06 octubre 2019

De Galápagos a Guayaquil. El Malecón y Las Peñas.


A las 5,30 ya estaba despierto y como aún no habíamos reservado ningún hotel en Guayaquil, aprovecho el wifi para mirar algún sitio donde pasar nuestra próxima noche.
Busco un sitio céntrico que nos permita conocer un poco la ciudad sin necesidad de grandes desplazamientos y a la vez que no exija un desembolso importante ya que apenas estaremos en el alojamiento unas pocas horas para dormir.
Finalmente me decantaría por el hotel Sander, cerca del Malecón, donde dos habitaciones nos costarían 40$ + 12% de impuestos.
Ayer habíamos quedado con Andrés para que nos llevara al aeropuerto pero como todavía es pronto, aprovechamos para desayunar algo y recargar nuestra tarjeta telefónica con 3$.



Ruta de Pto Ayora al aeropuerto:




A las 10,30, como habíamos quedado, un taxista nos dice que viene a recogernos de parte de Andrés para llevarnos al aeropuerto. Nos comenta que Andrés no ha podido venir y le ha mandado a él.
Nuestro vuelo sale a las 12,30 y el aeropuerto está en la isla de Baltra, al norte de Santa Cruz

Hay que calcular salir con dos horas de antelación ya que debemos ir en taxi hasta el canal de Itabaca, un recorrido que suele llevar alrededor de 30 minutos por carretera.
Este recorrido se puede hacer en taxi ( precio a negociar ) o en autobús ( 2$ ).
Una vez en el Canal de Itabaca, se debe pagar el ferry que te pasa a la isla de Baltra ( 1$ ) y el autobús que te acercará hasta el aeropuerto ( 5$ ).
Nuestro ferry sale a las 11,15 y apenas tarda 5 minutos en atravesar el estrecho canal que separa las islas. 






Si hay mucha gente, es recomendable ir en la parte delantera del barco para salir los primeros y poder pillar el primer autobús para evitar tener que esperar otro autobús si se llena el primero.
Nosotros íbamos atrás y tuvimos que esperar casi media hora para montar en el autobús. 

Hemos perdido la pista a nuestros equipajes ya que los empleados del ferry y de los autobuses se encargan de descargarlos y cargarlos en el autobús. No tenemos ni idea de dónde están nuestras mochilas, confiamos en encontrarlas al llegar al aeropuerto.
Unos diez minutos después de montar en el autobús, llegamos al aeropuerto. Allí está nuestro equipaje.
Entramos al aeropuerto y facturamos sin problemas tras escanearnos todo nuestro equipaje. 

A las 12,40, con diez minutos de retraso, abandonamos con gran tristeza uno de los destinos en los que más hemos disfrutado del contacto con la fauna tanto terrestre como marina : las Islas Galápagos.

A las 15,20, hora continental, aterrizamos de nuevo en Guayaquil.
Lo primero que quiero hacer antes de abandonar el aeropuerto, es presentar una reclamación por escrito en una oficina de TAME. Recuerdo que para poder volar a Galápagos, nos obligaron a pagar 258$ extras por persona, con el pretexto de que nuestros billetes eran sólo para ecuatorianos.
Todas las oficinas están cerradas así que me acerco a una oficina de aviación civil donde les explico todo el tema. Me dicen que han recibido muchas quejas de esta índole y que por ello se les ha prohibido vender billetes a extranjeros por internet. Le pregunto que desde cuando se ha tomado esa medida y me dice que hace unos meses. Me resulta muy extraño ya que hice una simulación hace unos días y no había ningún problema en hacerlo pero en fin, lo confirmaré a lo largo del día.
Me aconsejan que interponga la queja a través de internet ya que las oficinas sólo abren cuando hay algún vuelo.


Ruta del aeropuerto de Guayaquil al hotel:


 
Cargamos todo nuestro equipaje en un taxi para que nos lleve a nuestro hotel ubicado a unos 10 kms del aeropuerto ( 5$ ).
Al llegar a la recepción de nuestro hotel, nos dicen que no tienen disponibles las habitaciones que habíamos reservado pero pueden ofrecernos una habitación para los tres al mismo precio. Le decimos que eso no es posible ya que reservamos dos habitaciones separadas y ahora no nos pueden ofrecer una para los tres y además al mismo precio.
Tras un absurdo tira y afloja, acaba ubicándonos en una doble y otra triple por el mismo precio.
Dejamos las mochilas en las habitaciones, nos refrescamos un poco y bajamos a recepción dispuestos a recorrer la ciudad más poblada de Ecuador.



Ruta por Guayaquil:


Guayaquil

Con una población cercana a los 3.000.000 de habitantes, Santiago de Guayaquil se erige como la ciudad más poblada de la República del Ecuador. 
En pleno golfo de Guayaquil, a orillas del río Guayas 20 kms antes de su desembocadura, se asienta esta importante ciudad ecuatoriana fundada en 1547.
Protagonista de numerosas revoluciones y levantamientos, fue la primera ciudad del país que consiguió la independencia definitiva de España.
En la actualidad cuenta con unos de los puertos más importantes de la costa del Pacífico oriental.
Decidimos dirigirnos hacia la zona más moderna de la ciudad para recorrer las orillas del río Guayas en la zona conocida como el Malecón.
En el pasado, esta era la primera imagen que recibían de la ciudad todos aquellos que llegaban a Guayaquil por vía fluvial, la más habitual en aquellos tiempos.
En la actualidad ha sufrido un proceso de regeneración espectacular convirtiéndose en la zona más visitada por todos los que se acercan hasta la ciudad.





 
Tras atravesar muchas calles hasta llegar al Malecón, no tardamos en ser conscientes de que esta era la zona más moderna de la ciudad. Fuentes, jardines, monumentos, bares, restaurantes, muelles, cines y otras muchas atracciones turísticas hacen de esta zona un lugar confortable y seguro donde pasar las horas.
Paseando tranquilamente a orillas del río Guayas, llegamos hasta una gran noria que inmediatamente supusimos que ofrecerían unas espectaculares vistas de la ciudad.


Conocida como La Perla, esta noria-mirador fue construída en 2015 a orillas del río y cuenta con una altura de 57 metros, erigiéndose como la más alta de todo sudamérica.
Esta atracción abre de domingo a jueves de 10 a 22 mientras que los viernes y sábados permanece abierta hasta las 0,00h.

Yo no soy demasiado amante de las alturas pero mis dos acompañantes no dudaron en pagar los 5$ que costaba la entrada y montar en una de sus amplias cabinas. 
Aprovecharon para hacer unas fotos con el móvil y disfrutar de las espléndidas vistas mientras yo les esperaba abajo para proseguir nuestro paseo.


Sin abandonar el curso del río, llegamos a pies del barrio de Las Peñas, más concretamente a la calle Numa Pompilio Llona.
Aunque en la actualidad es conocida con este nombre en honor a un famoso poeta local que vivió en el número 182 de la misma, antiguamente se le conocía como la “Calle de la Orilla” y fue el primer malecón con el que contó la ciudad.
Sus suelos empedrados, flanqueados por casonas coloniales con sus característico estilo arquitectónico, sumado al aire bohemio que se respira, hacen de esta calle uno de los sitios más atractivos de la ciudad.







Sobre esta calle se levanta un barrio con más de 400 años de antigüedad conocido como Las Peñas, hasta el que no dudamos en adentrarnos a través de unas escaleras que conducen hasta un faro desde donde se pueden admirar espléndidas vistas de la ciudad.


Hogar de humildes artesanos y pescadores en sus orígenes, la zona fue ocupada durante el siglo XX en pleno auge de la industria maderera y del cacao, por gente acaudalada.
Declarado como Patrimonio Cultural de Ecuador, sus coloridas casas de madera y los numerosos locales de ocio que se agolpan a ambos lados de las escaleras que lo atraviesan, le confieren un encanto especial y en mi opinión, en el barrio más pintoresco de la ciudad.
Seguimos nuestra ruta por la parte baja que flanquea la orilla del río hasta llegar a una zona donde se concentraban varios bares y modernos restaurantes donde dimos por concluída nuestra visita.
Al fondo, brillaba el edificio más alto de Ecuador ( casi 140 metros ) que lucía con un curioso juego de luces.
Conocida como la Torre, The Point, fue inaugurada en 2013, se encuentra ubicado a orillas del río Guayas y destaca por su curiosa estructura en forma de espiral.



Nos sentamos en una terraza donde tomamos unas cervezas antes de buscar un sitio para cenar algo antes de volver al hotel.
Era nuestra última cena en Ecuador y decidimos tomarnos un pequeño homenaje a base de pescado y mariscos por lo que entramos en un atractivo y concurrido restaurante llamado La Casa del Cangrejo.
Pedimos pulpo, langostinos, los famosos cangrejos de la zona y pescado gratinado. Todo ello junto a tres cervezas grandes, nos costó 85$.







 




















Tras la gradable cena, llegó la hora de volver a nuestro hotel pero como no teníamos muy clara su ubicación y no conocíamos la ciudad suficientemente, pensamos que a esas horas de la noche era más prudente tomar un taxi que nos dejara a las puertas de nuestro hotel.
Así lo hicimos y tras pagar 3$ por el recorrido, nos retiramos a nuestras habitaciones.
Mañana nuestro vuelo de regreso a casa sale a las 15,05 por lo que quedamos a las 8 para desayunar y dar una última vuelta por los alrededores.


Capítulo anterior: Explorando Sta. Cruz. Galápagos VI
Capítulo siguiente: Guayaquil, final del viaje.
 

No hay comentarios: