26 enero 2020

Llegada a Chirundu. Explorando el Zambeze.



lower zambeze. Como llegar, qué hacer y donde alojarte

  • Hoy nos desplazaremos desde Lusaka a uno de los puntos más visitados por los turistas que visitan Zambia : el río Zambeze.
  • Generalmente, Chirundu es la localidad elegida para servir de campo base a todos aquellos que nos acercamos a explorar los alrededores del mítico río africano y del Parque Nacional del Bajo Zambeze.
  • Existe la posibilidad de desplazarse desde la capital a Chirundu en transporte público, en autobús o en furgonetas compartidas. La distancia que separa ambas localidades es de unos 150kms y el tiempo que te llevará recorrerlos rondará las dos horas, dependiendo del tráfico existente.
  • En Chirundu existe una amplia oferta de alojamiento entre las que podrás encontrar lujosos lodges con toda clase de comodidades. Es conveniente saber que en muchas ocasiones, los alojamientos están alejados unos kms de la ciudad y exijen un incómodo desplazamiento por rudimentarias pistas de tierra.
  • En nuestro caso nos alojaremos en el Gwabi River Lodge, un establecimiento básico pero con una agradable piscina y un acogedor restaurante. Pagaremos unos 100$ diarios por una cabaña para 4 personas sin ningún tipo de lujos pero con un amplio baño y agua caliente. También cuenta con una útil barbacoa para asar tu propia comida si lo deseas.
  • Las principales actividades que se ofrecen en esta zona son los paseos por el río Zambeze para pescar, avistamiento de fauna y espectaculares atardeceres en lancha, tours en canoa de hasta varios días de duración durmiendo en tiendas de campaña, visitas a los poblados cercanos, etc, etc.
  • Otra opción es la de realizar safaris en 4x4 por el cercano Parque Nacional del Bajo Zambeze pero no esperes altas densidades de fauna. 
En resumen, definiría esta zona como un buen lugar para relajarse pero no exento de emociones fuertes si decides navegar en tu propia canoa por el Zambeze, un río infestado de hipopótamos y cocodrilos.
Los bellos atardeceres y el pausado ritmo de los poblados africanos contribuirán a hacer de tu paso por esta zona, una experiencia inolvidable. 



DIARIO DE LA JORNADA
 
A las 5,30 toca levantarse. Hemos quedado con Denver a las 6 para iniciar nuestra segunda etapa del viaje, a orillas del río Zambeze.
Tenemos ya todo el equipaje preparado así que cuando llega Denver, cargamos todo en el coche en apenas diez minutos. Alrededor de 150kms nos separan de nuestro destino que se ncuentra al sur del país, en la frontera con Zimbawe.
En esta ocasión la carretera, aunque está en condiciones bastante aceptables, es bastante sinuosa con continuas subidas y bajadas que salvan los continuos desniveles de esta zona montañosa. El paisaje no tiene nada que ver con el que pudimos observar en nuestro desplazamiento a South Luangwa.
Tardamos alrededor de hora y media en llegar a la principal población de esta zona: Chirundu.
Allí hacemos una parada para comprar un poco de pan, frutas y dulces. Estamos a punto de comprar unas chuletas que tenían una pinta excelente pero como nuestro próximo alojamiento no cuenta con cocina, no nos queda más remedio que descartar la atractiva posibilidad.
Ya sólo nos quedan 11kms hasta nuestro lodge pero la carretera se reduce a una destartalada pista de barro que remueve todos nuestros huesos sin compasión.
Sobre las 8,30, tras casi media hora de infernal traquetreo, llegamos por fin al Gwabi Lodge

Se trata de uno de los alojamientos más baratos de esta zona pero nos sorprende una recepción muy bien cuidada y una piscina con un restaurante muy acogedor y con una vistas impresionantes al río Kafue, uno de los principales afluentes del Zambeze.





Unas gallinas de Guinea, unos pavos reales y un pequeño antílope que parece un dik dik, son los encargados de darnos la bienvenida cuando bajamos de nuestro coche.
Tras entrar a recepción para hacer todos los trámites habituales, nos entregan las llaves de nuestro chalet para 4 personas y nos acompañan para enseñarnos su interior.
Es una construcción bastante básica pero amplia que cuenta con 2 camas y una litera, además de un espacioso baño con ducha y agua caliente. Más que suficiente para nosotros.
Lo que más rabia nos da, es comprobar que contamos con un amplio porche, en el que nos encontramos una gran barbacoa en la que podríamos haber asado esas excelentes chuletas que vimos en Chirundu y que no nos atrevimos a comprar por no tener cocina en nuestra choza. ¡¡¡ Maldición !!!



Una vez instalados, exploramos los alrededores para descubrir unos cuidados jardines bajo un bosque de enormes árboles que proporcionan una agradable sombra al lugar. Definitivamente, el lodge nos está sorprendiendo ya que esperábamos algo mucho más básico. No es que estemos en un lugar lujoso pero está por encima de nuestras expectativas.
El río Kafue añade frescor y belleza a un sitio de por sí agradable.



Tras la breve excursión a través del lodge, nos acercamos hasta recepción para informarnos acerca de lo que podíamos hacer por allí los próximos días, aunque ya teníamos una idea aproximada.
Aparte de excursiones para pescar y visitar el Parque Nacional del Bajo Zambeze por carretera, también ofrecen excursiones en canoa y en bote a motor por el río Zambeze.
La excursión de 4 horas en canoa cuesta 50$ y el bote a motor otros 50$, a los que habría que sumar el combustible utilizado.
Para empezar, contrataremos una lancha para esta misma tarde con la intención de adentrarnos en las aguas del Zambeze y saborear relajadamente sus famosos atardeceres. A nuestra vuelta, nos plantearemos qué hacer durante la jornada de mañana. 

Tras acordar la excursión para esta tarde, volvemos a la cabaña para picar algo ya que no hemos desayunado todavía. Unos dulces y algo de fruta resultan suficientes por el momento para calmar los rugidos de nuestras tripas.
Era momento de acercarse a la piscina para intentar adaptarse al relajado ritmo de vida que se respira en este lugar. 


El sol comenzaba a calentar sin contemplaciones y el hecho de sumergirnos en las reconfortantes aguas de nuestra pequeña piscina mientras nos deleitábamos con las excelentes vistas al río Kafue, supuso una experiencia casi perfecta; y es que el único motivo por el que no podíamos considerar este momento como perfecto, era la ausencia de un ingrediente indispensable: una cerveza fría.
Una simple mirada entre nosotros bastó para que alguien dijera: " ¿habrá que tomar una cervecita,no?" . 

La respuesta no se hizo esperar: " venga, vamos, qué labia tienes, ladrón..." 😄😄😄🍺
Ahora sí, la escena estaba completa. Después de tanto polvo tragado durante los pasados safaris y las largas jornadas de carretera por Zambia, había llegado el momento de relajarse totalmente. 

Calorcito, un sitio acogedor, una piscina con increibles vistas y una cerveza fría. Se puede pedir más???



Volvemos a nuestra cabaña para comer algo y preparar todo lo que llevaremos a la excursión de esta tarde. Cargamos en la mochila un poco de agua, las cámaras y los prismáticos y nos vamos al embarcadero donde están las canoas y las lanchas.
Cuando llegamos, ya nos están esperando para comenzar la ruta. Montamos en una pequeña lancha y salimos hacia el punto donde el Kafue se funde con el Zambeze.
En las orillas del río tenemos oportunidad de ver cómo la población local se dedica a las tareas diarias habituales. Mientras unos se afanan en el lavado de ropa y utensilios, otros intentan pescar algo que llevar a casa.
Al llegar a la unión de los dos ríos, nos encontramos con el primer grupo de hipopótamos. Impresiona permanecer a escasos metros de estos mastodontes en su medio natural y con su mirada fija en nosotros.





Nuestro guía se detiene justo enfrente para que les hagamos unas fotografías pero no nos sentimos demasiado seguros e instintivamente nuestras miradas se dirigen hacia todos los puntos posibles, temiendo la súbita aparición de algún hipo a nuestro alrededor.
Se ven algunos ejemplares sumergidos en el agua y no podemos evitar pensar que podemos tener alguno demasiado cerca o incluso debajo. 

La experiencia es totalmente distinta a la que vivimos en South Luangwa, al refugio de la seguridad que nos ofrecía nuestro coche; ahora estábamos frente a frente, en su medio natural y para nuestro gusto, demasiado cerca.
Continuamos el paseo descubriendo la fauna que habita sus orillas entre las que podemos citar los gansos del Nilo, algún abejaruco, alcaravanes, garzas, elefantes y unos enormes cocodrilos. También pudimos ver a lo lejos algún impala y un búfalo.




 
Una vez más, lo que más nos impresiona es poder avistar tan de cerca y en su medio natural, los enormes ejemplares de cocodrilos que afortunadamente desaparecen inmediatamente bajo las aguas cuando nos acercamos. Aún así, no resulta tranquilizador moverse por aquellas aguas infestadas de hipopótamos y cocodrilos. No olvidemos que el animal que más muertes humanas causa en Africa es el hipopótamo y casi todas tienen lugar en el agua.
Cada vez que parábamos, el sol se dejaba notar con fuerza y sólo la brisa que corría cuando nuestra lancha tomaba velocidad, nos aliviaba y libraba de las altas temperaturas del atardecer.
Para acabar la jornada íbamos a desembarcar en una de las muchas islas que salpican el Zambeze pero la repentina aparición de dos enormes elefantes provocó que tuviéramos que desistir de nuestro primer intento.
De nuevo, nuestra vulnerable situación a bordo de una pequeña lancha, apenas a dos metros de aquellos paquidermos que aparecieron en la orilla por encima de nosotros, nos provocaron cierta inquietud. Impresionaba tenerles tan cerca, por encima de nosotros y con su mirada desafiante clavada en nosotros.




Un poco más adelante pudimos desembarcar, no sin antes comprobar exhaustivamente, que no había ningún bicho peligroso cerca. 

Aunque el lugar rezumaba paz y tranquilidad, nunca debemos olvidar que nos encontramos en el hogar donde habitan todo tipo de animales salvajes.
La puesta de sol, como era de imaginar, resultó espectacular. Mientras el sol bajaba, iba tiñendo las calmadas aguas del Zambeze con el inconfundible color naranja que delata el final del día. 

Embobados, permanecimos muchos minutos disfrutando intensamente de la calma que se respiraba en este hermoso rincón del mundo mientras la noche se iba adueñando lenta pero inexorablemente, del singular lugar en el que nos encontrábamos.
Lentamente fuimos volviendo a la lancha para reemprender el regreso al lodge. Curiosamente ahora, bajo la luz de las estrellas, la brisa que producía la velocidad de nuestra lancha no resultaba tan agradable y llegamos a sentir frío.






Al llegar al lodge, nos dirigimos a nuestra cabaña para dejar las mochilas y asearnos un poco antes de volver al restaurante para cenar algo.
Vemos que la carta ofrece chuletas y solomillo pero no nos decidimos a pedirlo por temor a que la hagan demasiado, la especien o le echen alguna salsa que no sea de nuestro agrado pero finalmente le echamos valor y tras recalcar que queremos la carne muy poco hecha y sin ningún tipo de especias ni salsas, pedimos dos solomillos y dos chuletas. La suerte está echada, a ver qué pasa....🙈



 
Mi solomillo aparece bañado en pimienta pero a decir verdad, no me pilla por sorpresa. Lo de conseguir una pieza de carne poco hecha y sin ningún tipo de salsas ni especias se ha convertido en una misión imposible a la que ya estoy acostumbrado.

Al menos, la cena nos sirve para apaciguar nuestros rugientes estómagos e irnos con la tripa llena a la cama.
Son casi las 9 de la noche, hora de tumbarse para descansar.
Mañana nos espera una intensa jornada ya que pensamos recorrer las aguas del Zambeze a bordo de una canoa. Esperemos que hipos y cocodrilos no nos estropeen la jornada..... 


Ruta de la jornada: 

CAPITULO ANTERIOR: DE SOUTH LUANGWA A LUSAKA
CAPITULO SIGUIENTE:  EN CANOA POR EL ZAMBEZE

No hay comentarios: