Las grandes urbes visitadas en nuestro periplo por China hasta este momento, seguramente influyeron de forma decisiva en la elección de nuestro próximo destino ya que nuestros cuerpos comenzaban a demandar un poco de paz, tranquilidad y sosiego.
Teníamos decidida la zona aunque dudábamos entre una localidad pequeña o una ……más pequeña aún.
Nuestro avión nos llevó a Guilin donde debíamos encontrarnos con otra compañera de viaje que llevaba unas semanas recorriendo el país y que a partir de ahora se convertiría en el sexto integrante del grupo. Ella se encargó de reservar un hotel para todos ya que llegábamos con la noche bien entrada. Para mantenernos en contacto, las tarjetas chinas que compramos para nuestros móviles, resultaron de gran utilidad.
Tras hora y media de vuelo desde Chengdu, aterrizamos en Guilin donde dos taxis nos acercaron hasta el hotel Meidou Fandian, próximo a la estación de autobuses. Los taxis nos cobraron unos 90 yuanes y pagamos 130 por cada habitación doble, en lo que resultó ser un hotel bastante aceptable.
A las 8 del siguiente día nos dirigimos hacia la estación de autobuses que se encontraban a 10 minutos andando desde nuestro hotel. Una vez allí, repartimos las tareas y mientras unos cuidaban las mochilas, otros cambiaban algo de dinero y otros intentamos gestionar los billetes de algún tren a Zhangjiajie desde Sanjiang, último trayecto de nuestro viaje. Desgraciadamente esto último nos resultó imposible de solucionar desde Guilin.
A las 8 del siguiente día nos dirigimos hacia la estación de autobuses que se encontraban a 10 minutos andando desde nuestro hotel. Una vez allí, repartimos las tareas y mientras unos cuidaban las mochilas, otros cambiaban algo de dinero y otros intentamos gestionar los billetes de algún tren a Zhangjiajie desde Sanjiang, último trayecto de nuestro viaje. Desgraciadamente esto último nos resultó imposible de solucionar desde Guilin.
Nuestro próximo destino es Yangshuo población a la que tardamos hora y media en llegar tras pagar los 15 yuanes que cuesta el autobús. El paisaje ya comienza a ser espectacular con las impresionantes formaciones kársticas que comienzan a mostrarse a nuestro alrededor. Vamos buscando un pueblo pequeño y en el autobús continuamos dudando entre quedarnos en Yangshuo o continuar hacia Xingping.
Las dudas se disipan en cuanto llegamos a Yangshuo; el pueblo nos parece demasiado grande a pesar de que teniendo en cuenta las dimensiones chinas, aquello era un pueblillo. Así que nada más descargar las mochilas del autobús, las cargamos en otro que nos llevará a Xingping.
40 minutos y 7 yuanes nos separaban de nuestro destino final que a pesar de ser pequeño, tampoco lo era tanto y es que en China, cualquier minúsculo pueblo tiene miles de habitantes.
Las dudas se disipan en cuanto llegamos a Yangshuo; el pueblo nos parece demasiado grande a pesar de que teniendo en cuenta las dimensiones chinas, aquello era un pueblillo. Así que nada más descargar las mochilas del autobús, las cargamos en otro que nos llevará a Xingping.
40 minutos y 7 yuanes nos separaban de nuestro destino final que a pesar de ser pequeño, tampoco lo era tanto y es que en China, cualquier minúsculo pueblo tiene miles de habitantes.
Xingping es una pequeña villa de pescadores sitúada en la orilla oriental del río Li, fundada en 1506 durante la dinastía Ming. Los bellos paisajes de esta localidad han sido reproducidos en multitud de ocasiones por los pintores de toda China; incluso los billetes de 20 yuanes, tienen representado en una de sus caras, una preciosa estampa de la zona. Con toda seguridad habremos visto más de una vez las imágenes de este entrañable lugar, representando los típicos paisajes chinos.
No tenemos alojamiento reservado por lo que repetimos el habitual protocolo en estos casos: entramos a un local y mientras unos se refrescan tomando algo y cuidan el equipaje, otros buscan tranquilamente un sitio para dormir.
Esta vez elegimos el This old Place Youth Hostel, regentado por un belga que lleva el local con entusiasmo. Las habitaciones están bien, con baño y aire acondicionado aunque lamentablemente no tienen vistas al espectacular paisaje; pagamos 180 yuanes por la doble.
Esta vez elegimos el This old Place Youth Hostel, regentado por un belga que lleva el local con entusiasmo. Las habitaciones están bien, con baño y aire acondicionado aunque lamentablemente no tienen vistas al espectacular paisaje; pagamos 180 yuanes por la doble.
El local es acogedor y decidimos pedir unas pizzas que hacen allí mismo en un horno de leña. Mientras nuestra comida se va haciendo, el belga se sienta con nosotros y nos explica un montón de rutas para hacer andando o en bicicleta. Desde luego, no nos aburriremos durante estos días.
Tras comer, tomamos un café en un local cercano mientras vemos pasar a los turistas a través de una calle repleta de puestecillos donde se vende todo tipo de recuerdos. Parece ser que muchos de los cruceros que navegan por el río Li, hacen una parada en esta villa de pescadores para que los turistas recorran sus calles por lo que ahora mismo, éstas se encuentran bastante concurridas.
Damos un paseo hasta el cercano puerto donde se apiñan las embarcaciones que sirven durante el día para visitar la zona.
A nuestra izquierda se encuentra uno de los muchos picos que adornan este paisaje pero éste tiene la particularidad de que se puede acceder a su cima a través de un camino repleto, cómo no, de cientos de escalones. Aunque aún hace calor, decidimos subir hasta arriba porque suponemos que las vistas tienen que ser espectaculares.
Mil y pico escalones más tarde, algunos en forma de escalera pegada a la pared rocosa, y totalmente empapados en sudor llegamos arriba. Las vistas……sublimes!!
A nuestra izquierda se encuentra uno de los muchos picos que adornan este paisaje pero éste tiene la particularidad de que se puede acceder a su cima a través de un camino repleto, cómo no, de cientos de escalones. Aunque aún hace calor, decidimos subir hasta arriba porque suponemos que las vistas tienen que ser espectaculares.
Mil y pico escalones más tarde, algunos en forma de escalera pegada a la pared rocosa, y totalmente empapados en sudor llegamos arriba. Las vistas……sublimes!!
Permanecemos un buen rato deleitándonos con el paisaje y sacando decenas de fotografías antes de iniciar la vuelta al pueblo que en esta ocasión nos recibe con una paz que no habíamos conocido hasta el momento en ninguna ciudad visitada. Los puestos están cerrados, no hay turistas en la calle y solamente los locales, pasean plácidamente por sus calles; todo un lujo.
Es el momento perfecto para tomarnos unas cervezas y degustar una gran variedad de platos típicos que nos ayudan a recuperar las fuerzas perdidas esta tarde durante el corto pero duro ascenso a la colina.
Y lo mejor es que por primera vez, en la calle se escucha un silencio apenas roto por alguna bicicleta y algún paisano paseando.
Tras pagar la astronómica cantidad de 200 yuan por ocho platos deliciosos y un montón de cervezas, nos dirigimos pausadamente a nuestro hostel, saboreando al máximo la paz que se respira en el ambiente.
Para mañana hemos negociado dos balsas de bambú por 100 yuan cada una para recorrer el río. A las 6,30 tenemos que estar abajo así que va siendo hora de irse a dormir.
- Capítulo anterior: Los osos panda gigantes. CHENGDU
- Capítulo siguiente: Por el río Li. XINGPING
2 comentarios:
Buenas Aitor!
Menuda experiencia en estos rinconcillos chinos...
Por cierto, es una lástima que la gente no pueda seguir tus post actualizados. Con el pedazo de blog que tienes... No te has planteado añadir el gaget de "seghuidores" del blog?
Abrazos.
Gracias por los elogios Antonio.
La verdad es que comentarios como el tuyo y la gente que me escribe pidiendo consejo y opiniones,anima a seguir dedicando un poco de tiempo a este "hobby".
Respecto al gadget de "seguidores",no sé si será problema mío o de blogger pero ni me funciona a mí ni lo puedo ver en ningún blog.Sólo veo un cuadro que pone "servidor no encontrado".
Por cierto,este rincón de China es.....espectacular!!!
Un abrazo.
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