20 agosto 2022

Korcula III. Playas de Bačva, Pupnatska Luka y Raznjic. Lumbarda.


S
i ayer exploramos la zona oeste y sur de la isla, hoy tiraremos hacia la zona oriental tras hacer un alto en un par de playas al sur de la isla, cercanas a donde estuvimos ayer.
Una vez más nos levantamos sin prisas, nos duchamos y desayunamos en la terraza mientras repetíamos las relajantes vistas al mar que nos ofrecía la ubicación privilegiada de nuestro alojamiento.
Pero hoy antes de comenzar la ruta, haremos una visita al puesto de pescado que hay junto al puerto del pueblo para comprar algún producto fresco para cenar esta noche en casa.
Desgraciadamente, cuando llegamos a la pescadería no le quedaban demasiadas cosas. Finalmente compramos unos langostinos y unas doradas y nos volvimos a casa.
Ahora sí, con todos los deberes hechos, volvimos a tomar dirección a Pupnat para desde allí bajar hacia el sur hasta Bačva Beach. Cruzar la isla desde la costa norte, donde nos encontrábamos, hasta la costa sur apenas suponía recorrer 12 kms pero los dos últimos son a través de una estrecha carretera que no permitía el paso de dos vehículos. Mucho menos si vas en una furgoneta como la nuestra. La carretera serpentea rozando los acantilados con curvas tan cerradas que nos obligan a hacer maniobras para tomarlas. Todos contenemos la respiración. No queremos ni pensar qué pasaría si nos encontráramos un coche de frente...
Cuando por fin llegamos, todos respiramos aliviados aunque el viaje de vuelta no iba a ser mejor pero bueno, ahora tocaba disfrutar de la recóndita playa de Bačva.
Desde el pequeño aparcamiento donde dejamos el coche, apenas había 200 metros hasta la pequeña cala de cantos rodados y aguas transparentes. Un pequeño bar restaurante cuidaba de que a los visitantes no les faltara comida ni bebida fresca si la necesitaran.
De nuevo éramos los primeros en llegar a la playa así que elegimos el sitio para ubicarnos.
La cala se encuentra encajonada entre dos paredes montañosas que impiden que los rayos del sol lleguen hasta ella hasta bien entrada la mañana.
No tardamos en darnos un chapuzón en aquellas cristalinas aguas que poseen un innegable poder de atracción. Es difícil resistirse a sumergirse en esas calmadas y prístinas aguas...
Provistos de gafas y tubos, recorrimos pacientemente las paredes y fondos rocosos observando la rica fauna que puebla esas aguas.
 

 



Tras los baños de rigor tocaba la hora de tumbarse plácidamente para secarse un poco bajo los aún tibios rayos solares.
Pero como ya sabemos todos, no es aconsejable exponerse mucho al sol durante las horas centrales del día así que varios optamos por refugiarnos a la sombra de la terraza del bar donde degustamos de unas frescas cervezas mientras las increibles aguas del mar Adriático se mostraban ante nosotros de forma sublime.
 


Como ya sucedió ayer, según avanzaba el día la gente comenzó a llegar así que como queríamos conocer alguna otra playa, abandonamos el lugar para dirigirnos a la cercana Pupnatska Luka. Para llegar hasta allí, nos desplazaremos unos 10kms al oeste.
El acceso a esta playa es mucho más sencillo aunque las carreteras de la isla dejan mucho que desear cuando abandonas las principales vías.
Tuvimos fortuna a la hora de salir de la playa de Bačva y sólo nos cruzamos con dos coches. Afortunadamente los cruces tuvieron lugar en sitios que nos permitieron pasar sin demasiados problemas ya que en la mayor parte del trayecto, pasar dos coches era prácticamente imposible.
Cuando llegamos a Pupnatska Luka comprobamos que era mucho más visitada que las que habíamos visitado hasta ahora. Había un gran aparcamiento y varios bares y restaurantes.
Esta playa también era de cantos rodados y sus aguas tan espectaculares como todas las que habíamos visto hasta ahora.
Los más entusiastas del mar volvieron a darse otro chapuzón y aprovechar la ocasión para hacer snorkel mientras otros decidimos acercarnos a los chiringuitos para hidratarnos y ver la oferta gastronómica del lugar. Se acercaba la hora de comer y había que elegir el sitio así que tras una ardua labor de investigación y unas cuantas cervezas frente al mar, reservamos una mesa para comer.
Mate beach Bar es el sitio elegido para degustar unas ensaladas, unos pescados y un poco de carne a la brasa. La elección resultó un éxito y todos los platos que probamos eran tan básicos como exquisitos.
 

 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Una vez más llegaba la hora de abandonar el lugar para seguir ruta hacia el este. Si ayer estuvimos en el punto más occidental de la isla, hoy íbamos a visitar el punto más oriental de la misma.
Nos desplazaremos hasta la localidad de Lumbarda para dejar el coche en los alrededores y dar un paseo a pie hasta Raznjic Korcula, el punto más al este de la isla de Korcula.
Un agradableo paseo entre un bosque que discurría paralelo al mar, nos llevó hasta una zona rocosa que se adentraba en el mar.
Habíamos leído que mucha gente se acerca a esta zona para pescar, nadar y bucear debido a la gran transparencia de sus aguas y su rica fauna marina pero cuando llegamos allí, sólo había unos chicos pescando junto a un pequeño faro.
Parecía una zona muy expuesta tanto al sol como a los vientos lo que añadido a la inexistencia de bares y sitios para refugiarse, obligaba a los visitantes a llevar sombrillas además de comida y bebida. Quizás por ello, la gente se incline hacia otros lugares con más comodidades.
Tras un agradable paseo durante el que nos sorprendieron dos espectaculares faisanes que se cruzaron volando ante nosotros, volvimos poco a poco al coche para hacer la última visita de la jornada.
 
 
 
 
 
 








 
 
 
 
 
 
 
 
Antes de volver a casa, nos íbamos a acercar hasta Lumbarda para dar una vueltilla por el pueblo y tomar una cerveza.
Lumbarda es un pequeño pueblo de pescadores situado al este de la isla, rodeado de viñedos y olivares donde se produce un famoso vino blanco conocido con el nombre de Grk.
Playas como las de Bilin Zal, Tatinja y Vela Przina, la playa de arena más grande de la zona y de las más populares de la isla, atraen a muchos visitantes provocando un claro auge turístico. Son numerosos los locales de hostelería que se apiñan en sus calles y cada año aumentan las casas que se alquilan a los turistas que se acercan en busca de alojamiento.
Como tantos otros pueblos croatas, Lumbarda cuenta con una rica historia legada por los numerosos pueblos e imperios que pasaron por sus tierras.
En sus 2000 años de existencia, han pasado por allí ilirios, griegos, romanos, bizantinos, venecianos, etc, etc..
 



 

Allí consumimos nuestras últimas horas del día y compartimos una fiesta gastronómica donde numerosas parrillas asaban grandes cantidades de carne que repartían entre los que se acercaban hasta allí. No conseguimos descubrir si era una tradición local o tenía algo que ver con una boda que se celebraba en el pueblo pero lo cierto es que nos quedamos con las ganas de probar aquellos manjares. Teníamos en casa unas doradas esperándonos y teníamos que comerlas hoy...
Mientras el atardecer se adueñaba del lugar, volvimos a casa para preparar nuestra última cena en la isla.
 





Ya en casa, repartimos las tareas a realizar y mientras unos preparaban las brasas, otros se encargaron de los langostinos y otros de preparar la mesa que teníamos junto a la barbacoa.
Nuestro paso por la isla de Korcula llegaba a su fin y hoy tocaba celebrar nuestra última cena.
Las doradas quedaron perfectas y los langostinos muy sabrosos lo que añadido a unas botellas de vino blanco que nos había regalado el dueño de la casa, pusieron un perfecto broche final a la jornada y a nuestro paso por Korcula.
 

 
 
Mañana volveremos a la península con el objetivo de llegar hasta Dubrownik pero haciendo antes alguna paradita. 
A dormir...
 
 
 
 
Ruta de la jornada:
 
 



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