11 febrero 2025

En busca del Leopardo de las Nieves ( IV ).


 C
omo suele suceder más habitualmente de lo que desearíamos, con la llegada del fin de semana el tiempo nos daría un pequeño disgusto.
En esta ocasión cuando la luz del nuevo día me despertó y corrí suavemente la cortina de mi ventana, no fue la luz del sol la encargada de darme los buenos días sino una fina capa de nieve que había cubierto todo lo que mi vista llegaba a abarcar.
Unos minúsculos copos de nieve caían sin cesar y sin poder evitarlo, un escalofrío recorrió mi cuerpo de arriba a abajo sin poder remediarlo.
La niebla tapaba todas las montañas que habíamos estado viendo días atrás lo que impedía buscar la fauna del lugar ya que ésta nos había demostrado su predilección por las zonas altas del terreno.
Sólo quedaba confiar en que en algún momento, la climatología nos concediera una tregua.




Si por norma general nuestro ritmo vital había disminuido de forma importante debido a los efectos de la altitud, hoy parecía que el día se presentaba aún más pausado. Mis compañeros ni siquiera salieron de madrugada a explorar con los telescopios ya que la visibilidad era prácticamente nula.
Hasta que nos sirvieran el desayuno, aprovechamos para limpiar minuciosamente cámaras y telescopios, ordenar un poco los equipajes y asearnos un poco aprovechando el agua caliente que nos dejaban en el baño todas las mañanas.
Desde la ventana podíamos ver a nuestras amigas las perdices hechas unas bolas, esperando también a que pasara el temporal. Todo parecía ralentizarse aún más en este reino de paz y quietud...





Se dice que al mal tiempo, buena cara así que intentaremos tomárnoslo con filosofía. Desayunamos con total calma antes de dar una vueltilla por los alrededores para comprobar que el manto de nieve había cambiado totalmente el paisaje.
No cesábamos de mirar al cielo buscando algún rayo de esperanza pero las expectativas no parecían muy halagüeñas. 

Volvimos a la casa para averiguar cuales eran los planes para hoy ya que el tiempo iba pasando y no paraba de nevar.
Los guías tampoco estaban muy animados, seguramente conocedores de las predicciones climatológicas, cuando nos comunicaron que saldríamos en los coches para trasladarnos a zonas más bajas donde confiaban que la visibilidad mejorara un poco.





Mi primera reacción fue de esperanza y entusiasmo por la buena disposición de los guías pero ésta no tardó en convertirse en temor y preocupación en cuanto fui consciente del estado de las pistas.
Si ya de por sí, esas pistas de piedra no me inspiraban demasiada confianza, ahora se habían convertido en auténticas pistas de patinaje.
Moverse por aquel terreno en automóviles convencionales no me inspiraba ninguna seguridad a la vez que mi tensión aumentaba en cada curva.
No habíamos recorrido demasiada distancia cuando hicimos una parada aprovechando que en el cielo parecía abrirse un pequeño claro.
Pero no, a los pocos minutos el cielo volvió a cubrirse y apenas se veía nada. De pronto dos siluetas se adivinaban por la ladera de la montaña dirigiéndose hacia nosotros.
Se trataban de dos rastreadores que habían dado por finalizado su trabajo, viendo las pésimas condiciones climatológicas. Reconocimos a uno de ellos, un auténtico crack en el avistamiento de fauna como nos lo demostró hace dos días cuando pudimos ver la pareja de leopardos.
Uno de mis compañeros no dudó en fotografiarse con él para inmortalizar nuestro encuentro.
Nuestros guías se apresuraron a servirles unas tazas de te caliente y unas galletas intentando que entraran en calor. Verdaderamente impresionante el trabajo que realiza esta gente.
Aún bajamos unos kms más con la esperanza de que el tiempo mejorara pero parecía evidente que ésto no tenía visos de cambio.
Dimos un corto paseo a pie a lo largo de la pista nevada pero al persistir el mal tiempo, volvimos a montar en los coches para emprender el camino de vuelta a casa.









Todo parecía indicar que la jornada no iba a ser nada prometedora así que lo asumimos, nos relajamos y disfrutamos de la comida con calma.
Iba a ser el día de ver fotos y videos de nuestro viaje, ordenar todo el material un poco y disfrutar del calor del hogar.
De vez en cuando nos asomábamos al exterior y mirábamos al cielo implorando clemencia pero los dioses no parecían escucharnos.
Nos dimos algún pequeño paseo sin más pretensiones que estirar un poco las piernas y sacar alguna fotografía al paisaje nevado, dejando pasar las horas con la única esperanza de que mañana volviera el buen tiempo.







La jornada nos había hecho conscientes de lo problemático que resulta visitar estos territorios, más aún si tu objetivo es avistar fauna tan esquiva como el " Fantasma del Himalaya ".
Puedes preparar el viaje durante meses intentando que todo salga lo mejor posible pero si llegas hasta aquí y te sorprende un temporal, todas tus ilusiones se verán truncadas sin remedio.
Afortunadamente no había sido nuestro caso ya que tuvimos un gran avistamiento de leopardos durante horas y ayer mismo habíamos visto durante unos minutos unos lobos tibetanos.

Llegó la hora de la cena mientras charlábamos con los fotógrafos canadienses y nos mostrábamos fotografías de vida salvaje obtenidas en otros viajes y en nuestros países de origen.
Hoy era su última noche en la casa y ella parecía agradecerlo ya que seguía con sus problemas para ir al baño. La preocupación se reflejaba en su cara.

Tras la cena nos quedamos charlando un rato, recordando la fortuna que habíamos tenido durante los primeros días en los que el sol brilló con fuerza y nos permitió conseguir nuestro objetivo.
Como ya he comentado anteriormente, al mal tiempo buena cara!!!
Mañana será otro día.








Ruta de la Jornada:


Video de la Jornada:



Capítulo siguiente: En busca del leopardo de las nieves V

27 enero 2025

En busca del Leopardo de las Nieves ( III )


L
a luz de un nuevo día anuncia que es hora de levantarse. La verdad es que volver a ver la capa de hielo acumulada en el cristal de la habitación, no invita a salir al exterior pero a través de la ventana veo a mis infatigables compañeros, explorar los alrededores con los teles en busca de animales.

Yo prefiero tomármelo con más calma e irme desperezando poco a poco, sin prisas. Ayer disfrutamos de un bonito y largo avistamiento de una pareja de leopardos de las nieves así que el objetivo principal estaba conseguido.
Me vestí pausadamente, ordené un poco la habitación y me aseé un poco sin demasiadas prisas por salir al exterior donde el termómetro se negaba a alcanzar por mucho, los 0ºC.

09 enero 2025

En busca del leopardo de las nieves ( II )


T
ras una plácida noche, a pesar de que un ligero dolor de cabeza se empeñó en recordarme la altitud a la que me encontraba, me volví a despertar con la luz de la mañana. Al descorrer la cortina, ya no me sorprendió la capa de hielo formada sobre el cristal de la ventana, pero sí me asombró contemplar otro cielo azul completamente despejado, sin una sola nube a la vista. Parecía mentira que nos encontráramos en el Himalaya en pleno invierno.
Al igual que ayer, mis compañeros ya se encontraban oteando el horizonte en busca de signos de vida. Yo preferí desperezarme más lentamente antes de salir al exterior y darme el paseíto matutino por los alrededores. Poco a poco parecía que me encontraba mejor y ya no me fatigaba tanto al andar.

28 diciembre 2024

En busca del Leopardo de las Nieves ( I ).

 

Habíamos sobrevivido a la primera noche en Ulley. No hay termómetros en la casa ni en el exterior pero si se cumplían los pronósticos que habíamos visto en nuestros teléfonos los días anteriores, llegaríamos hasta los 20ºC bajo cero.
A pesar de todo ello, no pasé frío en absoluto durante la noche. Incluso me sobró la bolsa de agua caliente que nos dieron antes de retirarnos a nuestras habitaciones.
Cuando me dispuse a retirar la cortina de la ventana para ver qué día hacía, ésta se encontraba pegada al cristal a través de una fina capa de hielo. No lo podía creer...
Cuando conseguí correr la cortina, un luminoso cielo azul se mostró ante mis ojos anunciando otro espectacular día.
Mis dos compañeros ya se encontraban oteando las montañas en busca de los anhelados gatos a través de sus telescopios, desafiando las bajísimas temperaturas existentes.
El anuncio de que el desayuno estaba listo, fue la excusa perfecta para reunirnos todos en el salón e intentar entrar en calor mientras dábamos buena cuenta del desayuno.

16 diciembre 2024

De Leh a Ulley.

 

Había llegado la hora de realizar la última etapa del viaje. Hoy era nuestro tercer día en Leh y previsiblemente, nuestros cuerpos debieran haberse habituado a la altura. Sinceramente yo no estaba tan seguro de haberlo conseguido pero al menos me encontraba con fuerzas suficientes para intentarlo. Pese a no encontrarme al cien por cien, ni mucho menos, estaba bastante mejor que los primeros días.
Nos esperaban otros 500 metros de ascensión en coche hasta nuestro alojamiento final, en una pequeña aldea donde dormiremos en una casa local preparada para albergar turistas.

28 noviembre 2024

Monasterio de Thiksey. Leh. India.


A pesar de que el dolor de cabeza no ha desaparecido, he dormido bastante bien y me levanto algo mejor. Sigo encontrándome flojo y cansado pero con ánimo para hacer la excursión a un monasterio que teníamos prevista para hoy.
Me doy una reconfortante ducha de agua caliente y me preparo para bajar a desayunar.
Un poco de fruta, un croissant recién hecho y un chocolate caliente parecen sentar bien a mi maltrecho estómago.

12 noviembre 2024

Ladakh, la cara oculta de la India.


L
a segunda y última etapa de nuestro viaje a India estaba próxima a comenzar y la singularidad tanto de su orografía como de su climatología y de la propia idiosincrasia de la población que íbamos a visitar, eran cuestiones que nos mantenían expectantes.
Y es que el hecho de pasar los próximos siete días a altitudes superiores a 4000 metros y a temperaturas de -20ºC, en un entorno genuinamente tibetano, suponía un nuevo reto para nosotros.
Es cierto que no era la primera vez que íbamos a estar a esas altitudes y anteriormente ya habíamos soportado temperaturas bajo cero pero el hecho de estar tantos días seguidos bajo esas condiciones, era algo que nos preocupaba un poco. Además, íbamos a pasar de los 200 metros de Delhi a los 3500 de Leh, en tan sólo una hora de vuelo. 

28 octubre 2024

Llegada a Leh


Volvemos a madrugar ya que nuestro vuelo sale a las 8,10 del aeropuerto de Delhi y vistas las estrictas medidas de seguridad que llevan a cabo, no queremos arriesgarnos a sufrir un nuevo incidente. Tengo que confesar que desde el percance que padecimos hace una semana y que nos supuso perder nuestro vuelo, este aeropuerto me produce un desasosiego y una intranquilidad inusual.

14 octubre 2024

Kanha ( III ). Regreso a Delhi.



Hoy podemos decir que acaba la segunda parte de la primera etapa de nuestro viaje. Parece ya muy lejano el día que llegamos a Delhi y el posterior desplazamiento a Pench.
Con el cuarto safari en Kanha pondremos fin a la búsqueda de felinos y demás fauna por los intrincados senderos de los maravillosos parques indios.

30 septiembre 2024

Kanha National Park ( II ). INDIA


Por segunda vez en Kanha, repetimos el ritual que abría cada jornada. Salir de la habitación de noche, acercarnos hasta recepción para tomar un rápido café, recoger una manta y una bolsa de agua caliente y salir hacia la entrada del parque a bordo de nuestro coche.
Hoy el día había amanecido más fresco de lo habitual y una fina neblina se elevaba sobre las zonas inundadas de agua, impregnando el lugar de un halo frío y misterioso.