05 marzo 2019

Latacunga, Cotopaxi y llegada a Baños.


Sobre las siete de la mañana comienza para nosotros otra ilusionante jornada. Apenas llevamos una semana en Ecuador y ya hemos estado a más de 4000 metros de altitud en Antisana pero durante la jornada de hoy es posible que lleguemos a superar dicha altitud.
Nos levantamos pausadamente, como queriendo reservar toda nuestra energía para la dura jornada que se avecina. 
Hacemos nuevamente el equipaje y bajamos a desayunar con la intención de aprovisionarnos de todas las enrgías que a buen seguro necesitaremos a lo largo del día.
Tan sólo hemos pasado una noche en Latacunga y si bien ayer recorrimos sus calles durante unas horas, tampoco podemos decir que tengamos un conocimiento profundo de esta localidad.

Latacunga.



San Vicente Mártir de Latacunga cuenta con una población cercana a los 70.000 habitantes y es la capital de la provincia de Cotopaxi.Localizada en la zona andina ecuatoriana, se halla a una altitud de 2.750 metros lo que sin duda influye en la temperatura media de esta localidad : 12ºC. Fundada en el siglo XVI, a día de hoy se erige como una de las ciudades más importantes en esta zona del país. Aunque son muchos los turistas que hacen base en Latacunga para visitar el volcán Cotopaxi y la Laguna de Quilotoa, cuenta también con sus propios atractivos entre los que podemos destacar :

-La Catedral de Latacunga.

-Iglesia El Salto.

-Iglesia de La Merced.

-Iglesia de San Agustín.

-Iglesia de San Francisco.

-Iglesia de San Sebastián.

-Iglesia de Santo Domingo.

-Iglesia de San Buenaventura .

-Molinos de Monserrat.

-Palacio municipal.

-Casa de los Marqueses de Miraflores.

-Hacienda de Tilipulo. 

 
A
demás, si haces coincidir tu visita durante el 23 y 24 de Setiembre, podrás disfrutar de la Comparsa de la Mama Negra, una colorida y caótica fiesta con diversas influencias paganas, cristianas, indígenas, africanas y españolas.



A pesar de nuestro breve paso por Latacunga, tuvimos ocasión de conocer a una pareja que nos facilitaría mucho nuestra visita a las inmediaciones del Cotopaxi.

Habíamos leído que había dos formas de visitar el volcán, 
  • o bien contratando un tour desde Quito, o desde Latacunga, 
  • o bien acercándote en transporte público o taxi hasta la entrada del parque, donde deberías contratar un 4X4 con conductor que te llevaría hasta donde acaba la carretera.
El precio del 4X4 dependerá del número de viajeros y tu habilidad regateadora pero suele rondar los 20-25$, siempre que haya un mínimo de 2-3 personas para compartir vehículo.

-Si lo que deseas es hacer cumbre en el Cotopaxi, te verás obligado a dormir en el refugio una noche para aclimatarte y contratar un guía de montaña que te acompañe hasta la cima.
Pero descubrimos que si tu objetivo no es subir a la cima del Cotopaxi, existe una tercera opción.

-Por un módico precio que apenas superaba los 50€, nuestros amigos se ofrecieron a recogernos en nuestro hotel, cargar todo nuestro equipaje en su coche y llevarnos hasta la Laguna de Limpiopungo. Una vez allí, dedicaríamos el tiempo que estimemos oportuno para visitar los alrededores o incluso subir hasta el refugio del Cotopaxi
Ellos nos esperarían para llevarnos de vuelta hasta un punto donde paraba el autobús que se dirigía a Baños, nuestro próximo destino.


El caso es que a las 8, nuestros amigos nos estaban esperando a las puertas del hotel para comenzar la aventura al Cotopaxi.
Al llegar al cruce donde se toma la desviación al parque, vimos los 4X4 aparcados a la orilla de la carretera esperando a todos los que llegan hasta allí por sus propios medios, bien en taxi o en autobús. 
Nosotros íbamos en coche así que continuamos nuestro camino hasta llegar a la entrada del parque, a unos 40 minutos de Latacunga, donde nos pidieron nuestros datos. 
Nuestros acompañantes aseguraron que éramos familiares que estábamos conociendo los alrededores y que nuestra única intención era llegar hasta la Laguna de Limpiopungo
No hubo ningún problema.

Hace un día espléndido y el Cotopaxi se muestra con todo su esplendor. Hacemos numerosas paradas para fotgrafíar este coloso desde distintos ángulos. No compartimos vehículo con nadie y nuestros amigos se muestran encantados de enseñarnos los encantos del volcán.



Al llegar a la Laguna de Limpiopungo, nos quedamos absortos con la belleza del paisaje que nos rodea. 
Sólo llegar hasta aquí, ya merece la pena. 
Hacemos una pequeña ruta que recorre la orilla del lago poblada por diversas aves y tras las dudas iniciales, decidimos intentar llegar hasta el refugio.



 
Montamos en el coche para avanzar unos cientos de metros y nos bajamos cuando las primeras rampas comienzan a dejarse ver en el horizonte. 
Realmente no sabemos si nuestros amigos no suben hasta el parking final porque no están autorizados o porque temen quedarse en alguna de las duras rampas de esta carretera de grava.

Para hacernos una idea de las altitudes en las que nos estamos moviendo, diré que la laguna se encuentra a unos 3.900 metros, el último aparcamiento a unos 4.600 y el refugio a poco más de 4.800.
El coche nos dejó a unos 4.000 metros y puedo asegurar que salvar 600 metros a esas altitudes para alguien que no esté acostumbrado, supone un esfuerzo considerable.

 
Comenzamos la ascensión, a veces a través de la pista y en ocasiones tomando atajos que suponían aún más esfuerzo, hasta que el grupo comenzó a romperse. 
Mi compañero iba delante, yo me quedé cortado y por detrás venían las dos chicas que no tardaron en aceptar la invitación de un autobús que les llevó hasta el aparcamiento.
Confieso que estuve a punto de darme la vuelta varias veces ya que cada vez que afrontaba una nueva rampa, se me hacía más difícil llenar mis pulmones de aire pero poco a poco conseguí llegar hasta la meta que me había propuesto : el aparcamiento.





Cuando me encontraba a pocos metros del último parking, me crucé con las chicas y me confirmaron que mi compañero había continuado hacia el refugio y ellas volvían ya hacia el coche, andando.
Mis fuerzas no daban para intentar llegar hasta el refugio y tras más de dos horas caminando, durante casi seis kilómetros, dí por finalizada mi ascensión. 
Me encontraba a unos 4.600 metros y acababa de batir mi propio récord ya que nunca había estado tan alto. Además, algo me dice que nunca volveré a estar tan alto...
Mi compañero llegó hasta el refugio a duras penas pero disfrutó del agradable ambiente que se respira en este tipo de lugares.



La bajada me permitió admirar más detenidamente el bello paisaje volcánico que me envolvía, así como algún atrevido colibrí que se acercó hasta mí, sorprendido de encontrar a alguien por sus dominios, algún lagarto, unos pájaros que anidaban en los taludes de la carretera y varios conejos que salieron huyendo ante mi presencia. Las curiosas plantas de este inhóspio hábitat, también se hicieron merecedoras de alguna fotografía.
A las 13,40 h, nos reunimos todos de nuevo en el coche. Agotados pero encantados de la bonita jornada que habíamos vivido.






  
Había llegado la hora de desandar el camino andado para regresar hasta las inmediaciones de Sasiquilí, donde nuestros amigos nos dejaron para comenzar una nueva ruta en autobús, la que nos llevaría hasta la localidad de Baños.
Nos despedimos de nuestros anfitriones y en apenas 5 minutos, ya estamos a bordo del autobús. 
Pagamos 2,5$ por persona, por un trayecto que se prolonga por hora y media.

Ruta de la jornada:

Son más de las 16h cuando llegamos a Baños y como no hemos comido nada desde el desayuno, lo primero que hacemos es entrar a un bar para tomar unas cervezas y pedir unos ricos langostinos apanados.
Tras apaciguar un poco el hambre, comento a mis compañeros que me esperen allí mismo con las mochilas mientras yo me acerco a un hotel que he visto por internet para tratar de pillar alojamiento. Desgraciadamente está completo.
Tan sólo vamos a estar una noche así que no necesitamos demasiado por lo que reservamos dos habitaciones en el Flor de Oriente, donde nos dicen que sí disponen de habitaciones libres.
Pagamos 20$ por persona por unas habitaciones bastante cutres pero al menos, el desayuno está incluido.

Tras la ducha de rigor y un descanso merecido, bajamos al pueblo para dar una vuelta, tomar unas cervezas, cenar, y sobre todo, organizar la jornada de mañana.
Lo primero que hacemos es contratar un tour en Chiva ( unas camionetas de llamativos colores y grandes altavoces ) para ver las cascadas mañana por la mañana. 
Te asaltan por la calle ofreciéndote este paquete y aunque sabemos que cuestan 2-2,5$, acabamos pagando 3,50 cada uno. 
Llega un momento, en el que por menos de un euro, pasas de regateos.
Esta excursión nos ocupará toda la mañana así que una vez resuelto este tema, vamos a la estación de autobuses para sacar los billetes a Guayaquil.
Tras comprobar los horarios, nos inclinamos por el que sale a las 14h. Nos comentan que tarda unas 7 horas y cuesta 10$.

Chiva

Ahora sí, con todo organizado para la jornada de mañana, nos damos una vuelta por el peblo recorriendo sus animadas callejuelas hasta que los seductores olores a carne asada a la parrilla, nos recuerdan que nuestros estómagos demandan atención inmediata.
Una sabrosa parrillada con distintas clases de carnes acompañada por unas cervezas, pusieron fin a la jornada. ( 31,5$ ).
El cansancio se deja notar y emprendemos el camino de vuelta al hotel.
Mañana no haremos demasiados esfuerzos físicos pero nos espera una buena sesión de autobús hasta Guayaquil..... 

Capítulo anterior: De Antisana a Latacunga

Capítulo siguiente: Ruta de las cascadas. Baños.

No hay comentarios: