20 junio 2022

Split y rumbo a Kórcula. Croacia


Habíamos llegado a Split tras nuestro periplo por Venecia, Eslovenia y Croacia. Y era precisamente aquí donde iba a comenzar nuestra última etapa del viaje.
A la hora de organizar y repartir los días y sitios a visitar en esta zona, existían múltiples opciones que difilcutaron dicha organización.
Por un lado, había gente que prefería dedicar estos días a navegar plácidamente entre las famosas islas croatas mientras otros preferíamos hacer una incursión de uno o dos días por las islas y seguir viaje hacia el sur por carretera.
Las posibilidades eran infinitas pero si finalmente íbamos a las islas, llevaríamos el coche o lo dejaríamos en la costa? Moverse con el coche nos limitaba el movimiento ya que no había ferrys para coches entre todas las islas...
Volveríamos a la costa tras la visita a las islas para bajar a Dubrovnik por carretera o lo haríamos en Ferry?
Qué isla o islas visitaríamos?
Eran muchas preguntas y llevábamos ya bastantes días de viaje con lo que el cansancio empezaba a pesar; los años no pasan en balde...
Seguramente por eso, optamos por la opción más cómoda y relajada. Bajaremos hasta Ploce en coche para allí tomar un ferry hasta Trpanj, atravesar la estrecha lengua de tierra con la furgoneta hasta Oberic, donde tomaremos otro ferry hasta la isla de Kórcula. Dedicaremos nuestra estancia en esta isla para relajarnos y descansar hasta que salgamos rumbo al último enclave a visitar: Dubrovnik.
Decidimos que unos días de descanso y relajación en una única isla, nos iban a servir para disfrutar más relajadamente de un viaje trepidante.
 
MAPA DE LA RUTA A KORCULA

 
 
Así pues, una vez decidido este punto, nos levantamos para desayunar tranquilamente en la curiosa y ornamentada casa donde nos alojamos en Split.
Tras haber acordado con los dueños de la casa que dejaríamos todo recogido para permitirles limpiar el piso, abandonamos el lugar con el objetivo de recorrer el casco antiguo de la ciudad y recorrer relajadamente su zona costera.
No tardamos en llegar a la Iglesia de S. Francisco y la Plaza Prokurative, prácticamente a orillas del mar, para posteriormente adentrarnos por las estrechas callejuelas de la zona vieja.
El Palacio de Diocleciano, la Plaza Imperial Central (Peristilo) y la Catedral de S. Duje no tardaron en dejarse ver, al igual que las encantadoras callejuelas que te transportaban en el tiempo y por donde nos perdimos durante buena parte de la mañana.
 
 









Como dato curioso, debo reconocer que me llamó especialmente la atención un escudo que encontramos a lo largo de la ciudad, en sitios muy dispares. Finalmente descubriría que aquellos dibujos y  grafitis eran la demostración de la ferviente pasión de la ciudad por su club de fútbol.
En toda Dalmacia, podremos ver este escudo que se repetirá continuamente y que mostrará la devoción de esta región por su club de fútbol.
Fundado en 1911 por un grupo de estudiantes, el término “Hajduk” ya dejaba entrever sus intenciones ya que era el término para denominar a los forajidos legendarios que lucharon contra la ocupación otomana de los Balcanes. Más tarde se negaron a participar en la competición italiana, estando bajo su dominación, convirtiéndose en el ala deportiva de los partisanos de Tito y representando el antifascismo a través de este deporte, a lo largo de todo el mundo.
 


Un último paseo por el puerto nos llevó hasta la zona donde grandes ferrys transportaban a gran número de viajeros que llegaban a Split, bien como una corta escala o como objetivo final de su viaje.
Llevábamos ya unas horas visitando la ciudad y había llegado el momento de volver a casa para cargar el equipaje de nuevo en la furgoneta y continuar viaje hacia el sur.
 




SPLIT
Situada al sur de Croacia, rodeada por las cordilleras de Kozjak y Mosor, se trata de la principal ciudad de la región de Dalmacia. Hablamos de la segunda ciudad más importante del país, sólo por detrás de su capital Zagreb de la que le separan alrededor de 400kms.
Esta preciosa localidad dálmata cuenta con un espectacular casco antiguo que fue declarado  Patrimonio de la Humanidad en 1979.
La que a día de hoy se ha erigido como un importante centro administrativo, tuvo su origen hace 17 años alrededor de la casa palacio que construyó el emperador romano Diocleciano, nacido muy cerca de allí en el año 245.
En la actualidad se encuentra comunicado prácticamente con todo el país, incluyendo los numerosos ferrys que le unen a las islas adriáticas croatas e incluso a la vecina Italia. 


Había llegado la hora de abandonar Split y bajar hacia el sur, dirección a Ploče. Tomar el ferry en esta localidad nos evitará tener que cruzar la frontera bosnia con todo el papeleo que ello conlleva teniendo en cuenta el tema del covid.
Alrededor de 134 kms y hora y media de coche nos separaba de nuestro destino. Una estrecha lengua de tierra, la península de Peljesac, se adentra en el Adriático un poco antes de llegar a la frontera bosnia. Deberemos llegar allí, más concretamente a la localidad de Trpanj, a través de un ferry que parte de la localidad de Ploče.
Cuando llegamos a Ploce, fuimos hasta el puerto para informarnos acerca de los horarios de los ferrys. Allí, en la oficina, compramos billetes para la furgoneta y siete pasajeros hasta nuestro destino final: la isla de Korcula.
Tras sacar los correspondientes billetes, aparcamos el coche en la cola y nos acercamos hasta un bar cercano para comer y beber algo mientras esperábamos el ferry.
 
HORARIOS Y TARIFAS DE LOS FERRYS 2022
 
 
                           Ploce-Trpanj 
 
 
 Orebic-Korcula
 



          


 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 TARIFAS
 
PLOCE-TRPANJ 
 


 

 

 

 

 

 




           

 

OREBIC-KORCULA

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
*Para más información consultar con su web
 
 
La espera se hizo corta y no tardamos en divisar el barco aproximándose al puerto. Montamos en la furgoneta y sin darnos cuenta, nos encontramos a bordo. 
Dejamos el coche aparcado ya dentro del ferry y subimos al bar para tomarnos una cerveza y brindar por el éxito de la última etapa del viaje.
Una hora nos separaba de nuestra primera escala.
El sol brillaba con fuerza haciendo de la travesía, un agradable paseo marítimo. Por fin nos encontrábamos surcando las aguas del Adriático.
 
 
 


 
Las maniobras de desembarque fueron tan rápidas como las del embarque. Ahora tocaba atravesar por carretera, la lengua de tierra en la que nos encontrábamos, hasta la localidad de Orebic. En apenas 20 minutos recorrimos los 23 kms que separaban Trpanj de Oberic.
Tocaba embarcar de nuevo para hacer un pequeño trayecto de unos 15 minutos para, tras atravesar el estrecho de Peljesac, llegar por fin a nuestro destino final: Korcula.
Cuando desembarcamos en la isla pusimos la dirección de nuestro alojamiento en el GPS y pusimos rumbo a casa. En lo alto de una colina, muy cerca del puerto, se encontraba la casa donde pasaríamos los 4 próximos días.
 


 



Korcula
Con sus cerca de 280 km² de extensión, se trata de la segunda isla más poblada del Adriático, sólo por detrás de Krk. Se puede llegar a ella desde varios puntos de la costa croata o bien desde la península de Peljesac a través del estrecho con el mismo nombre. Eso sí, siempre vía marítima.
Sus casi 20.000 habitantes, presumen de contar con unos de los mejores aceites y vinos del país. Otra de sus peculiaridades, es la de ser la isla con más árboles de Croacia ya que casi las dos terceras partes de su territorio están cubiertas por bosques.
Su capital, con más de 3000 habitantes, también recibe el nombre de Korcula y se encuentra ubicada al este de la isla. Sus estrechas callejuelas se encuentran hábilmente dispuestas para permitir el paso del aire fresco pero protegiéndolas de los vientos fuertes. Hasta el año 1700, estuvo prohibido construir en el exterior de sus murallas.
Se dice que Korcula fue el primer lugar del mundo donde se abolió la esclavitud ya que ésta fue prohibida en el año 1214.
Como es habitual en la zona, la isla ha pasado por manos de numerosos pueblos y reinos, siendo fácil reconocer restos de ilirios, griegos, romanos, eslavos, venecianos, franceses, británicos, austriacos, yugoslavos, etc, etc.
Algunos de los lugares más visitados son:
  • la catedral católica de San Marcos (construida entre 1301 y 1806),
  • un monasterio franciscano del 1400,
  • las cámaras del consejo cívico de la ciudad,
  • el palacio de los antiguos gobernadores venecianos,
  • los palacios de la aristocracia mercantil local (de los siglos XV y XVI),


Nosotros nos alojamos en Guesthouse Anamarija.
El dueño nos esperaba para darnos la bienvenida y enseñarnos todos los tesoros que allí guardaba. La casa tenía tres pisos y nosotros disponíamos de dos apartamentos con dos habitaciones, salón, cocina y baño. Abajo tenía una especie de "txoko", como llamamos a estos espacios en nuestra tierra, que consistía en un amplio espacio con cocina y chimenea donde según nos contó, se reunía con sus amigos para organizar sus fiestas particulares. Un pequeño barco que él mismo construyó, lucía en la entrada dejando claro que estaba orgulloso de su preciado tesoro. Unas flamantes bicicletas eléctricas que puso a nuestra disposición, eran otros de sus tesoros que guardaba celosamente en otra lonja anexa.
Una barbacoa con mesas y bancos de madera completaban los pequeños lujos del lugar. Estábamos apartados del pueblo pero podíamos ir hasta él paseando tranquilamente.
 


Así pues, tras la animada charla con el propietario de la casa, decidimos acercarnos hasta el pueblo andando para una primera toma de contacto. Las últimas luces del día nos regalaron unas preciosas vistas al pueblo mientras nos acercábamos siguiendo la costa.
El dueño de la casa nos había recomendado un pequeño restaurante local para cenar algo esta noche así que tras recorrer las callejuelas de Korcula, nos pusimos a buscar este establecimiento.
No es un sitio de paso ya que estaba en un apartado y relajado rincón pero no tardamos en dar con él.
El Skver Konoba, que es como se llamaba, se encuentra junto al museo Marco Polo y en él tuvimos la oportunidad de probar algunos de sus productos más típicos como pescados, carnes, pastas, etc, etc...
También allí tendrás oportunidad de probar su vino local, cervezas artesanales o la grappa italiana.
Tras la relajada y agradable cena, dimos una última vuelta por el pueblo para acabar tomando el camino de vuelta a casa.
El día no daba para más y había que preparar los planes para mañana.....




 
 
 
 
Ruta de la jornada
 




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Capítulo siguiente: Korcula II. Visitando sus playas.


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