09 noviembre 2008

Los Llanos-VENEZUELA


Tras visitar Canaima y el delta del Orinoco, nos desplazamos hasta Barinas donde nos recogerán para pasar cuatro días en Los Llanos.
Lo primero que nos comunican es que una ríada se ha llevado un viejo puente, lo que nos obligará a dar un gran rodeo para llegar a nuestro destino con el correspondiente retraso que todo ello conlleva.



 















Desde que salimos de Barinas, el paisaje que observamos se reduce a una extensa llanura verde salpicada de abundantes pozos de agua. Numerosas especies de aves, muchas de ellas de fluorescentes y llamativos colores, se suceden a lo largo del recorrido.
No tardamos en llegar a un punto donde el asfalto deja paso a una pista de arena cuyo estado empeora por momentos hasta que de pronto nos topamos con una excavadora que trata de reparar los desperfectos que el agua ha causado en la pista.
Nos vemos atrapados en aquella especie de carretera durante un buen rato y decidimos salir al exterior para estirar las piernas hasta que nos permitan continuar. 
Un par de coches que venían detrás de nosotros deciden hacer lo mismo y pronto comenzamos una animada charla con ellos acerca de nuestra procedencia lo que da paso a una detallada explicación sobre las peculiares costumbres llaneras y su forma de vida.
Uno de los ocupantes de uno de los coches, insiste en hacernos un regalo de bienvenida en forma de cd de música llanera, que nos acompañará durante toda nuestra estancia en la zona.
Tras varios kilómetros a través del barro y estar a punto de quedarnos atrapados en él varias veces, llegamos por fin a nuestro hato.
Ya es de noche y un gran sapo será el encargado de darnos su particular bienvenida al campamento.
















Decidimos salir al exterior del campamento para explorar los alrededores en plena noche y poder apreciar en todo su esplendor el espectacular cielo que nos acompaña; para completar el increible escenario, miles de luciérnagas voladoras iluminan la noche mientras un pequeño mochuelo nos acompaña durante la breve caminata.




Después de cenar y mientras tomamos las cervezas que hemos comprado en el camino, un enorme bicho volador aterriza entre nosotros. Todos los llaneros se apresuran a alertarnos de la peligrosidad del bicho, al que llaman cucaracha de agua, debido a su potente y peligrosa mordedura.
Poco después, se apaga el generador que alimenta las escasas bombillas del campamento y nos vamos a nuestra hamaca a dormir.
En un principio el calor aprieta pero según avanza la noche, la temperatura desciende bastante.
Sobre las 5,30, las primeras luces del día me despiertan y no dudo en levantarme para ver uno de los amaneceres más bonitos de mi vida. La luz es fantástica y los cantos de cientos de aves ponen la música de fondo ideal para la ocasión.
Lástima que los mosquitos estropeen con sus picaduras el mágico momento ; me atraviesan literalmente la camiseta y los pantalones con sus picaduras.

 














Tras un abundante desayuno, embarcamos en un pequeño bote para recorrer algunos canales.
Durante la excursión vemos iguanas y un montón de aves hasta que de pronto, dos grandes capibaras aparecen a escasos metros de nosotros.

Una Chenchena, ave primitiva que puebla la zona, empolla sus huevos en el nido que ha construído a la orilla del río.
Tortugas, iguanas, boas y caimanes nos acompañan durante todo el recorrido antes de descubrir un grupo de toninas, unos delfines rosas de esta zona, que juguetean alrededor de nuestro bote durante un buen rato.





 

Ya de regreso al campamento, vemos unos murciélagos vampiro descansando en el tronco de un árbol mientras los lejanos gritos de los monos aulladores se dejan oir en la espesura de la jungla.
Por la tarde salimos en el 4X4 en busca de más fauna.
Vemos cientos de aves de todos los colores pero la ansiada anaconda, objetivo principal de esta excursión, se nos resiste.
Nuestros guías se meten al agua provistos de unas varas con las que van explorando el fondo cenagoso con la esperanza de dar con alguna de estas esquivas criaturas pero parece que hoy se resisten a hacer aparición.

 

Cuando estábamos a punto de desistir, uno de nuestros guías se topa con un ejemplar de casi 5 metros.
Nos cuesta sacarla del agua pero finalmente , y a pesar de que somos defensores de molestar lo mínimo posible a los animales, no nos podemos resistir a vivir la experiencia de tener durante unos minutos en nuestras manos a este espectacular animal. Su olor es nauseabundo pero su tacto es suave como el de casi todos los reptiles. 

Tras las fotos de rigor la devolvemos a su medio natural para que siga su camino.


Nuestro próximo objetivo será el oso hormiguero y una vez más, cuando estamos a punto de desistir al estar anocheciendo, aparece en la lejanía un negro y precioso ejemplar de oso hormiguero gigante.


Nos ha costado descubrir a la gigantesca anaconda y al espectacular oso hormiguero pero finalmente la expedición ha sido todo un éxito.
Ya de regreso vemos más capibaras que aprovechan la noche para salir en busca de comida.



Una vez en el campamento era el momento de ducharnos para después, durante la cena, comentar los mejores momentos del día mientras los habitantes del hato nos amenizaban la noche con los instrumentos típicos de la zona y su característica y entrañable música llanera.
Volvemos a nuestra hamaca entre los dulces sones llaneros para tratar de conciliar el reparador sueño que tanto necesitábamos tras el duro y emocionante día.

Hoy no me levantaré a ver el amanecer; cuando el día despierta, veo que la luz no es como la de ayer y además, me temo que los mosquitos me estarán esperando ahí fuera. Mejor continúo durmiendo.....
Hoy dedicaremos la mañana a pescar pirañas. Y no se puede decir que se nos diera nada mal ya que atrapamos unos cuantos ejemplares que nos vendrán muy bien para completar nuestra dieta ya que los víveres empiezan a escasear.

Tras la comida saldremos hacia otro campamento situado en las montañas preandinas donde tenemos previsto hacer rafting y canopy.
Tras un largo camino, llegamos ya de noche a una especie de pequeño lodge escondido entre las montañas y que nos parece un auténtico paraíso después de los básicos garitos donde hemos dormido hasta ahora.

















La satisfacción es aún mayor cuando cenamos al aire libre y por primera vez desde que llegamos al país, comprobamos que no hace calor y no hay MOSQUITOS!!!
Hoy dormiremos en una confortable cama y tendremos baño en la habitación, unos lujos ya casi olvidados.

A la mañana siguiente y tras desayunar, comenzamos haciendo canopy para más tarde enfundarnos los trajes de neopreno y desplazarnos hasta el cercano río Acequias para hacer un divertido recorrido en balsa descendiendo por las aguas bravas.
Varios de nosotros seremos presas de sus furiosas aguas aunque afortunadamente todo se saldará con una simple caladura y muchas risas.
Tras sacar las balsas del agua y aún con la adrenalina a tope, degustamos con pasión unas frescas cervezas mientras recordamos los emocionantes momentos vividos.

 
Nuestra estancia en Los Llanos ha acabado. Nuestro próximo destino será la ciudad de Mérida a la que llegaremos a través de la bella pero infernal carretera que atraviesa los Andes.
Ese será otro capítulo.....


DIARIO DEL VIAJE

1- Miviaje a venezuela

2- Caracas

3- Canaima. El salto del ángel.

4- Ciudad Bolívar.

5- Delta orinoco. Los Warao.

6- Barinas

7- Los Llanos

8- Merida

9- La mucuy

10-Los nevados. Pico Espejo.

11-Morrocoy

12-Choroni y Puerto Colombia

13-Chuao

14-Henri pittier,la espesura de la jungla.

15-Oso hormiguero palmero

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