28 marzo 2022

Península de Istria (I). Croacia.

 

Mi primer despertar en Croacia tuvo lugar entre un desagradable dolor de cabeza y un costoso descenso a tierra desde lo más alto de mi litera. Cómo pude subir ayer por la noche hasta mi cama, es algo que aún no alcanzo a entender del todo...
Pero en fin, tras las preciosas vistas que nos regalaba nuestra terraza, una reparadora ducha y un desayuno espectacular a base de frutas de la zona, embutidos, crepes, zumos, mantequilla, mermelada y variadas infusiones, me encontraba totalmente repuesto y preparado para la apretada jornada que nos esperaba.
Ibamos a dormir un día más aquí por lo que no perderíamos tiempo haciendo maletas y cargándolas al coche así que tras el copioso desayuno, montamos en la furgoneta dispuestos a recorrer lo que nos diera tiempo de la península donde nos encontrábamos. Las mascotas del establecimiento, dos cerdos especializados en buscar trufas, se apresuraron a presentarse ante nosotros para saludarnos antes de abandonar el lugar.
 
Vistas desde la terraza



 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
Cuando arrancamos la furgoneta y nos disponíamos a salir, un empleado del alojamiento salió corriendo dando gritos y haciendo gestos para que paráramos el vehículo. Cuando llegó hasta nosotros, ante nuestro asombro, nos comenzó a gritar que no habíamos pagado el alojamiento ni la cena de ayer. Incrédulos por lo que estaba pasando le dijimos que mañana pagaríamos todo lo adeudado. Dubitativo, nos preguntó si nos quedábamos otra noche a lo que respondimos que teníamos reservadas dos noches desde hacer mucho tiempo. Visiblemente confundido, hizo gestos de conformidad y continuamos nuestro camino. Las sensaciones que habíamos tenido desde nuestra llegada habían sido inmejorables pero este detalle no nos gustó demasiado. Pero en fin, haremos borrón y cuenta nueva.
Nuestro periplo por Croacia comenzará dedicando nuestros dos primeros días a la afamada Península de Istria.

PENINSULA DE ISTRIA
Conocida como Istria en italiano e Istra en croata, hablamos de la mayor península adriática. Geográficamente se divide entre Eslovenia, Croacia ( quien cuenta con la mayor parte del territorio) e Italia (con una parte muy pequeña).
Su nombre procede de la tribu istria, perteneciente al pueblo ilirio, que pobló el lugar en el pasado.
Posteriormente, muchos pueblos pasaron por Istria como los celtas, romanos, godos, lombardos, yugoslavos, etc, etc...
En la actualidad conviven en la península numerosas nacionalidades aunque la existencia de una fuerte identidad regional provoca que muchos de sus habitantes se sientan únicamente istrianos.
Nuestra visita se centrará en conocer las ciudades croatas más representativas de Istria como por ejemplo, Porec, Rovinj, Umag, Pula, etc.



Como nos encontrábamos al norte de la península, decidimos empezar nuestro recorrido en la población costera ubicada más al norte, llamada Savudrija. Desde allí queremos ir bajando paralelamente a la costa, hasta Rovinj.
Así pues, nos dirigimos al primer punto de la jornada del que nos separan 20kms.
 
SAVUDRIJA
Savudrija fue una pequeña aldea de pescadores hasta convertirse en la actualidad, en un relajado lugar de vacaciones. Su faro de 29 metros de altura, presume de ser el más antiguo de Croacia a la vez que el más septentrional. 
Esta zona habitada desde el Neolítico, también cuenta con una fortaleza romana.
Nosotros sólo queríamos hacer una breve parada por lo que decidimos acercarnos hasta su pequeño puerto. Apenas unas casas y un par de restaurantes al borde del mar, constituían el total de edificaciones en la zona. Respiramos un poco de aire marino mientras dimos un breve paseo por el pequeño puerto que daba cobijo a un puñado de embarcaciones.
La zona no daba para mucho más así que volvimos al coche para iniciar nuestra ruta hacia el sur.


 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
Fuimos bajando por la costa unos 7 kms hasta llegar a la segunda localidad marcada: Umag. 
 
UMAG

Su casco antiguo, repleto de edificios góticos y renacentistas, fuel el destino elegido para centrar nuestra visita. Aparcamos en las afueras lo que nos permitió dar un agradable paseo a orillas del mar hasta llegar a una animada localidad costera donde se respiraba un animado ambiente.
Varios restaurantes, literalmente a orillas del mar, brindaban la oportunidad de comer o tomarte algo mientras escuchabas el suave sonido del mar rompiendo contra la orilla.
El turismo ha adquirido gran importancia en el desarrollo económico de la zona aunque tampoco se debe olvidar el auge de sus vinos y aceites de oliva, algo fácil de comprender viendo las grandes extensiones de viñas y olivos con las que cuenta.
Croatas, italianos, serbios, eslovenos, bosnios y albaneses, conviven en armonía en esta coqueta ciudad a orillas del Adriático.

 





Tras un relajado paseo por Umag, emprendimos el regreso al coche para proseguir con nuestra ruta.
Nuestro siguiente destino será la ciudad de Porec, a unos 45 kms de Umag
La peculiar geografía de la zona, nos regala preciosas vistas mientras continuamos bajando paralelos a la costa adriática.
Eran sobre la una del mediodía cuando llegamos al principal centro turístico de Istria.
 
 
POREC
Repleta de las huellas que dejaron todas las civilizaciones que pasaron por aquí a lo largo de su historia, (romanos, bizantinos, lombardos, francos, venecianos, austriacos, el imperio napoleónico…), en Porec podremos disfrutar de numerosos puntos a visitar.
Sus 37 kms de playas y el privilegiado clima que le otorgan las brisas marinas que refrescan el ambiente durante el verano, son los culpables de que el turismo se erija como principal fuente de ingresos. Durante el verano su población puede llegar a los 120.000 habitantes.
Con una antigüedad de casi 2000 años, se encuentra ubicada en una bahía protegida del mar por la pequeña isla de San Nicolás (Sveti Nikola).
Casas de la época romana, palacios góticos venecianos y numerosas iglesias, salpican las empedradas calles de la ciudad.
Su joya histórica es la Basílica Eufrásica, reconocida como Patrimonio de la Humanidad protegido, por la UNESCO en 1997. Reconstruida en el siglo VI bajo el Imperio Bizantino y bajo el mandato del obispo Eufrasio, constituye en la actualidad la joya más preciada de la ciudad.
Otros puntos destacables de la ciudad son:
  • Entre las casas de la época romana, destacan la Casa Románica, la Casa de los Dos Santos o la Casa Parroquia.
  • Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, del año 1770, de estilo barroco.
  • El Palača Sinčić es el palacio mejor conservado y también el más importante de la ciudad. Se construyó a principios del siglo XVIII en estilo barroco.
  • El Palacio Zuccato, edificio de tres plantas, se erigió en estilo gótico aunque ha ido sufriendo alguna reforma con el paso del tiempo.
  • El templo de Neptuno, erigido en el siglo I en honor al dios del mar, es considerado como el más grande de Istria.

Llegamos a Porec con el tiempo justo para dar un agradable paseo por sus callejuelas antes de pararnos a comer algo en una terraza con preciosas vistas al mar.
Aprovecharemos para cambiar la dieta y saborear los ricos productos que nos ofrece el mar Adriático, fiel compañero durante los próximos días. 
El restaurante elegido sería el Rialto que contaba con una terraza al aire libre en su planta superior.
Unas cervezas para quitar la sed, dieron paso a unos calamares a la plancha y unas bandejas de pescado con marisco de la zona a los que acompañamos con un vino blanco del país.
La comida no estuvo mal aunque hubiéramos agradecido que las raciones hubieran sido más generosas...
Tras satisfacer nuestras necesidades gastronómicas, dimos un nuevo paseo recorriendo los rincones de Porec antes de abandonar el lugar para dirigirnos a nuestro último destino de la jornada: Rovinj.
 



 
 


 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Dejamos atrás Porec y sus impresionantes tiendas de golosinas que nos sorprendieron por su gran variedad en formas y colores para continuar bajando hacia el sur, con la intención de llegar a Rovinj antes de que el sol se escondiera definitivamente.
 

Nos quedaban por delante alrededor de 35 kms, que nuevamente nos regalarían excelentes vistas al mar Adriático, antes de llegar a nuestro destino. Playas, aguas turquesas y estrechas lenguas de mar que se adentraban a modo de pequeños fiordos, nos acompañaron durante todo el recorrido.
Una vez llegamos a Rovinj, dejamos la furgoneta a las afueras del corazón de la ciudad. 
Un pequeño paseo nos llevó hasta la Plaza Maršala Tita, un punto de referencia en el puerto de Rovinj, donde numerosos visitantes se acercan para relajarse, saborear un café en una terraza o simplemente observar el devenir de la gente.
Su ubicación cercana al puerto, otorga al lugar un ambiente relajado donde se apiñan bares, restaurantes y comercios de todo tipo.


ROVINJ
Las primeras referencias a la ciudad se remontan al siglo VIII, cuando se le conocía con el nombre de Ruvignium, Ruvigno o Ruignio. De cualquier manera, seguramente ya existiera durante el Imperio Romano e incluso antes, cuando las tribus ilirias ocupaban estos territorios.
En aquellos tiempos Rovinj se encontraba ubicado en una isla, hasta que en el año 1763 se unió al continente, al rellenarse el canal que lo separaba de la península.
Como es la tónica habitual en esta zona, Rovinj fue conquistada por gran número de pueblos, reinos e imperios a lo largo de su historia
Oficialmente bilingüe, se conoce como Rovigno en su acepción italiana y Ruvèigno o Ruveîgno en istriano. Reticentes a abandonar su rica y antigua lengua romance conocida como istriano o rovignese, no es extraño escuchar a la gente local comunicarse en su lengua, en esta turística ciudad croata, .
Con una población que ronda los 15000 habitantes, esta pintoresca localidad de calles empedradas y estrechas callejuelas, nos invita a perdernos sin rumbo para descubrir sus bellos y recónditos rincones.
Su bullicioso puerto pesquero y las 13 islas que conforman el archipiélago de Rovinj, añaden un atractivo extra a este bonito enclave donde la silueta de la Catedral de Santa Eufemia destaca con sus casi 60 metros de altura, en lo más alto de la colina donde se concentra su casco antiguo.

 

 


Durante muchas horas nos perdimos por sus callejones empedrados, sentándonos en ocasiones en alguna terraza escondida en rincones entrañables, disfrutando a tope del relajado ambiente que se respiraba en la zona antigua donde nos encontrábamos.
Sin duda, fue la localidad que más nos gustó y nos hubiéramos quedado más tiempo pero el día seguía avanzando y llegaba la hora de regresar a casa.
Un último paseo por el puerto nos permitió unas vistas inmejorables al pueblo de Rovinj que pusieron el punto final perfecto a la jornada.
Era hora de volver a la furgoneta para volver a nuestro alojamiento con las últimas luces del día.












 
 

 
 
 
 
 
 


 
Nos quedaban cerca de 70 kms hasta el agroturismo S. Mauro que, según el GPS, nos llevarían alrededor de una hora recorrerlos. 
Llevábamos casi 12 horas danzando por la costa istriana y ya nos apetecía llegar a "casa" para darnos una ducha, relajarnos y tomar unas cervezas en el bar.
Cuando llegamos al alojamiento, ya de noche, mientras unos tomábamos unas cervezas el resto aprovecharon para ducharse hasta que una vez todos preparados, nos juntamos en una de las habitaciones para cenar todos juntos. 
Abrimos unas botellas de vino para acompañar a los embutidos que nos sirvieron de cena mientras preparábamos la ruta de la siguiente jornada.
Estábamos cansados y había llegado la hora de que cada uno preparara su equipaje para mañana salir sin perder demasiado tiempo hacia el sur de la península, visitar Pula y acercarnos hasta el Parque de Plitvice donde teníamos reservado nuestro próximo alojamiento.

 

 

Ruta de la jornada

Capítulo siguiente: Península de Istria II. Pula

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