16 noviembre 2018

Alrededores de Banff. Las Rocosas.



Hoy hemos quedado a las 6,30 en recepción para desayunar y salir a explorar los alrededores de Banff pero mis compañeros no han puesto el reloj en hora y no aparecen hasta las 7,30. 
No olvideis cambiar la hora al llegar a Alberta ya que aquí es una hora más que en la Columbia Británica.
Nuestra primera visita de la jornada será el Johnston Canyon.


Johnston Canyon.
Se encuentra a 25 km de Banff, es una de las rutas más populares del Parque Nacional y permanece accesible durante todo el año, además de contar con un parking gratuito.
Si no dispones de coche, puedes ir en autobús desde la estación de tren de Banff. El trayecto de ida y vuelta cuesta 5$ y es gratis para los menores de 17 años.
Si cuentas con coche, es conveniente que madrugues para no tener que dejarlo aparcado en el arcén de la carretera, a bastante distancia del aparcamiento, debido al gran número de visitantes que recibe esta ruta. No es mala idea que utilices el autobús para no colapsar la zona.
Si subes hasta Ink Pots, la distancia a recorrer será de unos 12 kms.

Tras un ligero ascenso a través del bosque sin abandonar las turbulentas aguas del arroyo Johnston, se llega a unas pasarelas de metal fijadas a las paredes rocosas que te conducen hasta un tunel que atraviesa la roca y te planta a pocos metros de la cascada inferior. El estruendo del agua al caer y las infinitas gotas de agua que caen sobre tí apenas cruzas el tunel, causan una impresión a la que difícilmente puedes abstraerte. Al menos en la época en la que yo lo visité, con el gran caudal de agua que caía, era un espectáculo impresionante.





 















Continuamos la ascensión por el bosque hasta llegar a la cascada superior, a 1565 metros de altitud. Podemos admirar esta caida de agua tanto desde la parte inferior como desde arriba.





La mayoría de la gente da por finalizada la visita en este punto pero nosotros decidimos seguir hasta los Ink Pots, 3 kms más adelante.
Un conjunto de manantiales de agua transparente de llamativos colores azules y verdes que se mantienen a una temperatura constante de 4ºC durante todo el año, son el principal atractivo de este lugar que se encuentra sumergido en un paisaje de auténtico ensueño. 

Unos curiosos círculos en el fondo de los pozos, indican las salidas de las burbujas de aire y agua.





Personalmente, la ruta durante este último trayecto no me pareció espectacular ya que se realiza a través del bosque y no ofrece demasiados atractivos pero el final merece la pena ya que te permite admirar los típicos y espectaculares paisajes de las Rocosas.
Para volver, decidimos hacerlo por Moose Meadows pero al final nos liamos y aparecemos de nuevo en la catarata inferior.






Una vez de vuelta en el coche, tomamos la decisión de ir hasta la zona de Vermillion Lakes para buscar un sitio para comer a orillas del lago. Nos dirigimos hacia allí a través de la Bow Valley Parkway que a estas horas permanece abierta.
Las orillas del lago se encuentran muy concurridas y nos cuesta bastante encontrar un sitio tranquilo donde sacar nuestros bocadillos para almorzar mientras disfrutamos de la tranquilidad y belleza del lugar. Unos colimbos que nadan tranquilamente en el lago nos mantienen entretenidos durante el almuerzo.






Nuestro siguiente destino será Minnewanka Lake.
Se trata de un lago de origen glaciar que se encuentra a unos 5 kms de Banff. Su accesibilidad y su cercanía a Banff, le convierte en un punto muy visitado y no es extraño que sus zonas de aparcamiento estén abarrotadas.

Además de sus atractivos naturales y su rico legado histórico, la zona está preparada para ofrecer numerosas actividades a todo aquel que se acerque hasta sus orillas.

Paseos en barco, pistas para recorrer bien andando o en bicicleta de montaña, numerosos campings a lo largo de sus orillas, pesca, buceo y otras muchas actividades son algunas de las múltiples posibilidades ofrecidas a los visitantes.
Si a todo esto añadimos los espléndidos paisajes que ofrece la zona, la abundante fauna que lo puebla ( alces, venados, carneros de las rocosas, osos, etc ) y los asentamientos humanos que se remontan a hace más de 10.000 años, es fácil entender que a nuestra llegada no tuviéramos sitio para aparcar nuestro vehículo. 

Por si fuera poco, estamos disfrutando de un tiempo espectacular y hoy.....es domingo!!!




Abrumados por tanta aglomeración nos dedicamos a rodear el lago en coche y sólo paramos para disfrutar pausadamente de los primeros Carneros de las Rocosas que tenemos ocasión de ver. También conocido como borrego cimarrón, musmón, muflón de las Rocosas o muflón canadiense, el Ovis canadensis es un bóvido bastante habitual en las rocosas.





Tras este pequeño recorrido por el Lago Minnewanka volvimos a Banff para visitar una zona de aguas termales sulfurosas alrededor de las cuales se estableció el primer parque nacional de Canadá, el Parque Nacional Banff .

Conocido como Cave and Basin National Historic Site, cuenta con varias instalaciones y piscinas construidas en el interior de una cueva a la que no llegamos a acceder. Nos limitamos a hacer un pequeño recorrido por su exterior mientras esperábamos que el sol fuera bajando un poco.






Queremos recorrer de nuevo la la Bow Valley Parkway, al menos la parte que se encuentra abierta desde Banff a Castle Mountain y el objetivo no es otro que intentar avistar fauna a lo largo de esta carretera, famosa por ser prolífica en vida animal. No es extraño encontrar muchos conductores circulando a muy baja velocidad oteando los alrededores de la carretera en busca de osos grizzlies, negros, wapitíes, cabras o cualquier otro animal típico de la zona.
En esta ocasión una pequeña ardilla se cruzó en nuestro camino pero fue el único signo de vida animal que nos ofreció la Bow Valley hasta que llegamos a Castle Mountain.

Ya no podíamos seguir, ya que a partir de allí se encontraba cerrada por hielo y peligro de desprendimientos, así que decidimos parar un rato para estirar las piernas y acercarnos hasta donde comienza el Rockbound Lake Trail.







Tras un paseito de unos 30 minutos volvimos al coche para realizar el camino de vuelta a Banff a través de la Bow Valley antes de que cerraran la barrera a las 20h.
Habíamos depositado muchas esperanzas en ver fauna a través de esta carretera pero lo cierto es que sólo alcanzamos a ver unos pocos ciervos y un veloz mustélido que cruzó la carretera como una exhalación y no nos permitió identificarle.
No había tiempo para más ya que en breve cerrarían la carretera así que acabamos de nuevo en los Vermillion Lakes, una zona que nos había conquistado por completo debido a su belleza y a los increibles atardeceres que se disfrutaban en este lugar.
Por segunda vez, gozamos como niños viendo ocultarse el sol tras las montañas reflejadas en el agua del lago, mientras colimbos y otros muchos patos nadaban apaciblemente, acostumbrados a este espectáculo.








La noche tomaba protagonismo y era hora de acercarse hasta el pueblo para cenar algo caliente en alguno de los muchos restaurantes existentes.

Unos sabrosos solomillos y unas costillas de cerdo acompañados por unas cervezas, sirvieron para reponer fuerzas e irnos a la cama satisfechos.
A nivel de fauna esperábamos bastante más durante esta jornada ya que Banff era el punto fuerte del viaje en cuanto a la posibilidad de ver osos grizzlies se refiere pero no estamos dispuestos a rendirnos. Todavía queda mucho viaje y es difícil deprimirse con los impresionantes paisajes que estamos teniendo oportunidad de disfrutar.
Seguro que mañana tendremos más suerte con los animalitos....


Ruta de la jornada:



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