Si te gustan los paisajes verdes, la costa salvaje, la buena comida y los pueblos con encanto, acercarte hasta Asturias y Galicia siempre será una excelente elección . Ambas regiones ofrecen una experiencia auténtica, lejos del turismo masivo.
Seguramente sea por esta razón, por la que no dudo en planear una rápida escapada en cuanto dispongo de unos días libres.
El pasado verano, aprovechando unos días de Julio, decidí explorar un par de zonas inmersas en territorio asturiano que aún no conocía y además, añadiría un tercer destino en A Coruña: Corrubedo.
El objetivo no era otro que escapar del turismo masivo para adentrarme en zonas del interior asturiano con la intención de hacer alguna rutilla montañera sencilla y disfrutar de los verdes paisajes asturianos.
En estas fechas siempre huyo de los destinos más turísticos así que busqué zonas rurales de la Asturias profunda buscando paz y tranquilidad.
El primer destino elegido se encuentra en Aller, un concejo del Principado de Asturias, con una rica herencia natural y cultural. Se sitúa en la zona centro-sur de la región, formando parte de la comarca de la Montaña Central asturiana, muy cerca de la provincia de León.
Y más concretamente, me alojaré en una pequeña aldea llamada Cuérigo.
Cuérigo (oficialmente Cuergo en asturiano) es una pequeña parroquia y localidad del concejo de Aller, que cuenta con 65 habitantes según el último censo.
A unos 7,5 km de Cabañaquinta (la capital de Aller) y a una altitud de aproximadamente 520–535 m, esta minúscula aldea se convirtió en mi refugio durante tres días.
El Albergue Xabú Hostel, un pequeño alojamiento con mucho encanto de tan solo10 habitaciones, me recibió con los brazos abiertos.
Un coqueto comedor decorado con curiosos utensilios del pasado, conforman una acogedora estancia donde degustar los típicos platos asturianos.
Llegamos justo a tiempo para probar su cocina y por supuesto, disfrutamos enormemente de la excelente gastronomía asturiana.
No queríamos desaprovechar la excelente tarde que hacía por lo que decidimos acercarnos en el coche hasta el Molín de Peón, un antiguo molino hidráulico ubicado muy cerca de las localidades de Felechosa y El Pino. Actualmente, ha sido reconvertido en centro de cría de trucha gestionado por la Asociación de Pescadores "El Maravayu".
Desde allí comenzamos una ruta conocida como las Foces de El Pino. Poco más de 6 kms que nos llevaron algo más de dos horas y que nos sirvieron para bajar la fabada que habíamos degustado hace menos de una hora.
🥾 Ruta de las Foces del Río Pino (PR-AS 31)
📍 Información general
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Inicio: pueblo de El Pino, Aller (también accesible desde Felechosa).
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Tipo de ruta: lineal (ida y vuelta).
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Distancia: unos 6,8 km (ida y vuelta).
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Desnivel acumulado: ±275 m.
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Dificultad: media-baja.
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Duración aproximada: 2 h 45 min – 3 h 30 min.
La senda avanza paralela al río Pino, cruzando varios puentes de madera para poco después entrar al desfiladero o “foces”, con tramos más estrechos, paredes verticales y una pequeña cascada.
El final natural de la ruta tiene lugar en el Mayáu de Pandu, una pequeña campera entre montañas.
El recorrido discurrió entre bellos paisajes y flores ante la atenta mirada de una cabra, sorprendida por nuestra presencia.
Menos amistosos se mostraron unos mastines que cuidaban del rebaño de las cabras y nos hicieron pasar un mal trago aunque afortunadamente dejaron de prestarnos atención cuando nos alejamos del lugar.
Ya sólo quedaba regresar a nuestro alojamiento, a 6 kms de allí pero antes haremos una última parada para visitar la Iglesia de San Juan de Riomiera y El Tejo de Santibáñez de la Fuente.
La Iglesia de San Juan de Riomiera constituye uno de los ejemplos más representativos del patrimonio cultural de Aller. Construida en el siglo XIII con un estilo románico tardío, fue declarada monumento histórico-artístico en 1972. Presenta añadidos de los siglos XV y XVI, como la portada principal, y en su interior alberga retablos y tallas de estilos románico, gótico y barroco. Además sirvió como asilo para peregrinos. Se sitúa en Santibáñez de la Fuente.
El Tejo de Santibáñez de la Fuente alcanza una altura de 20 metros, un perímetro de tronco de 3,33 metros y una copa de 15 metros de diámetro. Su longevidad es desconocida, pero sus características sugieren que probablemente supera los 500 años. Este árbol está declarado Monumento Natural.
Como muchos tejos de Asturias, se encuentra junto a una iglesia. Este árbol era considerado sagrado por los celtas, quienes se reunían bajo su sombra para orar a sus dioses. Posteriormente, cristianos levantaron iglesias en estos lugares para facilitar la cristianización. En este caso, se trata de la iglesia de San Juan del Riomieraes.
Ahora sí, tomamos rumbo definitivo al alojamiento para tomarnos una cerveza en la terraza, darnos una ducha y bajar al comedor para comernos un delicioso plato de cecina y queso locales.
Nuestro primer día por tierras asturianas había resultado plenamente satisfactorio.

Ruta Foz del Pino
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