La Senda del Oso se extiende a lo largo de los concejos de Proaza, Quirós, Santo Adriano y Teverga, todos ellos con una larga tradicción minera y que en la actualidad componen la denominada comarca de los Valles del Oso.
Como suele ocurrir en toda explotación minera, la extracción del mineral exigía un transporte rápido y eficaz del mismo. Numerosos trazados férreos fueron construídos en esta zona buscando una salida que les permitiera un rápido desplazamiento hasta los nucleos industriales donde se procesaban los distintos minerales.
En 1874, se construyó la primera línea férrea que unía los ricos yacimientos de hierro y carbón del valle de Quirós con Trubia.
Pero esta potente industria no pudo escapar a la crisis que sufrieron las explotaciones mineras a lo largo de todo el estado y sus trazados ferroviarios fueron cerrados en 1964.
Afortunadamente, estas rutas de escaso desnivel, fueron reconvertidas en preciosos recorridos, ideales para ser realizados bien a pie o en bicicleta. Cualquier amante de la bicicleta, el senderismo o la naturaleza está obligado a conocer estos parajes preparados para su disfrute desde mediados de los 90.
La Vía Verde de la Senda del Oso nos permitirá circular a través de variados bosques, con la gratificante compañía de los ríos que discurren en paralelo durante gran parte de la ruta. Las flores y los melodiosos cantos de los pájaros pondrán la nota estética y musical a un paisaje ya de por sí maravilloso.
Dependiendo del tiempo del que dispongamos y de las condiciones físicas en las que nos encontremos, podemos afrontar la senda de diferentes maneras. En primer lugar deberemos decidir si queremos hacerla a pie o en bicicleta. No disponer de bicicleta no supone mayor obstáculo ya que hay numerosos puntos a lo largo del recorrido donde se pueden alquilar todo tipo de bicis: para adultos, para niños, con carros para transportar niños, tandems para llevar niños, tandems para dos adultos, no hay problema, en la Senda del Oso se puede conseguir cualquier cosa.
Una vez decidido el medio de transporte, tendremos que tener claro que la ruta discurre principalmente en paralelo al curso del río lo que inevitablemente implica que en un sentido, el desnivel nos resultará favorable mientras que en el contrario, la pendiente nos será desfavorable.
El punto más bajo de la ruta se ubica en la localidad de Tuñón y comenzar la senda desde allí significa hacer el recorrido cuesta arriba; el desnivel es suave pero siempre cuesta arriba.
Si se pretende hacer un recorrido con niños en bicicleta o tu estado físico no es el más idóneo, lo más recomendable es comenzar en Entrago e ir descendiendo hasta Tuñón a lo largo de los 21 kms que los separa. Por supuesto si 21 kms te parecen excesivos, podrás comenzar en otros puntos intermedios para ajustar la ruta a tu estado físico.
En nuestro caso comenzamos la ruta en Tuñón donde habíamos reservado dos bicicletas y un tandem para dos adultos.
La senda comienza con un agradable recorrido que presenta un desnivel muy suave. Tras algo más de 3 kms, se atraviesa el pueblo de Villanueva y dos kms más adelante se llega a uno de los puntos emblemáticos del sendero.
Se trata de un área de unas 4 hectáreas perfectamente valladas que albergan en semilibertad a las dos protagonistas más famosas de la ruta: las osas Tola y Paca. Nos encontramos en el kilómetro 5,5 de la senda y es aconsejable llegar a este punto sobre las 12 del mediodía ya que es entonces cuando les dan de comer y es más fácil admirarlas.
Una vez que dejamos atrás la localidad de Proaza, el próximo punto de interés llegará tras atravesar el estrecho desfiladero de Peñas Juntas. Túneles semiiluminados por los que antiguamente discurría el trazado ferroviario y puentes que nos permiten cruzar de una orilla del río a otra, añadirán un encanto adicional a la ruta.
A la altura del kilómetro 11 de la ruta, el sendero se divide en dos ramales; el de la izquierda se adentra en el valle de Quirós para llevarnos hasta Santa Marina (unos 14 kilómetros) a través del embalse de Valdemurio que visitamos ayer, mientras que el de la derecha atraviesa el valle de Teverga y nos lleva hasta la localidad de Entrago. Según nos comentaron, el tramo de Santa Marina está peor conservado y el desnivel es un poco más acusado.
En este punto el grupo se dividió y mientras unos seguimos en dirección a Entrago, otros se quedaron en el cercano pueblo de Caranga donde nos esperarían para comer todos juntos.
A partir de aquí el desnivel aumentó de porcentaje y aunque no tiene ninguna rampa realmente dura, los que no estamos preparados físicamente comenzamos a acusar los kilómetros de subida acumulados. A pesar de todo, conseguimos llegar a Entrago salvando un desnivel de poco más de 300 metros a lo largo de 4 horas de recorrido y 21 kilómetros de ascenso que ya se dejaban notar en nuestras piernas.
Tras un breve descanso durante el que aprovechamos para hidratarnos y comer algo, comenzamos el camino de vuelta. En apenas media hora llegamos a la bifurcación de la ruta donde nos aguardaban para comer.
En Caranga de Abajo y más concretamente en La Casa'l Cura nos esperaban para reponer energías a base de una ensalada, unas croquetas y unos cachopos que nos devolvieron a la vida.
La Casa'l Cura |
Unas negras nubes comenzaron a cubrir un cielo que hasta entonces se había mostrado azul intenso así que nos dispusimos a recorrer los aproximadamenye 11 kilómetros que aún nos restaban para volver a nuestro punto de origen en Tuñón donde debíamos devolver las bicis.
No conseguimos escapar a un pequeño chaparrón que nos obligó a sacar la ropa de agua durante unos minutos pero que no logró empañar las buenas sensaciones que nos transmitió esta bella vía verde asturiana.
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