22 julio 2022

Playa del Silencio y Cabo de Vidio. Cudillero.


Durante mi segunda jornada por Cudillero, nos acercamos hasta la Playa del Silencio.
Siguiendo las instrucciones que nos dio la propietaria de nuestra pensión, iniciamos el camino desde allí mismo. 
 
 
 
Playa d'El Gavieiru o del Silencio.
 
RUTA DESDE SANTA MARINA 

 
 
Deberemos seguir la carretera hasta dejar el pueblo atrás para posteriormente, tomar un sendero a la izquierda que se adentra en el bosque. Nos comentaron la posibilidad de llevar el coche hasta la vecina localidad de Castañeras pero no nos lo aconsejaron por los problemas de aparcamiento que provocaba la afluencia masiva de turistas al lugar.
Si no son fechas conflictivas, lo más cómodo es dejar el coche en esta pequeña localidad pero si lo vas a visitar en días de verano o semana santa, te rogaría que no satures la localidad y dejes el coche un poco más lejos como en nuestro caso, en Santa Marina.
La playa es una pequeña ensenada de unos 500 metros de cantos rodados y bastante protegida por lo que sus cristalinas aguas acostumbran a estar bastante tranquilas. No disponen de ningún servicio ( agua, baños, socorristas...) lo que le otorga un aspecto virgen e inmaculado que cada año atrae a mayor número de visitantes.
 
Camino a la Playa del Silencio

Camino a la Playa del Silencio

Camino a la Playa del Silencio

 
 
Cuando llegamos a primera hora de la mañana, apenas había gente en la zona pero a medida que fueron pasando las horas, los visitantes comenzaron a aparecer por doquier.
Antes de bajar a la playa, seguimos un poco más adelante hasta la siguiente cala conocida como la Playa de la Barquera. Una cuerda daba acceso a la playa; desconozco si existe algún otro camino.
Tras las fotografías de rigor volvimos a la Playa del Silencio donde un compañero se dio un buen chapuzón a la vez que aprovechó la ocasión para hacer un poco de snorkel. Según comentó había muy buena visibilidad y disfrutó con los fondos marinos y los pequeños peces que se cruzaron en su camino.
La playa no se llenó de gente pero seguían llegando progresivamente así que decidimos que era hora de abandonar el lugar y emprender el camino de vuelta.
La ruta se puede alargar tanto como quieras ya que hay numerosos senderos que bordean la costa comunicando unas calas con otras.
Nosotros hicimos algo menos de 8 kms (ida y vuelta) que nos sirvieron para abrir el apetito😃.
 
Playa de la Barquera

Playa de la Barquera

Playa del Silencio

Playa del Silencio

Playa del Silencio

Accesos a Playa del Silencio

 

Conseguir un sitio para comer en pleno agosto sin haber reservado previamente, no es una tarea sencilla y tras recibir la negativa telefónica por parte de varios restaurantes, decidimos poner rumbo al oeste asturiano con la intención de comer en el primer sitio que encontremos, aunque para ello debamos explorar territorios menos conocidos.
Lo conseguimos muy cerca de la Playa de Cadavedo, en el restaurante Astur Regal donde comimos el menú del día ya que no ofrecían otra cosa. No nos importó demasiado, en Asturias es difícil comer mal....

Tras la relajada comida nos dirigimos hacia la cercana Ermita de la Regalina.
En la denominada Punta del Cuerno, desde donde podremos divisar la Playa de Cadavedo a nuestra derecha y las Playas del Serón y de Churín a nuestra izquierda, encontraremos dos curiosas construcciones que sin duda llamarán nuestra atención: un hórreo y una pequeña ermita.
La ermita, cuya silueta se recorta contra el azul del cielo y el mar asturiano, fue construida en 1931 con el objetivo de honrar a la patrona de Cadavedo, la vírgen de Riégala, conocida popularmente como "la Regalina".
 
Hórreo en la Regalina

Ermita de la Regalina

Playa de Cadavedo

 
 
Sus fiestas se celebran el último domingo de agosto, durante el que tiene lugar una alegre romería al aire libre donde no faltan los bailes, misas, comida al aire libre, pregones, ramus (típicos bollos de harina y nueces) etc,etc....
Este año me temo que inevitablemente, el covid empañará el acontecimiento; habrá que esperar tiempos más favorables....
Fue un corto paseo de apenas un kilómetro desde el restaurante hasta la Punta del Cuerno, que nos ayudó a hacer la digestión mientras disfrutábamos de las excelentes vistas que ofrece este mirador natural.
 



Iglesia de Oviñana
Desde La Regalina nos dirigiremos a uno de los cabos más representativos de Asturias, el Cabo de Vidio, donde se encuentra el último faro construído en Asturias.
Dejamos el coche en un aparcamiento junto a la Iglesia de Oviñana y tras tomar un café en el bar el Café, comenzamos una ruta de unos dos kilómetros hasta el Faro de Vidio, construído entre 1948 y 1950, uno de los más recientes de toda España.
Si piensas comer por la zona, Oviñana es una opción perfecta ya que encontrarás numerosos locales para hacerlo.
En el Mirador de la Cueva existe otro aparcamiento donde se puede dejar el coche y comenzar la ruta que discurre paralela a la costa hasta llegar al Cabo de Vidio, desde donde se puede divisar los días despejados, el Cabo de Peñas y Estaca de Bares.
Calas de arena y roca bajo agrestes acantilados nos acompañarán durante toda la ruta mientras la brisa marina nos acaricia el rostro arrastrando el aroma del mar hasta nosotros. Si el tiempo acompaña, se trata de un paseo extraordinario.
Una vez llegamos al faro, nos sentamos durante un buen rato para deleitarnos del paisaje como se merecía. Gaviotas y cormoranes sobrevolaban nuestras cabezas, vigilantes de sus dominios.
 




 
Aún existe otro tesoro bajo este faro que nosotros no visitaremos pero que algunos atrevidos exploradores no dejan pasar por alto: la denominada iglesiona. 
Hablamos de una gran cueva a la que sólo se puede acceder en bajamar y no apta para todo el mundo. Ni es bajamar ni vamos bien equipados así que ni nos lo planteamos.....
 

 
 
Tras la agradable visita llega la hora de ir a nuestro nuevo alojamiento, el hotel Lupa, donde dormiremos las dos próximas noches.
Una ducha, un bañito en la piscina y una cervecita para recuperar líquidos, fueron el prólogo a la cena.
Hoy probaremos los manjares del Restaurante el Pescador,a las afueras de Cudillero. No queremos sumergirnos en la vorágine del pueblo y preferimos ir a un sitio más relajado y no tan concurrido.
El restaurante está un poco apartado pero tiene un aspecto acogedor y elegante.
Los precios son algo más elevados que los del pueblo; ahora toca comprobar si están justificados...
Unas veces se acierta y otras no tanto pero en esta ocasión todos coincidimos en opinar que ha sido todo un acierto.
Una ensalada de la casa, un salpicón de marisco, lubina, rape y dos preciosos lenguados, pusieron de nuevo un gran broche final a la jornada.
Mañana será otro día...
 
 







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