04 agosto 2015

Volcán Sibayak. Sumatra.


A las 4 suena el despertador. 
Curiosamente, todos hemos dormido bastante peor que ayer pero no tenemos tiempo para lamentaciones. 
Mery se ha levantado también para prepararnos el potente café en el que confíamos ciegamente para mantenernos despiertos toda la jornada. 
Abdy nos espera en la calle, listo para iniciar nuestra aproximación al volcán Sibayak a bordo de su coche. 
Es noche cerrada cuando salimos de casa con la intención de acercarnos todo lo posible al volcán, a través de una carretera que va empeorando por momentos. 
Cuando Abdy estima que el estado de la carretera ya no aconseja seguir adelante en coche, inicia las maniobras de aparcamiento tratando de no entorpecer el paso de otros vehículos pero la oscuridad de la noche provoca que calcule mal las distancias y estemos a punto de caer ladera abajo. 

Afortunadamente, un pequeño mojón de piedra que arrancamos de cuajo, evitó nuestra caída pero no pudo evitar que una rueda quedara en el aire y el coche se quedara sin la tracción trasera necesaria para poder salir de la delicada situación. 
Nos costó un buen rato hasta que entre todos, a base de empujones, conseguimos incorporarlo de nuevo a la pista. 
Empezamos bien, todavía no hemos iniciado la ascensión y ya hemos tenido el primer incidente...
Una vez bien aparcado el vehículo, procedemos a colocarnos nuestras linternas frontales y comenzar una exigente subida a través de una pista empedrada que acaba un poco más arriba y donde nos encontramos un montón de motos, tiendas de campaña y algún vehículo todoterreno. Es el final de la "carretera".
A partir de aquí comienza un sendero de montaña con tramos muy embarrados que provocan numerosos patinazos y caídas. 


No vemos apenas nada pero los repechos se dejan notar y la gente comienza a quedarse atrás. 
Con las primeras luces del alba comienzan a adivinarse las siluetas de los picos y montes que nos flanquean así que ya no pararé hasta llegar a la cima del volcán, acompañado de Abdy

Cerca ya del cráter, me quedo sorprendido del gran número de tiendas de campaña y personas que han pasado allí arriba la noche a pesar de que las fumarolas de azufre hacen difícil la respiración. 
Dudo de que sea muy aconsejable pasar tantas horas en aquella atmósfera tan saturada de gases sulfúricos y no me resisto a preguntar a Abdy si siempre hay tanta gente allí pasando la noche. Me responde que habitualmente no hay nadie pero justo ese día era domingo y el día anterior fue también fiesta, razón por la que muchos jóvenes provenientes de distintos puntos de la isla, se habían acercado hasta allí para pasar el fin de semana.
Siempre guiado por mi inseparable compañero, subimos a una de las paredes
más altas del cráter con una buena orientación para poder ver la salida del sol y abajo, a la derecha, la localidad de Berastagi  pero parece que hoy la niebla impedirá que disfrutemos de un buen amanecer. 

Nubes al amanecer desde Sibayak
Vistas al volcán Sinabung desde Sibayak

Cientos de personas permanecíamos inmóviles con la esperanza de que la niebla desapareciera y aunque por unos instantes pareció que la cosa prometía, todo quedó en una falsa promesa. 
En unos pocos minutos la niebla fue desapareciendo y ante nosotros, súbitamente surgieron las siluetas de montañas y volcanes que amenazadoramente nos rodeaban  pero unas nubes residuales agarradas a las lejanas montañas de la parte oriental, nos impidieron disfrutar de un amanecer que a buen seguro, en otras ocasiones debía ofrecer un fabuloso espectáculo .
Cuando la gente fue consciente de que el amanecer no iba a ser como esperaban, se decidieron por tomar otras fotos no tan espectaculares pero por lo visto, igual de atractivas para ellos. 

Y el objetivo de sus cámaras y móviles no eran otros que los cinco "guiris" chiflados que se encontraban a las 6 de la mañana en lo alto de un volcán en Sumatra, vestidos con camisetas rojiblancas intentando inútilmente conectarse a internet para saber si el Athletic había ganado al Barça en la final de copa que acababa de finalizar hacía escasos minutos.

Otra vez tuvimos que pasar por el trance de posar para cientos de chavales que se apresuraban en sumarse al grupo para salir en la foto. Y claro está, todos querían una con su móvil o cámara... 

Sólo en China había experimentado algo parecido pero durante este viaje, todo ha sido mucho más escandaloso quizás por el hecho de que ya todo el mundo puede hacer fotos con su móvil. Es cierto que la gente era muy respetuosa y sus gestos de gratitud pagaban con creces el pequeño esfuerzo que suponían nuestros posados pero definitivamente considero que ya he pagado sobradamente todas las fotos tomadas a la gente a lo largo de mis viajes. 
Mi deuda está saldada ;-))

Antes de emprender la bajada dimos una vuelta por el cráter para acercarnos a las impresionantes fumarolas y gozar del exuberante entorno que ahora sí, podíamos admirar a plena luz del día.


Fumarolas en Sibayak
Jungla de Sibayak y Sinabung al fondo
Cráter del Sibayak


El camino de vuelta fue más corto y entretenido ya que ahora podíamos ver dónde pisábamos pero aún así, el abundante barro se hizo aún más protagonista provocando numerosos patinazos y caídas. Así todo, nos seguían pidiendo fotografías....




Una vez en el coche, Abdy nos acercó hasta unas piscinas de aguas termales provenientes del volcán a las que llegamos a través de una estrecha y empinada carretera que atravesaba la jungla, regalándonos preciosos paisajes.
Al llegar a nuestro destino, cercano al hotel Parama Inn, nos encontramos con unas
básicas instalaciones que disponían de varias piscinas a distintas temperaturas pero todas ellas muy calientes. Para ser sincero, sólo fui capaz de meterme en la menos caliente de todas y unos pocos minutos fueron suficientes para relajar mis fatigados músculos tras la ascensión del volcán Sibayak.


Se nos agotaba el tiempo en Berastagi y a pesar de que eran alrededor de las 10 de la mañana, teníamos la sensación de llevar todo el día "danzando". 
Volvimos al coche para ir de vuelta a casa, comer algo, preparar las mochilas y dirigirnos a nuestro próximo destino: la isla Samosir en el lago Toba.



Habíamos quedado ya para que Abdy nos llevara hasta allí en su coche ya que al ser 5 personas, no nos salía demasiado caro y nos evitábamos depender de los horarios de los autobuses públicos.
No teníamos alojamiento reservado en Samosir aunque llevábamos algunos anotados desde casa, así que cuando Mery nos preguntó ayer si teníamos hotel en Samosir y le dijimos que no, pero le hablamos de Tabo Cottage como nuestra primera opción, nos aseguró que era una buena decisión y que conocía a su dueña. 

Inmediatamente se ofreció a que usáramos su teléfono para intentar reservarlo o si preferíamos, podía hablar ella misma con la dueña. 
Tanto Abdy como Mery se habían ganado nuestra confianza así que dejamos el tema en sus manos y cuando volvimos de la excursión, nos dijo que había reservado las dos últimas habitaciones disponibles en Tabo Cottage, a la espera de que nosotros diéramos el visto bueno.
El hotel es uno de los mejores de la isla, con grandes habitaciones y una bonita piscina a orillas del lago que esperamos nos sirva para recuperarnos definitivamente del viaje y del madrugón que nos hemos pegado hoy. 

Mery nos ha conseguido un precio por debajo de lo anunciado en su web y finalmente pagaremos 1.150.000 rupias por el alojamiento para  los cinco, unos 80€ por noche con desayuno incluído en una gran "cabaña" de dos pisos.

Ya sólo nos quedaba pagar los servicios prestados por nuestros magníficos anfitriones. 

Sabemos que Sumatra es un país muy barato y que si hubiéramos hecho las excursiones por nuestra cuenta en transporte público, nos hubiéramos ahorrado bastantes rupias pero después de haber compartido nuestro paso por Berastagi con Mery y Abdy, nos alegramos enormemente de haberlo hecho con ellos y sin duda alguna, repitiríamos la experiencia.

Sus tarifas fueron las siguientes:


- traslado aeropuerto Medan- Berastagi en coche privado para 5 personas (2,30 horas), 650.000 rupias
- 2 noches de alojamiento para 5 personas 1.000.000 rupias
- excursion en coche privado para 5 personas con guía al volcán Sinabung, ciudad de Berastagi y templo budista, 600.000 rupias
- excursión en coche privado con guía para 5 personas al volcán Sibayak para ver amanecer y visita a las aguas termales, entradas incluidas, 700.000 rupias
- traslado Berastagi- Parapat en coche privado para 5 personas con parada en cascadas (3,30 horas), 1.050.000 rupias.
 
Un total de 4.000.000 de rupias o unos 280€ a pagar entre 5 personas por dos maravillosos días en Berastagi y todos los traslados incluidos.


Ha llegado la hora de despedirse de Mery, sus hijas y sus padres

Tras una foto con toda la familia, montamos en el coche con el inevitable sabor agridulce que provoca la felicidad por los fabulosos momentos vividos y la tristeza por despedirnos de unas excelentes personas que a pesar de conocerlas hace muy poquito, nos han conquistado por completo. No podíamos haber comenzado mejor nuestro viaje por Indonesia.
De camino a Parapat, donde tomaremos el ferry que nos llevará hasta Samosir (15.000 IDR, 1€), aún haremos una breve parada en las cascadas Sipiso-piso desde donde también se puede disfrutar de unas buenas vistas al lago Toba.


Llegaremos a Parapat sobre las 4 de la tarde después de tres horas y media de viaje.  
Abdy nos deja en la entrada del ferry que nos llevará hasta la isla en un trayecto marítimo de apenas una hora, antes de despedirse y desearnos lo mejor de aquí en adelante. 
Ha sido un auténtico placer, haberlos conocido.
Teníamos más de media hora hasta las 16,30 que salía el próximo ferry, el tiempo exacto para tomarnos una cerveza fría en una terraza cercana, mientras recordábamos los buenos momentos vividos en Berastagi pero ya deseosos de descubrir los rincones que escondía nuestro próximo objetivo: Samosir.


2 comentarios:

Tawaki dijo...

Toda una aventura, aunque esas caminatas tan exigentes queden fuera de mi alcance. De todas formas, confío en viajar allí algún día. Espectaculares paisajes, por cierto, lástima que el amanecer no saliese según lo previsto.

aitor dijo...

No creas que son caminatas complicadas. Solamente son duras para aquellos que no están acostumbrados al monte pero te aseguro que , sin conocerte, estás sobradamente capacitado para hacerlas.
Lo del amanecer sí que fue una faena pero entraba dentro de las posibilidades; hay que tomárselo como viene...
Saludos.