.
Llegamos con el tiempo justo de tomar una cerveza en el bar de la estación y hacer una visita al baño antes de subir al tren.
Entre ayer y hoy habíamos visto la única isla de Eslovenia (isla de Bled), habíamos estado en la carretera más alta (paso de Vrsic) y ahora íbamos a atravesar el túnel más largo con sus 6327 metros (túnel de Bohinj).

Una vez embarcados, un operario pasa por cada coche y te cobra una tarifa por tipo de coche y número de pasajeros. Según nos comentaron, en estas fechas no había problema de plazas pero durante el verano deberás estar atento a los horarios, si no quieres quedarte sin plaza. 
Aparte de la originalidad de la experiencia, ahorrarás bastante tiempo si te diriges a la zona de Bled porque hacerlo por carretera, supondría alrededor de tres horas.
El tren comenzó a moverse atravesando el pueblo, antes de adentrarse poco a poco en las moles calcáreas alpinas a través de ruidosos túneles que amenazaban con hacer estallar nuestros tímpanos.
Los gritos y las risas se sucedieron a lo largo de todo el recorrido hasta que llegamos a Bohinjska Bistrica, destino final de nuestro viaje en tren.
La experiencia es original y pasamos un buen rato. Para más información sobre precios y horarios podeís visitar esta web: https://potniski.sz.si/en/motorail/




La noche se había echado encima y ahora tocaba decidir dónde íbamos a dormir y qué íbamos a hacer mañana. 
Dos integrantes del grupo estábamos interesados en intentar el avistamiento de osos en la localidad de Markovec, al sur de Liubliana pero ante la imposibilidad de llegar allí en transporte público, ésto obligaría a desplazarse hasta allí a todo el grupo.
El acuerdo no tardó en llegar; nos llevarían hasta Markovec.
Una vez decidido este punto, tocaba buscar un alojamiento no muy lejos de Marcovec, ni de las cuevas Škocjan y Postojna que teníamos pensado visitar al día siguiente.
Eran alrededor de las 8 cuando llegamos a Bled donde aprovechamos para hacer las últimas fotos nocturnas a su castillo, antes de tomar definitivamente rumbo al sur sin hacer más paradas.
 
 
Ya en ruta, había que buscar un alojamiento a no más de 100 kms, en algún lugar bien situado para hacer las últimas visitas en Eslovenia durante los dos próximos días.
Tras hacer una pequeña selección, decidimos finalmente reservar alojamiento para los 7 en Janezinovi House, en el pueblo de Ratečevo Brdo, al sureste de Eslovenia. Como llegaremos sobre las 9, les pedimos que preparen cena para todos.

Cuando estábamos llegando a nuestro destino, ya en las callejuelas del pueblo, volvimos a temer quedarnos atrapados en cualquier momento debido a la estrechez de la carretera. Apenas sobraban unos centímetros a cada lado de la furgoneta ya que las casas se iban adueñando de la carretera mientras todos cruzábamos los dedos.
Afortunadamente, llegamos sin demasiados problemas a nuestro alojamiento. Su comedor estaba bastante animado y nuestra mesa preparada. Era de noche y no sabíamos muy bien dónde nos encontrábamos pero por la reacción de los allí presentes, no parecían estar muy acostumbrados a ver gente extranjera. Mientras esperábamos la cena, nos invitaron a una especie de orujo local que nos ayudó a entrar en calor y a reactivarnos tras el viaje nocturno.
Una ensalada, unas sopas y un guisado de carne, terminaron de cargarnos las pilas pero las idas y venidas de varios trabajadores que parecían no ponerse de acuerdo, parecían vaticinar algún problema.
Efectivamente, acabaron reconociéndonos que había habido un error y no tenían sitio para todos.
Pero no hay problema sin solución así que nos sacaron unos orujos para que la espera no se nos hiciera muy larga mientras trataban de solucionar el problema. 
 
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Finalmente nos quedaremos allí tres personas en una habitación y los otros cuatro, se irían a una casa cercana donde tenían disponibles dos habitaciones.
Una señora llamada Marta vino a buscarlos para irse los cinco en la furgoneta hacia un destino desconocido...
Habíamos quedado mañana al mediodía en Markovec, a unos 60 kms de aquí, así que nos veremos aquí de nuevo para desayunar todos juntos antes de salir sin prisas hacia Markovec
Esperemos que Marta no sea una secuestradora de turistas y no volvamos a ver a nuestros amigos.....😂😂😂
 
 
Ruta de la jornada
 
 

 

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