16 febrero 2011

Por el río Li. XINGPING (II)


Siguiendo los consejos dados por el dueño del hostel donde estamos alojados, dedicaremos nuestro segundo día en Xingping a hacer un trayecto  por el río Li en una balsa de bambú . Navegaremos durante unas dos horas hasta llegar a un punto cercano a Yangdi donde desembarcaremos para tratar de volver andando siguiendo el curso del río hasta el pueblo, de nuevo.
Durante la noche hemos tenido una visita sorpresa por parte de la policía; sobre las 12 de la noche, cuando estaba totalmente dormido, unos golpes en la puerta me despiertan repentinamente. Cuando abro, un agente de la policía me pide el pasaporte y comprueba mi identidad y mi foto ante mi cara de sorpresa y asombro; afortunadamente todo quedó ahí pero el susto hizo que me costara volver a conciliar el sueño.


A las 6 estábamos en pie y cuando bajamos a recepción ya nos esperaban puntuales, los conductores de nuestras balsas. Salimos tan temprano porque no tienen permiso para llevar turistas y tenemos que salir al amanecer para sortear la vigilancia a la que es sometida la zona cuando comienzan a llegar los cruceros de turistas.

El río Li (漓江) nace  en unas montañas de Xing'an y discurre en dirección sur, pasando por Guilin, Yangshuo y Pingle donde cambia su nombre por el de Gui para seguir su curso hacia el sur hasta desembocar en el río Xi. Hasta llegar aquí, su longitud alcanza los 437km.
La singularidad de este río radica en las numerosas colinas kársticas tapizadas con un verde manto que flanquean su curso y que inevitablemente recuerdan los paisajes de la famosa bahía de Halong en Vietnam.



Nuestro recorrido, tanto a través del río como a través de los senderos que se extienden paralelos a su cauce, nos regalaron abundantes escenas típicas y cotidianas protagonizadas por los búfalos de agua, pescadores, agricultores y demás pobladores de la zona.
Amaneció mientras navegábamos por las tranquilas aguas del río aunque una fina niebla se resistía a despegarse de las suaves colinas que nos rodeaban. Poco a poco iba fluyendo la vida y veíamos pescadores preparando sus redes y cormoranes, búfalos bañándose y mujeres haciendo la colada en el río como antiguamente hacían nuestras abuelas.



Tras casi dos horas navegando entre aquellas grandes moles de piedra caliza, nuestros conductores nos indicaron que habíamos llegado a nuestro destino. Bajamos y buscamos un sendero por donde desandar el camino anteriormente navegado pero no fue tarea fácil ya que sólo encontramos pequeños senderos que parecían morir en las fértiles huertas que abundaban en la zona. Por suerte, algún campesino que encontramos trabajando nos indicó el camino a seguir con el universal lenguaje de las señas. 

A lo largo del camino, encontramos algunos locales que hacían la vez de bares-restaurantes; suponemos que algún barco de los muchos que surcan el río repleto de turistas, haría allí una parada técnica para dar de comer a sus pasajeros. En cualquier caso ,a nosotros nos sirvieron para refrescarnos y recuperar fuerzas en medio de aquel ambiente cargado de calor y humedad que se hacía difícil de sobrellevar .
















 


El regreso se prolongó durante horas que no desaprovechamos para disfrutar sosegadamente del paisaje, de las gentes que nos topamos sorprendidas de encontrarnos por allí y de los cientos de mariposas que revoloteaban a nuestro alrededor.
A última hora, los paraguas que llevábamos en previsión de la lluvia, nos fueron de gran utilidad pero no para protegernos del agua sino de los rayos de sol que finalmente parecían decidirse a castigar con fuerza, lo que provocó que algunos del grupo llegaran bastante cansados al final.
Una ducha y la posterior comida en el cercano restaurante del hostel fue suficiente para reponernos por completo de la ajetreada mañana.
Tanto es así que mientras tomábamos café, nos ofrecieron reservarnos tickets para el famoso show “Impression” dirigido por el director de cine Zhang Yimuo que dirigió la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de 2008 en Beijing.
Nos cobraron 180 yuanes por cada entrada en primera fila y 150 por una furgoneta que nos llevará hasta Yangshuo, nos esperará y nos traerá de vuelta al pueblo.
El espectáculo que se desarrolla sobre el agua y con las formaciones kársticas como telón de fondo, es verdaderamente digno de ver aunque la fortuna no estuvo de nuestra parte y cuando apenas llevábamos 15-20 minutos de espectáculo, una indescriptible tromba de agua cayó sobre nosotros, desluciendo en gran medida la actuación.
Totalmente empapados, emprendimos el camino de regreso a Xinping mientras no parábamos de reírnos al vernos las caras y la monumental caladura que habíamos pillado resignadamente durante más de una hora de incesante chaparrón. Son cosas que pasan.........



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