15 agosto 2019

Safari en South Luangwa. Día-1.


Nuestros compañeros de habitación se han levantado muy pronto,  imagino que para pillar el autobús que sale a las 4,30 dirección a Lusaka
A las 3,30 ya han abandonado la habitación y a pesar de que han sido muy silenciosos, me he despertado y ya no vuelvo a dormirme. Son las 3,30.... 
Los hipopótamos no han dejado de oirse durante toda la noche pero ahora unos gritos diferentes despiertan al resto del grupo. 
Yo creo que son babuinos pero todos nos acercamos a la ventana tratando de descubrir al responsable de tamaño escándalo. Ahí fuera está todo demasiado oscuro y resulta imposible distinguir nada. 
Aún no son las 5 pero necesito volver al baño así que me vuelvo a armar de valor, cojo la frontal y bajo las escaleras que delimitan nuestra zona de confort y dan paso a la ténebre oscuridad de la noche. 
Antes de dirigirme al baño, hago un rápido reconocimiento de los alrededores enfocando mi linterna hacia todos los lados para comprobar que no hay bichos peligrosos a la vista. Parece que todo está en calma y tan sólo hay unos pequeños antílopes pastando en el jardín así que a paso ligero me voy hasta los baños, entro en uno y me dispongo a vaciar mi vejiga cuando noto que algo cae sobre mi cabeza. Imagino que es alguna hoja o fruto pero unos segundos más tarde la misma sensación vuelve a repetirse por lo que instintivamente alumbro hacia arriba y descubro un babuino en una rama justo sobre mí. 
¡¡¡ El muy cerdo me está cagando encima !!! 
Parece claro que las amenazas acechan por todos lados y no puedes descuidarte ...


Cuando vuelvo a la habitación ya son las 5 así que enciendo las luces y despierto a mis compañeros. 
Todos arriba, ha llegado la hora de la verdad. 
Todavía es noche cerrada y cuando oimos que la trampilla de nuestra habitación se está abriendo , todos nos giramos nerviosos tratando de averiguar qué es lo que está intentando entrar al interior. 
Afortunadamente todos respiramos aliviados cuando vemos asomar la cabeza de un empleado que nos avisa de que es hora de levantarse para desayunar. 
Nos vestimos, cogemos cámaras, prismáticos y ropa de abrigo para las primeras horas de safari y bajamos al bar donde desayunaremos un poco de café, unas tostadas con mantequilla y mermelada y un zumo antes de acercarnos hasta donde nos esperan los guías y sus coches. 

Ruta del safari de mañana:




Pasaban unos minutos de las 6 cuando salíamos en dirección a la cercana entrada del South Luangwa National Park
Nuestro coche quedaba completo con nuestro grupo ya que suelen meter a 6 personas a pesar de que caben 9 más el conductor. 
Justo al salir del lodge vemos los primeros rayos de sol que se reflejan en una laguna en cuyas orillas pastan unos pucús. 
La imagen es preciosa y paramos para sacar nuestras primeras fotografías. 


 
Un poco más adelante, las siluetas de unas jirafas que asoman entre la vegetación, se recortan contra la tenue luz del amanecer. Hay que volver a parar. Como sigamos así no llegamos al parque. 
Hemos avanzado apenas 200 metros desde que salimos del lodge y ya hemos parado dos veces... 





La puerta de entrada, donde debemos pagar los 25$, se encuentra a menos de un kilómetro del lodge pero hemos tardado más de 20 minutos en llegar. 
Justo en la entrada, un elefante parece querer darnos su particular bienvenida y se pasea a escasos metros de los jeeps impidiendo el paso de los mismos. Cuando finalmente decide apartarse, cruzamos un puente sobre el río Luangwa que nos adentra definitivamente al parque. 
Un pescador vigila sus redes sin perder ojo a los grupos de hipopótamos que asoman a pocos metros de donde se encuentra. 






Los primeros hipopótamos, pucús, babuinos, cocodrilos, elefantes y un buen número de aves, no tardan en aparecer hasta que una llamada al móvil de Donald, nuestro guía, provoca que éste tome rumbo hacia algún lugar determinado, a paso acelerado. 
La vegetación es abundante y pequeñas pero numerosas lagunas salpican el paisaje conformando un escenario paradisíaco pero que a la vez dificulta el avistamiento de la fauna más esquiva. 
Evidentemente, cuando el follaje desparece y el agua escasea, los animales son más fáciles de localizar. 











Nos parece imposible orientarse en el laberinto de pistas que surcan el parque pero está claro que Donald conoce bien el terreno porque unos minutos después de la llamada, llega al punto deseado. 
Dos leonas, una de ellas con dos pequeñas crías, permanecen tumbadas a la sombra. Las carantoñas y mimos de los pequeños gatitos a su madre hacen las delicias de los allí congregados. 
En un momento dado, la leona se levanta lanzando al aire unos potentes rugidos reclamando la presencia de un macho que no tarda en hacer aparición, a unos cientos de metros a la derecha. 

















Hemos empezado bien los safaris ; en un par de horas ya hemos visto un grupo de dos leonas adultas, dos crías y un macho adulto. 
Los leones no son demasiado abundantes en el parque. 
Proseguimos el safari matutino descubriendo más elefantes, hipos, impalas, pucús, cocodrilos, ardillas y un montón de aves que no perdemos ocasión de fotografiar. 
Durante cuatro horas recorremos las polvorientas pistas del parque, parando sólo unos 20 minutos para tomar unos zumos, café y magdalenas a la vez que estiramos un poco las piernas. 
Una familia de elefantes que acuden a beber a una pequeña laguna justo a la salida del parque, ponen el punto final a nuestro primer safari en Luangwa




Nuestras especies más deseadas son los licaones y los esquivos leopardos pero Donald nos advierte de que hace varias semanas que los licaones no se dejan ver por la zona. Con los leopardos nos asegura que hay más posibilidades de verlos. 

Cuando llegamos al Marula, un elefante nos soprende paseando entre las cabañas del lodge. Nos advierten de que no nos acerquemos demasiado y mantengamos una distancia de seguridad para que no se sienta intimidado. 



Puede estar tranquilo, en nuestra mente sólo hay una idea: pillar una cerveza fría de la nevera y degustarla lenta y plácidamente sentados frente al río Luangwa
A la sombra que nos ofrece el frondoso arbolado a orillas del río, cómodamente aposentados en una especie de tumbonas con una cerveza fría en la mano y con el fondo musical que nos regalan los incansables hipopótamos que abarrotan el río, todos coincidimos en afirmar que el Paraíso no puede ser algo muy distinto a ésto. 





Sin darnos cuenta, es la hora de comer. 
Nuestros horarios de comidas se van a adelantar dos ó tres horas durante los próximos días pero viendo a la hora que nos levantamos, no nos importa demasiado. 
Hoy tenemos un pequeño buffet con ensalada, verduras y carne picada cubierta de una especie de albardado. Para celebrar nuestro primer safari, una vez saciada la sed con cervezas, sacamos una botella de vino que degustamos con devoción. Un poco de queso que hemos traído, pone el colofón perfecto a nuestra primera comida en el Marula




Tras la comida tenemos tiempo libre hasta las 15,30 que volveremos a salir de safari. Aprovecho para darme una ducha tranquilamente mientras dejo recargando pilas en la habitación. 
Una vez duchado, me doy una vuelta por el lodge y me entretengo con las numerosas ardillas y lagartos que corretean por los jardines. 
Sentado a orillas del río también puedo ver martín pescadores, abejarucos, alciones, águilas calvas, etc, etc...
Justo debajo de mí también descubro un enorme cocodrilo a orillas del río.
















A las 3 de la tarde se acaba el recreo y todos acudimos a la zona de recepción donde tomamos un zumo, café y algún dulce antes de salir de nuevo de safari. 
A las 15,30, todos estábamos preparados a bordo de nuestro coche, dispuestos a realizar nuestro segundo safari en Luangwa

De nuevo volvemos a parar en la entrada pero esta vez no tenemos que pagar nada porque la entrada sacada esta mañana, es válida para todo el día. 
Otra vez vemos elefantes, pucús, hipos, ibis, cigüeñas africanas, grullas coronadas, etc, etc. 
Justo antes de oscurecer, hacemos una pequeña parada para comer y beber algo. 











Cuando reemprendemos la marcha ya es de noche por lo que el ayudante de Donald enciende un gran foco para tratar de avistar la fauna nocturna. 
Tenemos esperanzas de ver algún leopardo en la noche pero sólo avistamos alguna cebra, mangostas, jinetas, hipos y otra vez las dos leonas de esta mañana. 
Pensábamos que iba a ser más fácil ver leopardos pero ya hemos comprobado que a pesar de que South Luangwa cuenta con la mayor densidad de estos felinos, no será una tarea sencilla. 











Regresamos al lodge contentos por todo lo visto pero con la espinita clavada por no haber descubierto ningún leopardo. 
La cena ya está lista cuando llegamos. Hoy cenaremos una crema de espinacas y pollo con patatas asadas y vegetales. De postre una compota de fruta y para beber una cervecita fría que hemos sacado de la nevera. 
El cansancio se deja notar y aunque sólo son las 20,30, decidimos irnos a la habitación donde conocemos a tres nuevos inquilinos. Un chico y dos mujeres compartirán habitación con nosotros esta noche. 
Mañana a las 5 otra vez arriba.

Ruta del safari de tarde:







Capítulo anterior: Traslado a South Luangwa
Capítulo siguienteSafari en South Luangwa. Día-2

No hay comentarios: